"No tenemos suficiente informaci¨®n sobre lo que implica la ley"

Jos¨¦ Carlos Carballo, de 39 a?os, sufri¨® un ictus cerebral hace siete que lo dej¨® inm¨®vil en una silla de ruedas pero con una perfecta lucidez. Al principio s¨®lo pod¨ªa mover los p¨¢rpados, con los que logr¨® expresarse. Ahora mueve el cuello, varios m¨²sculos faciales y un dedo, gracias al cual puede escribir y comunicarse con el mundo. Come a trav¨¦s de una sonda, tiene un respirador artificial y necesita a alguien a su lado para cualquier actividad que implique moverse.

Vive en una residencia por la que paga 1.800 euros al mes y tiene una pensi¨®n de 2.000. "Apenas nos llega para las medicinas que no cubre la Seguridad Social, la rehabilitaci¨®n, que es muy cara, y los gastos de taxi cada vez que vamos a cualquier sitio", explica su esposa, Puri Rodr¨ªguez, de 35 a?os, "porque tampoco va a estar confinado en la residencia". Al final tienen que usar el sueldo de ella para muchos gastos. Puri se queja de que en su ciudad, Valladolid, no haya una residencia p¨²blica.

No tienen muy claro en qu¨¦ les va a ayudar la Ley de Dependencia. "No tenemos suficiente informaci¨®n", explica Jos¨¦ Carlos por correo electr¨®nico. Como gran dependiente, podr¨ªa tener derecho a un asistente personal si decide dejar la residencia. "A m¨ª me encantar¨ªa volver a casa", dice. "Ser¨ªa mucho m¨¢s agradable. Pero yo necesitar¨ªa no uno, sino dos asistentes, y no s¨¦ si eso lo cubre la ley". A pesar de todo, est¨¢ expectante y considera que es un "gran avance".