El precedente del Plan Sociosanitario

El consejero de Sanidad, Gabriel Incl¨¢n, ya se vio en una situaci¨®n similar a la que ahora debe afrontar Javier Madrazo. En diciembre de 2005, el Gobierno, las tres diputaciones y Eudel, la asociaci¨®n que re¨²ne a todos los municipios vascos, aprobaron el Plan Sociosanitario. Desde el primer momento, el Ejecutivo se mostr¨® reacio a debatirlo en el Parlamento en una sesi¨®n monogr¨¢fica y se escud¨® en que se trataba de un plan interinstitucional y no estrictamente gubernamental.

Sin embargo, la insistencia de la oposici¨®n, que el pasado mayo sac¨® adelante una proposici¨®n no de ley para que Incl¨¢n debatiese el documento en la C¨¢mara, venci¨® las reticencias de ¨¦ste. El debate se celebr¨® el pasado d¨ªa 24 y a la hora de presentar el tetxo, el consejero dej¨® claro que lo hac¨ªa en calidad de presidente del Consejo de Bienestar Social, que agrupa a todas las instituciones con competencias en la materia, y no como titular de Sanidad. Al final, Gobierno y oposici¨®n (PP, EHAK y Aralar) transaccionaron numerosas propuestas. S¨®lo los socialistas se quedaron al margen del acuerdo y solicit¨® sin ¨¦xito la retirada del documento por considerarlo insuficiente.

Madrazo ya se ha visto envuelto en una situaci¨®n similar con ocasi¨®n de la aprobaci¨®n del Plan Director de Vivienda para el cuatrienio 2002-2005. Entonces, se neg¨® a debatir la iniciativa en un pleno monogr¨¢fico, a diferencia de lo que hab¨ªa ocurrido con los dos planes anteriores, aprobados cuando la consejer¨ªa estaba en manos de EA, y donde la oposici¨®n pudo hacer aportaciones. Vivienda justific¨® su negativa en un intento de poner el plan en marcha cuanto antes. Por eso, lo ¨²nico que hizo fue presentar el texto en la comisi¨®n sectorial de la C¨¢mara, donde la oposici¨®n s¨®lo pudo preguntar.

PSE y PP recurrieron a la Mesa de la C¨¢mara para reclamarle la celebraci¨®n de un pleno, a lo que esta respondi¨® afirmativamente. Cuando parec¨ªa que la celebraci¨®n del pleno monogr¨¢fico era ya una realidad, la oposici¨®n se llev¨® una desagradable sorpresa. Los grupos del tripartito presentaron un escrito para que la Mesa de la C¨¢mara anulase el pleno argumentando que el Parlamento no es competente para exigirle al Ejecutivo un debate sobre uno de sus planes si ¨¦ste no lo plantea por su propia iniciativa. El caso es que al final no se celebr¨® el debate para enfado de populares y socialistas.