La herida abierta de Vietnam
Miles de ni?os sufren a¨²n las terribles secuelas del 'agente naranja' empleado por EE UU en la guerra
Le Quang Chon es un hombre roto; roto por la guerra de Vietnam, que para ¨¦l, como para muchos en su pa¨ªs, nunca acab¨®. El agente naranja, un herbicida utilizado ampliamente por EE UU durante el conflicto, con el doble prop¨®sito de eliminar la vegetaci¨®n para dejar al descubierto al enemigo y destruir las cosechas, ha arruinado su vida, la de sus hijos y la de su nieta. Las tres generaciones de la familia sufren graves problemas de salud, a causa de la dioxina que conten¨ªa el herbicida, seg¨²n aseguran los m¨¦dicos vietnamitas.
Este compuesto qu¨ªmico extremadamente t¨®xico ha sido culpado de la alta incidencia de enfermedades de la piel, malformaciones gen¨¦ticas, c¨¢ncer, discapacidades mentales y otros problemas que sufren la poblaci¨®n de algunas zonas de Vietnam y veteranos del conflicto de EE UU, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y sus familias.
Sentado en un banco en su modesta vivienda en las afueras de Thanh Hoa -una poblaci¨®n de 200.000 almas, 200 kil¨®metros al sur de Hanoi-, Le Quang, un antiguo campesino, de 54 a?os, mira hacia el pasado, y, con los ojos inundados de l¨¢grimas, que en ocasiones no logra contener, cuenta su historia. A su lado, su nieta se agita en los brazos de su esposa, que tiene la mirada perdida. Junto a la pared, un peque?o altar con una foto rinde memoria al menor de sus tres hijos, Chung, fallecido hace dos meses, a los 21 a?os.
"Tras finalizar la guerra en 1975, mi esposa tuvo nuestro primer beb¨¦. Pero lo que naci¨® no era un ser humano. En tres ocasiones, dio a luz seres que eran monstruos, y que murieron inmediatamente. Poco despu¨¦s, naci¨® una ni?a que parec¨ªa normal. En 1982 tuvimos un ni?o, y en 1985, otro. Pero seg¨²n se hac¨ªan mayores comenzaron a sentir dolores en los huesos. Los m¨¦dicos diagnosticaron a la chica c¨¢ncer y, cuando ten¨ªa 15 a?os, le tuvieron que amputar una pierna", dice. Lo mismo le ocurri¨® al menor, mientras el segundo apenas puede caminar y tiene que utilizar muletas. "Luego, mi hija se cas¨® y tuvo una ni?a", contin¨²a. "Pero cuando los m¨¦dicos descubrieron que ¨¦sta ten¨ªa espina b¨ªfida a causa del agente naranja, su marido las abandon¨®".
La peque?a, Le Thi Lan Anh, de 6 a?os, es una de los muchos ni?os que, cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito de EE UU rociara Vietnam con el defoliante, siguen naciendo con da?os en el cerebro, caderas incompletas y otras deformidades. Pero Washington insiste en que no hay pruebas cient¨ªficas suficientes que demuestren que las dioxinas son la causa.
Seg¨²n la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, hasta 4,8 millones de personas pudieron resultar expuestas al herbicida. "M¨¦dicos vietnamitas han concluido que la dioxina es la causante de diferentes enfermedades, y produce cambios en los genes y los cromosomas de la gente expuesta, sus hijos y sus nietos. Estimamos que hay al menos un mill¨®n de v¨ªctimas", afirma el doctor Le Ke Son, responsable del Gobierno de Vietnam para los temas relacionados con el agente naranja.
Entre 1961 y 1971, las fuerzas estadounidenses arrojaron alrededor de 80 millones de litros de herbicidas sobre las junglas y plantaciones, principalmente en Vietnam, pero tambi¨¦n en Laos y Camboya. Un total de 15 productos qu¨ªmicos fueron ensayados o utilizados. Los principales fueron los "herbicidas del arco iris", llamados as¨ª por el color de las marcas de identificaci¨®n en los barriles. Entre ellos, el agente naranja fue el m¨¢s empleado debido a su efectividad para convertir los bosques en mares de esqueletos de troncos y ramas. Era pulverizado desde aviones, helic¨®pteros, camiones y lanchas, pero tambi¨¦n a mano en los alrededores de las propias bases a¨¦reas. S¨®lo en Vietnam fueron rociados 24.000 kil¨®metros cuadrados con qu¨ªmicos. Cuando el l¨ªquido llov¨ªa del cielo, los soldados y la poblaci¨®n utilizaban trapos impregnados con orina para protegerse la boca y la nariz.
"No s¨¦ de ninguna guerra que haya dejado una cicatriz como la guerra de Vietnam, una cicatriz que puedes ver en el cuerpo de mucha gente", asegura Nguyen Minh Y, de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Agente Naranja de Vietnam.
Tres zonas del pa¨ªs son consideradas a¨²n hoy altamente contaminadas: los alrededores de las antiguas bases a¨¦reas de Da Nang, Phu Cat y Bien Hoa, en cuyas instalaciones eran almacenados los qu¨ªmicos. Los terrenos y estanques colindantes tienen un alto contenido de dioxina. Un estudio realizado en Bien Hoa con la colaboraci¨®n de cient¨ªficos canadienses ha detectado en el suelo niveles varios centenares de veces superiores a los aceptables en otros pa¨ªses.
Miles de ni?os con problemas han nacido de padres que no se vieron expuestos al herbicida durante la guerra, pero que, seg¨²n los expertos, pueden haber consumido alimentos contaminados. Aunque las autoridades advierten a quienes viven cerca de estas zonas que no beban el agua, coman el pescado o cultiven frutas o vegetales, alguna gente sigue sin estar al tanto del peligro.
Las v¨ªctimas pertenecen normalmente a las familias m¨¢s pobres. Incapaces de hacerse cargo de estos ni?os, muchas los abandonan en un pa¨ªs en el que los defectos de nacimiento son considerados un castigo por los males cometidos por alg¨²n ancestro. Acaban en los llamados Poblados de la Paz, que son financiados por el Gobierno y pa¨ªses como Alemania. Existen 11, que acogen a unos 1.000 chicos, pero tratan a muchos m¨¢s. En ellos reciben educaci¨®n, cuidados m¨¦dicos y rehabilitaci¨®n. Pero, seg¨²n asegura Nguyen Thi Thanh Phuong, directora del centro de Hanoi, establecido en 1998 en un antiguo cuartel de paredes desconchadas, carecen de fondos suficientes. El PIB per c¨¢pita de Vietnam fue de 610 d¨®lares (460 euros) en 2005, menos de la mitad que el de China (1.416 d¨®lares).
El Poblado de la Paz adjunto al hospital de obstetricia Tu Du, en Ciudad Ho Chi Minh (antigua Saig¨®n), es el principal. Alberga a 60 chavales con graves malformaciones. En una de las habitaciones, dormita una ni?a de 11 a?os de cabeza mucho m¨¢s ancha que los hombros; otra, con todo el cuerpo cubierto de escamas negras, da patadas al aire atada en una cama; m¨¢s all¨¢, una criatura de cuatro a?os, sin ojos, agita las manos delante de la piel que cubre el lugar que deb¨ªan ocupar los p¨¢rpados.
"La mayor¨ªa de los ni?os que est¨¢n aqu¨ª no tiene familia", explica Nguyen Thi Phuong Tan, la directora. "Cuando las mujeres vienen a dar a luz, les hacemos ultrasonidos, pero esto no es posible en los pueblos. Y para la gente es inasequible hacerse una prueba de ADN antes de tener un ni?o, ya que cuesta 2.000 d¨®lares".
En otra de las habitaciones, Nguyen Viet, de 25 a?os, que carece de capacidad cognitiva, agita la cabeza sobre una almohada mientras emite sonidos guturales sujeto por el brazo a la cama. Viet, cuyo cuerpo parece un mu?¨®n, fue separado de su hermano siam¨¦s Duc -quien trabaja en el centro, en inform¨¢tica- cuando ten¨ªan siete a?os. Cada uno de ellos tiene una pierna, y padecen serias deformaciones ¨®seas. Otros internados -como un ni?o de cinco a?os con ojos como pelotas de ping pong, o un chaval sin piernas y dos dedos en forma de pinzas en lugar de manos- corretean por los pasillos, r¨ªen o dan saltos por las camas como cualquier otro ni?o.
La guerra finaliz¨® el 30 de abril de 1975, cuando los comunistas del Norte tomaron Saig¨®n y unificaron el pa¨ªs. Hanoi y Washington restablecieron relaciones diplom¨¢ticas en 1995, y est¨¢n intentando cimentar sus relaciones, gracias a la intensificaci¨®n de los intercambios econ¨®micos.
Estados Unidos ha descartado compensar a las v¨ªctimas vietnamitas, aunque se ha mostrado dispuesto a proporcionar asistencia t¨¦cnica y fondos para limpiar las zonas contaminadas. La organizaci¨®n de veteranos de guerra estadounidenses proporciona expertos, y la Fundaci¨®n Ford ha financiado estudios medioambientales y sanitarios.
Para el doctor Le Ke Son, no es suficiente. "EE UU debe cooperar de una forma m¨¢s estrecha", afirma. Le Ke Son asegura que el Gobierno da una pensi¨®n media de unos 18 d¨®lares al mes a un total de 209.000 v¨ªctimas, lo que representa m¨¢s de 40 millones de d¨®lares al a?o. Una cifra que m¨¦dicos y v¨ªctimas consideran insuficiente.
Los afectados exigen a Washington que reconozca su responsabilidad y una compensaci¨®n clara. En 1984, los veteranos estadounidenses lograron 180 millones de d¨®lares de las compa?¨ªas fabricantes del agente naranja, como Monsanto y Dow Chemical. Antiguos soldados de Australia, Canad¨¢ y Nueva Zelanda llegaron a un acuerdo extrajudicial ese mismo a?o. Y en enero pasado, el Tribunal de Apelaciones de Corea del Sur orden¨® a Monsanto y Dow pagar 62 millones de d¨®lares a 6.800 veteranos del pa¨ªs.
En 2004, la asociaci¨®n de v¨ªctimas vietnamitas present¨® una demanda contra los fabricantes en un tribunal de Nueva York, pero fue rechazada. El Gobierno estadounidense no est¨¢ incluido en la demanda ya que esgrime inmunidad soberana. En septiembre de 2005, la asociaci¨®n apel¨®. La decisi¨®n judicial est¨¢ pendiente.
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