El drama que no cesa

?Existe duda alguna sobre el estado de guerra civil que se vive en Irak? Los dram¨¢ticos acontecimientos que cada d¨ªa se producen en ese pa¨ªs imponen la b¨²squeda de soluciones urgentes para poner fin a la tragedia. Las potencias ocupantes que desencadenaron la actual contienda est¨¢n obligadas a desplegar todas sus habilidades diplom¨¢ticas para detener la sangr¨ªa de v¨ªctimas inocentes ocasionadas por el odio desatado tras el derrocamiento del dictador. Tal vez, devolver a la ONU el verdadero papel de ¨¢rbitro que nunca debi¨® perder sea un buen comienzo. Quiz¨¢ el anuncio de una progresiva retirada de las fuerzas invasoras serene algo el fanatismo imperante en la regi¨®n. Podr¨ªa ser que la asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas y penales de quienes ocasionaron desmanes tan atroces como las torturas de Abu Graib, entre otros, se convirtieran en gestos capaces de iniciar la senda de la reconciliaci¨®n. De lo que no cabe la menor duda es de que pisotear la dignidad de un pueblo e ignorar su compleja amalgama cultural y religiosa, ocult¨¢ndolo bajo el falso manto de la democratizaci¨®n, se revelar¨¢ con el paso del tiempo en uno de los mayores atropellos de la historia contempor¨¢nea.