La mariposita azul

Contaba Eduardo Galeano, en su libro Patas Arriba, c¨®mo una petrolera norteamericana, al tiempo que contaminaba con su actividad las aguas, las tierras y el aire del delta del r¨ªo N¨ªger y envenenaban a sus habitantes, gastaba ingentes cantidades de d¨®lares en campa?as publicitarias mediante las que se exaltaba su lucha por la defensa del medio ambiente. Su gesta era defender una mariposa azul en peligro de extinci¨®n, a lo que destinaba la rid¨ªcula cantidad de 5.000 d¨®lares anuales. Cuenta Galeano, que cada minuto empleado en publicitar tan loable acci¨®n supon¨ªa a la empresa 80 veces esa cantidad.

Leo en su peri¨®dico (EL PA?S, 17-11-06) que la papelera de la empresa Sniace de Torrelavega (Cantabria) "contamina m¨¢s que una ciudad de 500.000 habitantes que vertiera al r¨ªo sus aguas fecales sin depurar". Entre otras cosas se se?ala que vierte cada segundo 1.000 litros de residuos y metales pesados, sin ning¨²n tipo de tratamiento, superando con creces los l¨ªmites permitidos. Ahora se cruzan ministerios que retiran autorizaciones, sentencias de tribunales que confirman la suspensi¨®n de la actividad, ayuntamientos y gobiernos aut¨®nomos que nos piden acordarnos de los 650 trabajadores, amenazas de recalificaciones de suelos, empresa que sigue contaminado impune... lo de siempre en el circo medioambiental.

Pero en este caso, tambi¨¦n tenemos una mariposita azul. Sniace forma parte de Aspapel, asociaci¨®n espa?ola de papeleras, quien promueve un programa de "educaci¨®n ambiental forestal" llamado Edufores, dirigido a la poblaci¨®n escolar. Este programa, auspiciado por los Ministerios de Medio Ambiente y Educaci¨®n y adoptado por parte de diversos gobiernos aut¨®nomos, pretende a trav¨¦s de unos recursos y materiales claramente antieducativos concienciar sobre los valores ambientales y socioecon¨®micos de nuestros bosques, promoviendo el respeto y defensa del medio ambiente.

Que petroleras o asociaciones formadas por empresas que incumplen sistem¨¢ticamente la legislaci¨®n medioambiental y que atentan impunemente contra la salud de las personas, promuevan c¨ªnicamente supuestos programas educativos con objetivo de sensibilizar ambientalmente a nuestros inocentes escolares es un acto de desfachatez. Que administraciones p¨²blicas competentes en la defensa de nuestros valores ambientales y en la educaci¨®n de nuestros hijos apoyen y financien millonariamente estas actuaciones es un acto de irresponsabilidad, inmoralidad y un enga?o absolutamente intolerable.