"Rumsfeld autoriz¨® las torturas en Irak"
Pregunta. ?Cu¨¢ntos presos hab¨ªa cuando usted tom¨® el control sobre la c¨¢rcel de Abu Ghraib?
Respuesta. Cuando tomamos el control de Abu Ghraib hab¨ªa menos de 200, en su mayor¨ªa delincuentes iraqu¨ªes, saqueadores, gente que hab¨ªa violado el toque de queda, toda clase de delitos menores. Pero luego comenzaron a llegar los sospechosos de terrorismo, los llamados "detenidos de seguridad" y a finales de octubre ya ten¨ªamos m¨¢s de 7.000. Nuestros planes eran sacar a todos los delincuentes iraqu¨ªes de Abu Ghraib y transferirlos a otras prisiones a medida que iban siendo renovadas. Quer¨ªamos cerrar Abu Ghraib porque se estaba haciendo muy peligrosa, ya que la insurgencia cada vez era m¨¢s eficaz en la zona. No est¨¢bamos preparados para recibir tantos presos nuevos. A finales de octubre estaba superpoblada, y muy peligrosa.
"Ahora sabemos que no se estaban cumpliendo las convenciones de Ginebra en los interrogatorios"
"Creo que las personas que ten¨ªan que haber cargado con la responsabilidad no lo han hecho"
"Todo el mundo debe enterarse de lo que pas¨®, no s¨®lo los estadounidenses, para que no vuelva a ocurrir"
"El general S¨¢nchez me envi¨® fuera de Bagdad y creo que lo hizo para mantenerme alejada de Abu Ghraib"
P. ?Cu¨¢ndo comenzaron las torturas en Abu Ghraib?
R. Todo comenz¨® con la visita a Irak del general Geoffrey Miller, comandante de la prisi¨®n de Guant¨¢namo, en septiembre de 2003. Vino enviado por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, o por el subsecretario de Defensa para asuntos de Inteligencia, Stephen Cambone, para ense?ar a los miembros de la Inteligencia Militar nuevas t¨¦cnicas de interrogatorio m¨¢s duras que ya se estaban usando en Guant¨¢namo. Antes de irse me dijo que quer¨ªa tomar el control sobre Abu Ghraib para convertirla en centro de interrogatorios para todo Irak, y eso fue lo que hizo. Desde Guant¨¢namo daba las ¨®rdenes y consegu¨ªa que todo funcionara como ¨¦l quer¨ªa.
P. ?Puso usted objeciones a las nuevas t¨¦cnicas de interrogatorio?
R. Yo no era responsable de los interrogatorios. El comandante de la Inteligencia Militar, el coronel Thomas Pappas, responsable de los interrogatorios, no era mi subordinado y tampoco compart¨ªa conmigo los resultados de los interrogatorios. Pappas segu¨ªa instrucciones del general Ricardo S¨¢nchez, comandante en jefe de las tropas estadounidenses en Irak.
P. ?Estaba usted enterada de que no se estaban respetando las convenciones de Ginebra de derechos humanos en su c¨¢rcel?
R. En todas mis c¨¢rceles se cumpl¨ªan las convenciones de Ginebra. Ahora sabemos que no se estaban cumpliendo en los interrogatorios, pero yo no estaba enterada de eso porque no supervisaba los interrogatorios. En las detenciones, que s¨ª eran de mi competencia, las convenciones de Ginebra se cumpl¨ªan.
P. ?Cu¨¢ndo se enter¨® de que en los interrogatorios se practicaba la tortura?
R. Cuando vi las fotos por primera vez, a finales de enero de 2004. Hoy s¨¦ que las fotos no se sacaron durante los interrogatorios, porque para eso hab¨ªa otras instalaciones, fuera del bloque 1A, que es donde est¨¢n tomadas esas fotograf¨ªas. Las fotos se hicieron para usarlas como m¨¦todo de persuasi¨®n en los interrogatorios: para convencer a los detenidos de que hablaran. Le aseguro que, si alguien hubiese sacado fotos durante los interrogatorios, jam¨¢s habr¨ªan salido a la luz.
P. Usted dice en su testimonio que el general S¨¢nchez la destin¨® fuera de Bagdad. ?Por qu¨¦ cree que lo hizo?
R. Estaba muy claro que nosotros cumpl¨ªamos la ley y las convenciones de Ginebra, y creo que el general S¨¢nchez lo sab¨ªa. El general S¨¢nchez, el coronel Pappas y el general Miller, todos ellos sab¨ªan que si yo me enteraba de lo que estaba pasando dar¨ªa la voz de alarma. Me hab¨ªan quitado el control sobre Abu Ghraib, pero no me hab¨ªan podido impedir pasar de vez en cuando a ver c¨®mo iba todo, as¨ª que me envi¨® a otra misi¨®n a casi dos horas de Bagdad, y yo creo que lo hizo para mantenerme alejada de Abu Ghraib.
P. Usted sab¨ªa que en Abu Ghraib hab¨ªa detenidos que no estaban registrados, como establece Ginebra.
R. S¨®lo tuve conocimiento de uno que estaba preso en otra c¨¢rcel y se nos orden¨® no ponerlo en ninguna base de datos ni darle un n¨²mero de registro. Cuando me enter¨¦ fui al asistente legal del general S¨¢nchez y le dije que esto era una violaci¨®n y que si el general S¨¢nchez no asum¨ªa personalmente la responsabilidad yo lo registrar¨ªa en la base de datos o lo pondr¨ªa en libertad. Me pidi¨® que no lo soltara y que ¨¦l lo aclarar¨ªa. Al cabo de una semana recibimos un mensaje del Pent¨¢gono, del secretario de Defensa, orden¨¢ndonos mantener a este prisionero sin registrarlo en la base de datos. Ahora s¨¦ que esto ocurri¨® en varios casos.
P. ?Hab¨ªa ni?os entre los no registrados?
R. Una vez trajeron a un grupo grande en el que hab¨ªa ni?os. Yo los vi y le dije al coronel Pappas: "No puede tener ni?os en este centro". ?l respondi¨®: "Bueno, puede que tengan informaci¨®n". Y le dije: "Uno de los ni?os me ha dicho que tiene 12 a?os. Aparenta ocho, as¨ª que no sabemos qu¨¦ edad tiene". Dos d¨ªas m¨¢s tarde lo transfiri¨® a un centro juvenil. Al coronel Pappas le daban igual las convenciones de Ginebra, lo ¨²nico que quer¨ªa era mantener contento al general S¨¢nchez, que le hac¨ªa la vida imposible.
P. ?Por qu¨¦ cree que las cosas empeoraron con la llegada de interrogadores civiles contratados?
R. Estos interrogadores ten¨ªan experiencia en Afganist¨¢n y/o en Guant¨¢namo y fueron enviados por Miller para participar en los interrogatorios. La ley no les importaba, operaban en un entorno sin ley.
P. ?Por qu¨¦ cree que las ¨®rdenes de practicar la tortura proced¨ªan de lo m¨¢s alto?
R. Porque vi un memor¨¢ndum firmado por Donald Rumsfeld sobre el empleo de estos m¨¦todos de interrogatorio. La firma manuscrita estaba sobre su nombre impreso y, con la misma letra, al margen, pon¨ªa: "Aseg¨²rense de que esto se cumple". Los m¨¦todos consist¨ªan en obligar a los presos a estar de pie mucho tiempo, perturbarles el sue?o y los horarios de las comidas, ponerles m¨²sica a todo volumen, hacer que se sintieran inc¨®modos con el entorno... Rumsfeld autorizaba estas t¨¦cnicas espec¨ªficas.
P. ?Por qu¨¦ quiere testificar contra Donald Rumsfeld en este proceso?
R. No es que yo tenga nada contra Rumsfeld. Lo que ocurre es que creo que las personas que ten¨ªan que haber cargado con la responsabilidad por lo sucedido no lo han hecho. Es malo acusar a otros de algo, pero acusar a alguien que sabes que no tiene la culpa mientras t¨² te est¨¢s librando de la responsabilidad... eso para m¨ª es se?al de cobard¨ªa, y eso es lo que creo que son S¨¢nchez, Rumsfeld y todos los dem¨¢s: unos cobardes. Yo voy a seguir contando lo que s¨¦ porque todo el mundo, no s¨®lo los americanos, debe enterarse de lo que pas¨® para que no vuelva a ocurrir.
P. ?Ha recibido presiones para que no testifique?
R. Recib¨ª un correo electr¨®nico de alguien del Departamento de Justicia que me desaconsejaba vivamente testificar porque algunos lo iban a considerar antiamericano y porque esto no iba a ayudar a Rumsfeld. Le respond¨ª que nadie me va a callar porque me ampara la Constituci¨®n y, por lo dem¨¢s, no es que Rumsfeld o S¨¢nchez o Miller hayan hecho algo para ayudarme a m¨ª.
P. ?Cree que el presidente, George W. Bush, dio las ¨®rdenes o que estaba enterado?
R. No s¨¦ lo que sab¨ªa, y quiero creer que ¨¦l confiaba en que los que trabajaban para ¨¦l har¨ªan lo correcto. Pero ¨¦l es el comandante en jefe y se espera de ¨¦l que asuma la responsabilidad.
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