?Estilo Tarradellas?
La personalidad y el estilo pol¨ªticos de Jos¨¦ Montilla est¨¢n en las ant¨ªpodas de las biograf¨ªas pol¨ªticas de Jordi Pujol y de Pasqual Maragall. Quiz¨¢ el nuevo presidente de la Generalitat se acerca m¨¢s a la manera de entender la pol¨ªtica que ten¨ªa Josep Tarradellas. ?ste conoc¨ªa y dominaba a la perfecci¨®n el sentido y la liturgia del poder. Jos¨¦ Montilla parece que tambi¨¦n tiene este dominio. Pero no son los l¨ªderes pol¨ªticos propios de las llamadas democracias de audiencia, en las que la imagen es esencial. En cambio, Pujol y Maragall han tenido el don del carisma y la capacidad de seducir a amplios sectores de la sociedad catalana. Se podr¨¢ estar de acuerdo o no con sus ideas y con su forma de entender el gobierno, pero su fuerte personalidad pol¨ªtica y su manera espont¨¢nea y directa de comunicaci¨®n les daba un liderazgo moral de proyecci¨®n nacional. Esto no es necesariamente positivo e, incluso, puede ocultar deficiencias reales de gobierno, pero se trata de destacar su personalidad pol¨ªtica y el indudable impacto que ha tenido en la sociedad catalana en los ¨²ltimos 30 a?os. Jordi Pujol y Pasqual Maragall son los pol¨ªticos catalanes m¨¢s importantes del ¨²ltimo tercio del siglo XX y est¨¢n entre los m¨¢s destacados en la historia contempor¨¢nea de Catalu?a. Josep Tarradellas tambi¨¦n. As¨ª que el reto que tiene planteado Jos¨¦ Montilla exige altura pol¨ªtica.
Jos¨¦ Montilla conoce y domina a la perfecci¨®n la liturgia del poder y por eso el nuevo presidente de la Generalitat est¨¢ m¨¢s cerca de Tarradellas que de Pujol y Maragall
El punto de partida es agridulce porque su llegada a la presidencia es plenamente leg¨ªtima, pero no ser¨¢ f¨¢cil borrar la imagen de que el anterior presidente de la Generalitat fue despachado. Las formas son importantes en la democracia. "Esto es pol¨ªtica", dir¨¢n los que saben c¨®mo va el negocio. Pero uno puede preguntarse: ?cu¨¢les habr¨ªan sido los resultados electorales si Pasqual Maragall se hubiera presentado a reelecci¨®n?, ?mejores, iguales o peores? No tengo ninguna duda al respecto, y ahora Artur Mas, probablemente, no pondr¨ªa cara de haber perdido lo que cree haber ganado. Dicho una ¨²ltima vez y no m¨¢s: la candidatura de Pasqual Maragall significaba el reconocimiento al presidente de Catalu?a que ha conseguido llevar a puerto la reforma del Estatuto y, en concreto, no ceder a las presiones y maniobras de quienes le culpaban de todo, incluso faltando al respeto a la instituci¨®n de la presidencia de la Generalitat. En la renuncia de Pasqual Maragall hay un reconocimiento de soledad pol¨ªtica ante una dimisi¨®n colectiva, la del PSC y de muchos m¨¢s ciudadanos de Catalu?a. Es como si los de all¨¢, con la ayuda de algunos caballos de Troya, nos hubieran ganado la moral. Consiguieron incluso que unos cuantos catalanistas escribieran: "?Qu¨¦ habremos hecho mal?". Cuando lo cierto es que, por activa y por pasiva, nos han dicho y repetido desde La Moncloa y desde otros centros de poder que los asuntos de Espa?a y de Catalu?a se deciden en Madrid. Esta cultura centralista hay que combatirla y cambiarla si se quiere conseguir realmente una transformaci¨®n del Estado auton¨®mico en sentido federal y plurinacional.
Es cierto tambi¨¦n que se puede hacer una lectura positiva, incluso esperanzadora, de c¨®mo se puede reconducir el Gobierno de coalici¨®n entre el PSC, ERC e ICV-EUiA. Jos¨¦ Montilla adquirir¨¢ perfil propio y prestigio como presidente de la Generalitat en la medida en que consiga introducir una nueva manera de ejercer el gobierno en Catalu?a, despu¨¦s de 23 a?os de presidencialismo pujolista. El reto que tiene ante s¨ª es la confirmaci¨®n de una nueva ¨¦poca en la pol¨ªtica catalana, bajo la hegemon¨ªa de unas izquierdas plurales y, al mismo tiempo, leales y comprometidas con un proyecto com¨²n. Veo m¨¢s capaz a Jos¨¦ Montilla que a Pasqual Maragall para esta funci¨®n, como l¨ªder de un Gobierno de coalici¨®n. La mayor¨ªa de los analistas coinciden en la capacidad de Jos¨¦ Montilla para dirigir equipos, para nombrar a los colaboradores adecuados y para destituirlos sin contemplaciones si lo cree necesario. Jos¨¦ Montilla tiene la experiencia requerida como gobernante, que Josep Tarradellas hubiera considerado oportuna para acceder a la presidencia de la Generalitat. Ha sido durante a?os alcalde de Cornell¨¤ y ha vivido de cerca los problemas y las necesidades de la ciudadan¨ªa, y tambi¨¦n ha ejercido los cargos de presidente de la Diputaci¨®n de Barcelona y de ministro de Industria del Gobierno de Zapatero. Como en el caso de Tarradellas, todo indica que sabe mandar y sabe delegar.
Tarradellas entend¨ªa la democracia como el gobierno del pol¨ªtico, al que se le exige plena dedicaci¨®n a la funci¨®n p¨²blica, en representaci¨®n de los intereses de los ciudadanos. Se hace pa¨ªs en la medida en que se tiene poder pol¨ªtico y se gobierna adecuadamente, responsablemente. El poder debe hacerse respetar y ser respetado, empezando por los medios de comunicaci¨®n. Este sentido protocolario y lit¨²rgico del cargo pol¨ªtico, esta presencia ritual de lo p¨²blico, es un sello de identidad del tarradellismo. Creo que a Jos¨¦ Montilla le gusta el estilo Tarradellas.
El poder exige tambi¨¦n discreci¨®n y saber administrar la informaci¨®n. Tarradellas era un maestro en esto. Los primeros movimientos en la formaci¨®n del Gobierno ya muestran a Jos¨¦ Montilla como un alumno aventajado, as¨ª como su autoridad para que se constituya un Gobierno de tres bajo su liderazgo personal, y no tres gobiernos en uno. Es muy conveniente que as¨ª sea. Pero esto no equivale a aprobar algunas filtraciones en los medios de comunicaci¨®n (seg¨²n parece, confirmadas) sobre los criterios organizativos del nuevo Gobierno, como el desplazamiento de Universidades a Industria, Comercio y Turismo. Hay que recordar, asimismo, que ¨¦ste no es un Gobierno de dos m¨¢s uno, aunque Jos¨¦ Montilla trata a Joan Saura como si fuera el Duran Lleida de las izquierdas catalanas; es decir, como si ICV-EUiA formara parte de una federaci¨®n con el PSC. A la coalici¨®n ICV-EUiA le interesa corregir esta confusi¨®n. No lo tiene dif¨ªcil. Basta con saber que el Gobierno de Entesa Nacional i de Progr¨¦s tiene tres ruedas, que la tercera es tan importante como las otras dos y que sin ella el Gobierno se cae.
Miquel Caminal es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Barcelona.
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