Mil palmeras para sentirse feliz
Har¨ªa, un verde valle lanzarote?o donde reina la 'Phoenix canariensis'
Palmera, promesa de felicidad", dijo un poeta, a sabiendas de que algo tienen estos ¨¢rboles que inspiraron capiteles a los egipcios, templos a los moz¨¢rabes y fantas¨ªas caribe?as a los dem¨¢s. Puestos a buscar la palmera feliz, ah¨ª est¨¢ Har¨ªa, en el lanzarote?o valle de las mil palmeras. Lo forman cientos de ejemplares de Phoenix canariensis, la palmera canaria. ?sta puede llegar a los 20 metros de altura, tiene casi un metro de di¨¢metro y de ella se extrae un alm¨ªbar llamado miel de palma o guararo. Las primeras cr¨®nicas cuentan que los palmerales se concentraban en las tierras m¨¢s f¨¦rtiles. Con la extensi¨®n de la agricultura y la manipulaci¨®n del agua para el riego las cosas cambiaron: las palmeras se dispersaron por el terreno sin concentraciones como las de anta?o.
Sin embargo, el palmeral de Har¨ªa, que se encuentra en un amplio valle arropado por monta?as que le protegen del viento y favorecen la condensaci¨®n de la humedad, perdur¨®. Pero antes de subir a este valle y contemplar la maravilla que guarda, no est¨¢ de m¨¢s acercarse a la cueva de los Verdes, entre otras razones porque jug¨® un papel importante en la historia de toda la comarca, incluyendo el palmeral.
Un fen¨®meno geol¨®gico
La cueva de los Verdes se encuentra bajo el malpa¨ªs del volc¨¢n de la Corona. Durante la ¨²ltima erupci¨®n -hace 4.000 a?os- la lava se solidific¨® al entrar en contacto con la atm¨®sfera, pero sigui¨® fluyendo bajo esta capa hasta el final de la erupci¨®n, y dej¨® a su paso estos tubos que constituyen todo un fen¨®meno geol¨®gico. Los tubos o cuevas de la Corona se encuentran entre los m¨¢s conocidos del mundo por sus seis kil¨®metros de recorrido, y porque en la secci¨®n de kil¨®metro y medio que contin¨²a bajo el mar se han batido marcas de exploraci¨®n espeleol¨®gica submarina.
La cueva, que por cierto se llama de los Verdes por el apellido de sus antiguos propietarios, se convirti¨® en un refugio natural perfecto para los habitantes cuando se produc¨ªan ataques piratas. Lanzarote, dada su cercan¨ªa a ?frica -100 millas-, era especialmente vulnerable. En sus incursiones, los corsarios apresaban rehenes y luego exig¨ªan rescates, o los vend¨ªan en los mercados de esclavos de ?frica y Europa.
La incursi¨®n m¨¢s destructiva fue la de Morato Arr¨¢ez (que significa Capit¨¢n Oscuro), un famos¨ªsimo pirata del siglo XVI, tan conocido que en su comedia La gran Sultana, Cervantes le llam¨® "el gran corsario", y lo convirti¨® en el raptor de la protagonista. Pues bien, este mismo Morato desembarc¨® el 1 de agosto de 1586 en Lanzarote y atac¨® Har¨ªa con 600 hombres. Llen¨® las bodegas de su flota de gallinas y cabras, frutas y verduras, y de todos los pobres harianos que pudo capturar. Por fin, antes de hacerse de nuevo a la mar, el Capit¨¢n Oscuro decidi¨® quemar las cosechas y el magn¨ªfico palmeral de Har¨ªa. Los harianos, muchos de los cuales se hab¨ªan librado de la esclavitud gracias a la cueva de los Verdes, volvieron a plantar sus palmeras.
El risco de Famara
Desde la cueva se puede llegar a Har¨ªa por Arrieta, a orillas del mar, con buena playa y restaurantes, o por M¨¢guez, que bien podr¨ªa llamarse la Har¨ªa Chica, dado su palmeral y ubicaci¨®n. En cualquiera de los dos casos las vistas del malpa¨ªs de la Corona y del Atl¨¢ntico (que quedan atr¨¢s) son imponentes. Una vez en Har¨ªa, no est¨¢ de m¨¢s pasear bajo los laureles de Indias de la plaza (los s¨¢bados por la ma?ana hay mercadillo de productos locales; no se pierdan los quesos de cabra), y por las calles de casas enjalbegadas y carpinter¨ªas azules y verdes.
Para subir al Bosquecillo y contemplar el palmeral desde el risco de Famara, se sale de Har¨ªa por el camino que deja el polideportivo a la derecha y se sigue por aqu¨ª hasta la ladera interior del risco. Poco a poco la vegetaci¨®n cambia, van quedando atr¨¢s los bancales cultivados, las higueras y los morales, hasta que al llegar a la cima nos adentramos en un bosquete de pino canario conocido como el Bosquecillo de Har¨ªa.
El Bosquecillo se encuentra en pleno macizo de Famara, una sierra que se extiende a lo largo de 23 kil¨®metros y llega a los 670 metros en las pe?as del Chache, su punto m¨¢s alto. Estos riscos fueron declarados zona de especial protecci¨®n para las aves (ZEPA). Basta con asomarse a esta pared que cae a pico sobre la playa y el oc¨¦ano Atl¨¢ntico para entender por qu¨¦. Aqu¨ª nidifican con poco riesgo colonias de ¨¢guilas pescadoras, alcaudones reales, pardelas cenicientas y halcones peregrinos. Las aves se ciernen sobre Famara aprovechando los vientos alisios, y abajo, al otro lado del risco, Har¨ªa con sus mil palmeras disfruta de la felicidad prometida.
Fernando Castanedo es autor de Triunfo y muerte del general Castillo (Pre-textos)
GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar
- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.es) vuela a Lanzarote, desde Madrid y Barcelona, a partir de 61 euros, tasas y gastos de emisi¨®n incluidos.
- Spanair (902 13 14 15 www.spanair.com) tiene vuelos a Lanzarote, a partir de 51 euros, tasas y gastos de emisi¨®n incluidos. Salidas desde Madrid.
Comer y dormir
- Villa Lola y Juan (928 83 52 56; www.villalolayjuan.com). Calle de Fajardo, 16. Har¨ªa. Casa rural fundada en 1930. Cuenta con piscina climatizada. Los propietarios organizan actividades de senderismo y salidas en bicicleta. Un apartamento para cuatro personas cuesta 140 euros.
- La Tegala (928 52 45 24; www.lategala.com). Carretera Arrecife-Yaiza, kil¨®metro 17. Situado en la playa de M¨¢cher, con vistas a Fuerteventura. Tapas t¨ªpicas y cocina canaria tradicional. Unos 20 euros.
Informaci¨®n
- Patronato de turismo de Lanzarote (www.turismodelanzarote.com).
- Gu¨ªa de actividades y ofertas de ocio de la isla (www.lanzaroteisland.com).
- www.cabildodelanzarote.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.