Cuando la mujer no decide
En Am¨¦rica Latina no s¨®lo no existe la posibilidad de interrumpir un embarazo no deseado, sino que, en sentido contrario a la tendencia mundial, los gobiernos de la regi¨®n est¨¢n obstaculizando el derecho a interrumpir un embarazo que ponga en riesgo la vida de la mujer o que sea producto de una violaci¨®n. El ejemplo m¨¢s reciente acaba de ocurrir en Nicaragua, donde la cancelaci¨®n del aborto terap¨¦utico fue aprobada de manera expedita con el voto a favor de 52 de los 90 diputados, ninguno en contra y cero abstenciones (el resto de los congresistas no asisti¨® o se ausent¨® en el momento de votar).
?Por qu¨¦ si desde 1893 se permit¨ªa el aborto terap¨¦utico, los legisladores nicarag¨¹enses deciden hacer retroceder esa ley? Por la presi¨®n de la Iglesia cat¨®lica. De nada sirvi¨® el exhorto que diplom¨¢ticos de las Naciones Unidas y de la Uni¨®n Europea hicieran a los congresistas en una carta dirigida al presidente del Congreso. La misiva, firmada por la embajadora de la Uni¨®n Europea, el representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las embajadoras de Suecia y Finlandia y el jefe de la cooperaci¨®n de Canad¨¢ (entre otros), solicitaba a los diputados una reuni¨®n para "dialogar y hacer reflexi¨®n profunda y no apresurada sobre el aborto terap¨¦utico, antes de la decisi¨®n final que vayan a tomar".
La situaci¨®n de los derechos sexuales y reproductivos en la regi¨®n ofrece un panorama preocupante. Anualmente en Am¨¦rica Latina se practican 3.800.000 abortos en condiciones de riesgo, seg¨²n la International Planned Parenthood Federation. Por eso, m¨¢s de 5.000 mujeres mueren cada a?o debido a complicaciones relacionadas con abortos inseguros, cifra que corresponde al 21% de las muertes maternas a nivel mundial. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud indica que el aborto es la causa primordial de mortalidad materna en la regi¨®n, y la tragedia no acaba ah¨ª: entre el 10% y 50% de las mujeres que abortan de modo inseguro necesitan atenci¨®n m¨¦dica para el tratamiento de las complicaciones. Muertes, infecciones y c¨¢rcel son los riesgos que corren las latinoamericanas al recurrir al aborto clandestino.
La interrupci¨®n voluntaria del embarazo s¨®lo est¨¢ plenamente garantizada en tres pa¨ªses -Cuba, Puerto Rico y Guyana- y en cuatro -Chile, El Salvador, Honduras y Rep¨²blica Dominicana- est¨¢ prohibido sea cual sea su causa, pese a que estos pa¨ªses contaban con el aborto terap¨¦utico desde principios del siglo XX.
Am¨¦rica Latina ha sido un lugar privilegiado para la intervenci¨®n del Vaticano que, aliado con los conservadores gobiernos republicanos de Estados Unidos en una "campa?a a favor de la vida", ha logrado hacer retroceder legislaciones. Tal es el caso de Chile, que en 1989, durante las ¨²ltimas semanas de la dictadura de Pinochet, elimin¨® la excepci¨®n del aborto terap¨¦utico que hab¨ªa estado permitida por el C¨®digo de Salud desde 1931. En 1997 ocurri¨® lo mismo en El Salvador, cuya legislaci¨®n permit¨ªa el aborto cuando el embarazo era producto de una violaci¨®n sexual, cuando la vida de la mujer estaba en riesgo y cuando se detectaba una malformaci¨®n grave en el feto. Ese mismo a?o en Honduras se derogaron por decreto los art¨ªculos aprobados por el Parlamento que despenalizaban el aborto por razones terap¨¦uticas, eugen¨¦sicas y jur¨ªdicas.
S¨®lo en dos pa¨ªses latinoamericanos ha habido avances en materia legislativa. En Colombia, donde el concordato con el Vaticano prohib¨ªa totalmente el aborto, la reforma constitucional de 1992 elimin¨® dicho acuerdo y en 2006 una acci¨®n de inconstitucionalidad logr¨® modificar la ley para que las mujeres puedan abortar cuando un embarazo amenaza su vida o su salud, en casos de violaci¨®n, y/o cuando se presenten malformaciones del feto. En M¨¦xico, en el 2000, el partido de izquierda PRD ampli¨® las causas de aborto no punible en la Ciudad de M¨¦xico a la salud de la mujer y malformaciones del feto y agiliz¨® los procedimientos judiciales para el acceso al aborto legal. El partido conservador PAN reaccion¨® con un recurso de inconstitucionalidad. Pero la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n legitim¨® la existencia de esas causas para interrumpir un embarazo.
Lamentablemente, la influencia vaticana sobre los pol¨ªticos latinoamericanos es impresionante. Un claro ejemplo es la celebraci¨®n del D¨ªa del no nacido, fijada el 25 de marzo, d¨ªa de la Anunciaci¨®n, que ha sido declarado oficial en Argentina, Costa Rica, Chile, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Rep¨²blica Dominicana. Menem, siendo presidente de Argentina, propuso a sus hom¨®logos latinoamericanos firmar una condena al aborto durante la IV Cumbre Iberoamericana, en Cartagena. Al no lograr su objetivo, Menem instaur¨® el D¨ªa del no nacido, por lo que recibi¨® una carta de agradecimiento del papa Karol Wojtyla.
Pero lo m¨¢s desconcertante es que, incluso en una sociedad con menos v¨ªnculos con la Iglesia cat¨®lica, como es el caso de Uruguay, un Gobierno democr¨¢tico sigue la pol¨ªtica del avestruz. El triunfo de la izquierda en las elecciones presidenciales de 2004 despert¨® esperanzas entre las uruguayas, pues la mayor¨ªa de los diputados sosten¨ªa una postura a favor de la despenalizaci¨®n. Sin embargo, cu¨¢l no ser¨ªa la sorpresa cuando el socialista Tabar¨¦ V¨¢zquez anunci¨® que mientras ¨¦l fuera presidente no pasar¨ªa dicha ley, y que si el Parlamento la llegara a aprobar ¨¦l la vetar¨ªa. Cuando en marzo de 2006 se dio a conocer que la bancada femenina y algunos legisladores varones insistir¨ªan, Tabar¨¦ V¨¢zquez declar¨® que no s¨®lo mantendr¨ªa su decisi¨®n de veto, sino que, si el Parlamento levantara el veto presidencial, disolver¨ªa las c¨¢maras.
Ante la gravedad de la situaci¨®n, las feministas se han organizado e impulsan campa?as por la despenalizaci¨®n del aborto en Am¨¦rica Latina y el Caribe. La m¨¢s masiva, en la que participan organizaciones de 21 pa¨ªses, tiene como lema: Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir. Y como demanda: Las mujeres deciden, la sociedad respeta, el Estado garantiza y la Iglesia no interviene.
Marta Lamas es antrop¨®loga mexicana y directora de la revista Debate Feminista.
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