Peri¨®dicos en crisis, periodismo vivo
Los diarios de Estados Unidos luchan para adaptarse a las nuevas realidades de los lectores y de un mercado actual m¨¢s competitivo y fragmentado
La tirada de los diarios en Estados Unidos baja desde hace cinco a?os. El promedio de retroceso del ¨²ltimo semestre fue del 2,8% entre lunes y s¨¢bados y un 3,4% los domingos, seg¨²n la Asociaci¨®n Estadounidense de Peri¨®dicos (NAA, siglas en ingl¨¦s). El declive del anterior semestre fue del 2,5% y el 3,1%. Pocos se libran, y la ca¨ªda es m¨¢s pronunciada en cabeceras como The New York Times, The Washington Post y Los Angeles Times. Todos los diarios luchan en la transici¨®n a un mercado m¨¢s competitivo y fragmentado y combinan el papel y la pantalla para ganar audiencia.
Lo preocupante no es tanto los datos -ni nuevos ni radicales, en una industria con m¨¢rgenes de beneficio del 20%- como la tendencia, cree Tom Rosenstiel, director del Proyecto para la Excelencia del Periodismo (PEJ), asociado en su origen a la Universidad de Columbia y ahora integrado en el Centro de Investigaci¨®n Pew de Washington. "2006 es un a?o muy dif¨ªcil, como los anteriores. Se mantienen los problemas, no son c¨ªclicos. Da la impresi¨®n de que son estructurales".
Los peri¨®dicos combinan el papel y la pantalla de ordenador para ganar audiencia
Hay peri¨®dicos locales y especializados que ganan en tirada; algunos descensos en difusi¨®n se deben a la eliminaci¨®n de ventas en bloque. Y "los datos tradicionales son s¨®lo parte de c¨®mo hay que medir la difusi¨®n; lo que se empieza a hacer es combinar las audiencias en papel y on line; la Audiencia Total muestra que los consumidores v¨ªa Internet a?aden decenas de miles de lectores a la difusi¨®n de un peri¨®dico", seg¨²n Niki Woodard, del equipo del PEJ, pero la p¨¦rdida de lectores de papel es superior a la ganancia de los que se incorporan a trav¨¦s de la pantalla, que, adem¨¢s, suelen pasar muy velozmente por los contenidos.
"La audiencia va hacia Internet, que es el futuro de los peri¨®dicos", pero ¨¦sa no es hoy la cuesti¨®n, dice Rosenstiel. La pregunta fundamental es: ?La prensa es un sector en v¨ªas de extinci¨®n o es un sector en transici¨®n? "Digo esto, porque podr¨ªamos estar ante una industria en plena fusi¨®n, que crece en Internet y que se recorta en el papel... No estamos hablando de una granja de caballos de pura raza a principios del siglo XX, cuando la gente ya no quer¨ªa caballos; la gente quiere noticias, quiere informaci¨®n, y los peri¨®dicos producen informaci¨®n. Puede que llegue un momento en el que estos peri¨®dicos no quieran ya rotativas, no necesiten ya furgonetas de reparto, pero seguir¨¢n necesitando redacciones. Si Google o Yahoo! se convierten en las organizaciones de comunicaci¨®n m¨¢s grandes del mundo, van a necesitar redacciones... Y la gente preparada para eso est¨¢ en las redacciones de The New York Times, de Los Angeles Times...".
Las compa?¨ªas de los ferrocarriles se equivocaron cuando creyeron que estaban en el negocio de los trenes, cuando en realidad estaban en el negocio del transporte. Es el negocio de la informaci¨®n, no el negocio de los peri¨®dicos, recuerdan los expertos.
The Washington Post ha perdido un 3,3% de circulaci¨®n y est¨¢ en plena reorganizaci¨®n. Su director, Leonard Downie, Jr., acaba de enviar un mensaje a la redacci¨®n en el que dice que "hay mucho que hacer para maximizar la difusi¨®n del peri¨®dico impreso, consolidar la p¨¢gina web y reducir a¨²n m¨¢s los costes en la redacci¨®n". Eso incluye recortes de plantilla, art¨ªculos m¨¢s cortos y cambios de asignaci¨®n de los periodistas en funci¨®n de las necesidades. "Intentamos, ya desde hace tiempo", explica uno de los jefes de redacci¨®n del Post, "tener un contacto directo con los lectores para conocer lo que m¨¢s les interesa, sobre todo en informaci¨®n local; al periodista se le pide ser responsable de sus informaciones ante los lectores y atender el correo electr¨®nico; y estamos tratando de escribir historias m¨¢s cortas. La gente tiene menos tiempo: el Post del domingo, por ejemplo, puede tener 70.000 palabras, el tama?o de una novela. ?Qui¨¦n va a leer todo eso? Queremos dejar espacios largos para ocasiones especiales y buscar maneras de escribir piezas m¨¢s cortas".
Los diarios reaccionan, confirma Rosenstiel, "pero es s¨®lo la primera fase. La p¨¢gina web de The New York Times es mejor que la de hace un a?o, la de The Washington Post es interesante, hay otros peri¨®dicos peque?os que est¨¢n haciendo cosas... Pero vemos una idea aqu¨ª y otra all¨ª, no una visi¨®n global que suponga un salto adelante. Creo que no hay ninguna empresa que haya logrado resolver los problemas y est¨¦ haciendo ya el pr¨®ximo periodismo. Hay unas cuantas buenas ideas y experimentos, pero nadie ha conseguido a¨²n estructurar todo. Adem¨¢s, el foco est¨¢ ahora en c¨®mo reducir plantillas y organizar la transici¨®n, y las redacciones a¨²n no se han organizado bien. Estamos en el principio de la transici¨®n".
En esta fase, florecen las discusiones como la que acaba de haber en la Columbia University de Nueva York. "Tendr¨ªa que ser extraordinariamente miope para no estar preocupado por la situaci¨®n", confes¨® Rex Smith, director de The Albany Times Union. "Internet cambia el modelo de negocio y la industria no est¨¢ preparada para las ramificaciones de la publicidad on line", dijo Bill Grueskin, director gerente de la edici¨®n electr¨®nica de The Wall Street Journal.
Es cierto, pero empieza a espabilar: siete grupos acaban de firmar un acuerdo con Yahoo! por el que la empresa de Internet compartir¨¢ contenidos y anuncios por palabras con 150 diarios.
?Sobrevivir¨¢n los peri¨®dicos?, era la pregunta de otro debate, organizado por el PEJ. "Conf¨ªo plenamente en ello; lo m¨¢s duro ser¨¢ la transici¨®n, pero despu¨¦s, el abaratamiento de la distribuci¨®n permitir¨¢ a las empresas gastar m¨¢s en las redacciones", asegur¨® Paul Ginocchio, analista de medios del Deustche Bank. "Yo conf¨ªo muy poco", dijo Phil Meyer, de la escuela de Periodismo de Carolina del Norte: "Los medios tradicionales son reacios a asumir riesgos y poco dados a invertir en experimentos".
"Algunos sobrevivir¨¢n, otros florecer¨¢n, pero no est¨¢ claro la cantidad y calidad del periodismo que producir¨¢n", seg¨²n John Carroll, que dirigi¨® Los Angeles Times entre 2000 y 2005. Es un momento preocupante, cree el jefe de redacci¨®n del Post. "No est¨¢ muy claro lo que va a pasar, nadie tiene f¨®rmulas m¨¢gicas para abordar estos problemas: la gente no lee tanto como antes, es dif¨ªcil encontrar v¨ªas para rentabilizar las ediciones electr¨®nicas que hacemos y para aplicar ventajosamente los avances tecnol¨®gicos. Yo creo que la ¨²nica respuesta es hacer peri¨®dicos mejores y m¨¢s s¨®lidos, que tengan el valor de enfrentarse a los poderes sin miedo y con firmeza y que sepan defender los intereses de los lectores".
"?sta es una tremenda transici¨®n", asegura Tom Rosenstiel. "Es como cuando se invent¨® el tel¨¦grafo: todo est¨¢ cambiando". Y si se combinan las capacidades, las empresas "saldr¨¢n adelante". "No hay ning¨²n indicio de que una empresa de alta tecnolog¨ªa sepa c¨®mo obtener noticias sin m¨¢s, c¨®mo producir informaci¨®n. Microsoft lo intent¨® con la web Sidewalk hace unos a?os y no lo logr¨®; Google ni siquiera lo ha intentado, hace que los ordenadores recojan la informaci¨®n de otra gente. Lo que hace falta es unir la capacidad que tiene una redacci¨®n para producir noticias con las posibilidades de las empresas de tecnolog¨ªa punta. Una redacci¨®n tiene una cultura peculiar; tiene que estar compuesta de personas convertidas a la religi¨®n del periodismo, lo que significa decir la verdad sin miedos ni favoritismos. En una buena redacci¨®n hay un sentido de misi¨®n p¨²blica, y eso es algo que le hace estar inc¨®moda en el seno de una empresa, en una cultura comercial; pero sin esta otra cultura no se puede organizar un producto informativo".
Casi todos caen
La Asociaci¨®n Estadounidense de Peri¨®dicos (NAA, siglas de su denominaci¨®n en ingl¨¦s) obtiene sus cifras de la Oficina de Control de la Difusi¨®n de EE UU, un organismo financiado por los empresarios del sector, las agencias de publicidad y los anunciantes. La Oficina usa datos -circulaci¨®n de prensa, difusi¨®n de peri¨®dicos y actividad de las p¨¢ginas web- de 770 diarios (619 en el caso de las ediciones dominicales).
USA Today, el diario de mayor venta en EE UU (2.269.509 ejemplares), cay¨® un 1,3%, y The Wall Street Journal, el segundo (2.043.235) retrocedi¨® el 1,9%. La ca¨ªda del tercero, The New York Times (1.086.798), fue superior, del 3,5%. Los Angeles Times (775.766), perdi¨® el 8% por una combinaci¨®n de la larga crisis que atraviesa y la reducci¨®n de distribuciones especiales (hoteles, colegios). The Washington Post perdi¨® un 3,3%, hasta los 656.297 ejemplares. Y cae, por primera vez despu¨¦s de a?os de crecimiento, la prensa en espa?ol (aunque aumenta la audiencia televisiva).
Hay diarios que crecen, pero entre los 20 primeros, s¨®lo dos, los tabloides de Nueva York: The New York Post, del grupo Murdoch, gana un 5,1% y se coloca en 704.011 ejemplares, superando de esta forma a su archirrival The New York Daily News, que sube un 1%, hasta las 693.382 copias. Y crecen los diarios electr¨®nicos: la NAA se?ala que en el tercer trimestres de 2006, 57 millones de personas -m¨¢s de un tercio de todos los usuarios de Internet- visitaron las p¨¢ginas web de los diarios, un 24% m¨¢s que hace un a?o.
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