M¨¢xima protecci¨®n para el Pont¨ªfice
Los servicios de seguridad turcos lanzan uno de sus mayores despliegues ante la visita papal
Un polic¨ªa en cada cruce de calles. Grupos de agentes apostados en los principales ejes del recorrido del Papa. Blindados, motos, tiradores de ¨¦lite en los tejados. Turqu¨ªa ha echado al vuelo las luces de emergencia de sus servicios de seguridad para recibir hoy a Benedicto XVI. Desde que una escuadrilla de cazas de combate escolte al avi¨®n papal nada m¨¢s entrar en el espacio a¨¦reo turco, hasta su despedida desde Estambul, en la ma?ana del viernes, Joseph Ratzinger no estar¨¢ solo.
El Gobierno turco ha puesto en marcha un despliegue de seguridad sin precedentes en un pa¨ªs en el que la presencia policial forma habitualmente parte del paisaje. M¨¢s de 15.000 polic¨ªas y gendarmes han sido movilizados en Ankara, Esmirna y Estambul. Un operativo de m¨¢xima seguridad -tres c¨ªrculos conc¨¦ntricos de vigilancia, adem¨¢s de los propios guardaespaldas de la Guardia Suiza vaticana- que supera al de la visita a Turqu¨ªa de presidente George W. Bush durante la cumbre de la OTAN de junio de 2004.
La ruta desde el aeropuerto de Ankara hasta el centro de la capital ya estaba tomada anoche por centenares de polic¨ªas, casi tantos como banderolas rojas turcas, y amarillas y blancas del Estado Vaticano. Quienes se asomen a la autopista no sabr¨¢n en qu¨¦ veh¨ªculo viaja el Papa. Habr¨¢ tres coches blindados iguales, pero s¨®lo uno tendr¨¢ pasajeros ocultos en su interior.
El Pont¨ªfice se trasladar¨¢ al Mausoleo de Atat¨¹rk (primer hito obligado en toda visita oficial a Ankara) y al palacio de ?ankaya, donde se entrevistar¨¢ con el presidente de la Rep¨²blica, Ahmet Necdet Sezer, un ex alto juez laico, nacionalista y respaldado por el Ej¨¦rcito, que hace de contrapeso con su poder de veto al Gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan.
Turqu¨ªa entra en 2007 en un complicado a?o electoral, para relevar a Sezer, mediante elecci¨®n indirecta en mayo, en un Parlamento controlado por los islamistas de Erdogan, que a su vez temen perder la mayor¨ªa absoluta en los comicios legislativos previstos para noviembre del a?o que viene.
El ¨²nico miembro de la Administraci¨®n de Erdogan que se encontrar¨¢ tambi¨¦n ma?ana con el Pont¨ªfice ser¨¢ el director de Asuntos Religiosos, Al¨ª Bardakoglu, quien el pasado mes de septiembre, tras el pol¨¦mico discurso de Benedicto XVI sobre el Islam en la universidad alemana de Ratisbona, no vacil¨® en criticar duramente los "prejuicios" del Pont¨ªfice. Bargakoglu ha intentado rebajar la tensi¨®n con unas templadas declaraciones en los d¨ªas previos a la visita del Papa. Bardakoglu coordina el culto y los sermones de todos los imanes de las mezquitas, que en la laica Turqu¨ªa tienen estatuto de funcionarios.
Los turcos contemplan la visita papal con una estudiada pose de indiferencia y curiosidad. Los m¨¢s pragm¨¢ticos la consideran un examen m¨¢s en el largo camino del pa¨ªs hacia la Uni¨®n Europea, y que ayer volvi¨® a sufrir un nuevo sobresalto por el contencioso entre Turqu¨ªa y Chipre. Otros creen que Benedicto XVI viene a pedir perd¨®n por sus ofensas al profeta Mahoma. "Es importante que exista una aproximaci¨®n entre culturas, que en la visita del Papa a Santa Sof¨ªa no se creen situaciones de peligro para su seguridad", argumenta el columnista Murat Yekin del diario laico Radikal.
Los grupos radicales islamistas han hecho correr la voz en la sociedad turca, y la prensa se ha hecho eco, de que el Papa pretende rezar en Santa Sof¨ªa, un antiguo templo bizantino cristiano reconvertido en el modelo del esplendor del islamismo en el Imperio Otomano, y que la Rep¨²blica laica prefiri¨® transformar en museo hist¨®rico. Joseph Ratzinger tendr¨¢ que emplear el jueves unos pocos minutos en atravesar la plaza de Sultanahmet para acudir a un templo musulm¨¢n activo. Su visita a la hist¨®rica Mezquita Azul ser¨¢ la segunda que hace un Papa, tras la efectuada por Juan Pablo II en Damasco.
El antiguo ultraderechista turco Mehmet Al¨ª Agca, que atent¨® contra Juan Pablo II en la plaza de San Pedro en 1981, tampoco ha querido perder la ocasi¨®n de llamar la atenci¨®n p¨²blica desde la c¨¢rcel. En una carta le¨ªda ayer por su hermano, Al¨ª Agca, que ha pedido permiso a las autoridades penitenciarias para poder reunirse con Benedicto XVI, da noticia de sus exc¨¦ntricas visiones religiosas -dice ser un nuevo mes¨ªas- y reclama una inmediata excarcelaci¨®n. Su salida temporal de prisi¨®n, a causa de un supuesto error judicial, ya desat¨® el pasado febrero una polvareda pol¨ªtica en Turqu¨ªa.
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