Palacio municipal con el techo en vilo

El proyecto para albergar el Ayuntamiento de Madrid en el Palacio de Correos de la plaza de Cibeles tiene su techo de vidrio en vilo. De aplicarse tal como ha sido dise?ada la cobertura de su muelle trasero, un pasaje de unos 130 metros de longitud por unos 20 metros de anchura entre las calles de Alcal¨¢ y Ruiz de Alarc¨®n, se contravendr¨ªa la ley de Patrimonio de 1985 por modificar usos, escalas y c¨¢nones del magno edificio postal ideado por Antonio Palacios y Joaqu¨ªn Otamendi hace casi un siglo.

?ste es el juicio y el temor de un alto responsable de la Comunidad de Madrid con cometidos sobre asuntos de patrimonio arquitect¨®nico, que invoca razones t¨¦cnicas y est¨¦ticas para impugnar este techado v¨ªtreo, el aspecto m¨¢s vistoso del proyecto. Tambi¨¦n se oponen a la cobertura del pasaje posterior del palacio -la carpa acristalada prevista medir¨ªa entre 1.500 y 2.600 metros cuadrados de superficie- Vicente Pat¨®n y Concha Roa, dos de los representantes del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid en el seno de la CIPHAN. En este organismo mixto, con presencia municipal, es donde la Comunidad de Madrid visa y resuelve sobre las actuaciones de trasunto hist¨®rico-patrimonial emprendidas en el la regi¨®n.

El Ministerio de Cultura dice que el titular desde febrero es el Consistorio

Pero el Gobierno regional guarda silencio al respecto, ya que interpreta que la fiscalizaci¨®n de actuaciones sobre edificios cuya titularidad es estatal corresponde a organismos estatales. A este argumento competencial se aferran, por su parte, una fuente del Ayuntamiento de Madrid con cometidos patrimoniales, para descartar el arbitraje de la Comunidad al respecto e invoca la existencia de varios dict¨¢menes favorables al techado v¨ªtreo, que atribuye al Ministerio de Cultura, uno de ellos al Instituto del Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol, que acreditar¨ªan la estatalidad de las responsabilidades de defensa patrimonial.

El Estado espa?ol, a trav¨¦s del Ministerio de Hacienda, obtuvo en 2003 un sustancial trueque del Palacio de Comunicaciones, de propiedad entonces estatal, con el Ayuntamiento de Madrid, rubricado por el titular de Hacienda, Pedro Solbes, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, un a?o despu¨¦s, en julio de 2004.

As¨ª, el Estado ceder¨ªa el palacio, de unos 53.000 metros cuadrados de superficie ¨²til, al Consistorio, que, a cambio, lo permutar¨ªa por unos 140.000 metros cuadrados de suelo p¨²blico municipal: ¨¦ste comprende el del edificio denominado de las Cari¨¢tides de la calle de Alcal¨¢, 49, flamante sede madrile?a del Instituto Cervantes; solares de origen municipal en Sanchinarro; dos edificios en Hermanos ?lvarez Quintero y otro en Capit¨¢n Haya 41, para una futura sede ministerial. Una suma en met¨¢lico de unos 270 millones de euros, al cambio monetario vigente en 2004, a depositar por el Consistorio en las arcas del Estado.

Pero alguien parece desconocer que, desde el 27 de febrero de 2006, el titular del Palacio de Comunicaciones, m¨¢s conocido por Correos, es el Ayuntamiento de Madrid. As¨ª lo acredita un responsable del Ministerio de Cultura consultado ayer al respecto.

Las competencias, residuales hoy, que podr¨ªan corresponderle al Estado se refieren exclusivamente a las dependencias del edificio del palacio que albergar¨¢n en el futuro organismos estatales, como los departamentos postales que seguir¨¢n ocupando un ala que hace esquina entre la calle de Montalb¨¢n y el paseo del Prado, con la fachada que albergaba los vistosos buzones de lat¨®n dorado que hicieron c¨¦lebre este frente del edificio, ideado en 1919 por los arquitectos Antonio Palacios y Joaqu¨ªn Otamendi, verdadero emblema del Madrid de la primera mitad del siglo XX.

Francisco Rodr¨ªguez Partearroyo, arquitecto de 58 a?os, con abundante obra en la ciudad, no acierta a explicarse la pol¨¦mica suscitada en torno al techado previsto en su proyecto. Y explica que el celaje del muelle "es s¨®lo una parte del proyecto y se trata de una soluci¨®n que no se ver¨¢ exteriormente".

El arquitecto hace hincapi¨¦ en algo que considera en extremo importante: "En los a?os cuarenta del siglo XX, la parte trasera del edificio", pareda?a con edificios de viviendas de las calles de Montalb¨¢n y de Alcal¨¢, "experiment¨® la incorporaci¨®n de dos plantas a?adidas en altura", agrega. "En nuestro proyecto, no cubrimos estas dos plantas, sino que desplegamos el techo de vidrio a partir de la l¨ªnea de cornisa preexistente y primigenia ideada por Palacios", se?ala el arquitecto, cuyo prestigio profesional remarcan sus colegas integrantes de la CIPHAN en representaci¨®n del Colegio de Arquitectos.

Sin embargo, una de estas fuentes apunta: "El pasaje del muelle de Correos es, en s¨ª, un elemento propio del conjunto; est¨¢ al aire y jalonado a un extremo y otro, entre Alcal¨¢ y Ruiz de Alarc¨®n, por sendas puertas ornamentales. Si se consuma el cierre de ¨¦stas", explican, "toda la calle del muelle pierde su sentido, ya que quedar¨ªan bajo la carpa los ventanales que muestra en dos fachadas; habr¨ªa que climatizar el espacio interior y el conjunto del ¨¢rea posterior del edificio -donde, por cierto, el Ayuntamiento no renunciar¨ªa a las dos alturas sobrantes- ver¨ªa alterarse as¨ª su funci¨®n, lo que degradar¨ªa su belleza". Nuevas tribulaciones parecen aguardar al palacio que, desde su torre-atalaya de 70 metros, se yergue bello, soberbio y silencioso sobre Madrid.