M¨¢s sudaderas que pana
La asamblea muestra una mezcla entre las actitudes de la nueva juventud militante y los viejos combatientes nacionalistas
Var¨®n, cuarenta y pico a?os, estudios medios o universitarios, profesor o administrativo, vilego. Este ser¨ªa -de existir alg¨²n estudio al respecto- el previsible perfil tipo de militante del Bloque Nacionalista Galego. En el inmenso adro que constituye el vest¨ªbulo del Pazo de Congresos de Galicia abundan las personas que responden a este estereotipo, pero el paisaje humano es mucho m¨¢s variado. Por ejemplo, en la cola de acreditaciones de A Coru?a-A Monta?a (as¨ª, con dos narices) bulle un grupo juvenil que, por su aspecto y por c¨®mo combinan pronombres y formas verbales en gallego, hace a?os tendr¨ªan pocas posibilidades de ser elegidos militantes del mes.
El m¨¢s callado, con chupa de cuero de motorista y gafas de pasta, es Aitor Romero, de 21 a?os, fontanero y afiliado desde hace s¨®lo un mes. "Aunque llevo tiempo de simpatizante. Desde peque?o me gust¨® el Bloque, siempre les fui fiel", asegura. Carlos Costa, de 23, es de Oleiros, y su camisa de rayas hace juego con su condici¨®n de estudiante de Administraci¨®n de Empresas. Sin ning¨²n precedente, ni en el entorno familiar ni en el de las amistades, se anim¨® a militar hace cinco a?os "porque el nacionalismo es lo m¨¢s acorde a mis ideas y porque soy muy pol¨ªtico", sonr¨ªe. Tanto que considera que la asignatura pendiente de la organizaci¨®n es "intentar buscar apoyos sociales que ahora no se tienen, ampliar la base". Vamos, que es quintanista. Igual que Roberto R¨ªo, compa?ero de facultad, un trienio cotizando, que considera "b¨¢sicamente correcta" la l¨ªnea de trabajo actual.
Otro grupo juvenil, ya acreditado, designa portavoz por eliminaci¨®n a Noa Presas, una orensana de 19 a?os, que se afili¨® a los 16 por un proceso de reflexi¨®n "a partir de realidades como la legislaci¨®n educativa". Su reflexi¨®n sobre el rumbo del BNG es que "deber¨ªa corregir cierta deriva conformista". Vamos, que es del Movemento pola Base, una conjetura que celebran con risas sus compa?eros, casi todos hombres. "Las mujeres del BNG somos muchas, m¨¢s de ese 30% que dices, pero no vienen a los actos", se interpone Concepci¨®n Valladares, un peque?o torbellino de pelo bicolor, cuidadora infantil, natural de O Incio y concejala en Betanzos. "No s¨¦ por qu¨¦ no vienen m¨¢s, pero de nuestra comarca vinieron casi todos", se adelanta a la pregunta.
El militante tipo est¨¢ en el exterior, fumando. Se llama Alfonso Caride, tiene 41 a?os, es de Ba?os de Molgas y vive y trabaja durante la semana en Vigo como t¨¦cnico cultural. Lleva en la organizaci¨®n 13 o 14 a?os, pero ya en el colegio se mov¨ªa en ¨¢mbitos nacionalistas. "Si amas el pa¨ªs y si vives en el campo, en medio de Ourense, tienes claro que hay que hacer algo para cambiarlo", argumenta. Desde su experiencia, lo mejor del BNG es "su continua adaptaci¨®n a las necesidades del pa¨ªs".
Otro militante tipo ser¨ªa Fernando Vali?o, 56 a?os, que ingres¨® en las filas nacionalistas en 1980, n¨¢ufrago de las organizaciones comunistas a la izquierda del PC. Pero Vali?o, redactor del peri¨®dico El Mundo y reconocido profesional de la prensa castellano-leonesa, vive en Valladolid desde los nueve a?os, "aunque siempre mantuve el contacto con Galicia". Su preocupaci¨®n es que el BNG "no pierda los aspectos m¨¢s militantes, la atenci¨®n a los problemas de la gente de a pie", y reconoce que "es dif¨ªcil conjugar ese esp¨ªritu de combate con la necesidad de no abandonar el campo institucional".
Or¨ªgenes en la izquierda-izquierda de la Transici¨®n, adem¨¢s de en Argentina, tiene H¨¦ctor S¨¢nchez Moar. Est¨¢ en el Bloque desde su fundaci¨®n, "y en esas ideas desde antes de 1973". "Creo que hace falta que se consolide mucho m¨¢s. Entramos en el gobierno con nuestros peores resultados y por eso estamos en desventaja, pero, en general, creo que hasta ahora se ha hecho una buena labor desde las instituciones, que se ha logrado evitar la previsible fagocitaci¨®n del pez grande que se come la labor del chico que pasa en todas las coaliciones", analiza este cuidador de educaci¨®n especial, de 54 a?os. "En mi opini¨®n, Quintana est¨¢ consolidado", asegura cuando ni siquiera ha comenzado la sesi¨®n plenaria.
A la busca del militante-de-toda-la-vida aparece Eduardo Bern¨¢rdez que, en efecto, a sus 67 a?os, lleva "m¨¢s de cuatro d¨ªas en esto". Bern¨¢rdez, militante pre-BNG e incluso pre-BNPG, la organizaci¨®n antecesora, fue librero-labrador en O Carballi?o, "y m¨¢s labrador" desde que est¨¢ jubilado, porque con 466 euros de paga, como no ponga unos tomates...". "En general creo que lo estamos haciendo bien, porque aterrizamos en una parcela de poder hace poco, y es l¨®gico que haya cosas que corregir. En una palabra, somos novatos y nadie nos va a poner las cosas f¨¢ciles, y menos los medios de comunicaci¨®n", gui?a un ojo.
Los que se presentan orgullosos como los m¨¢s veteranos son Xos¨¦ Luis Seoane - "tengo 72, dos a?os m¨¢s que Bautista" (?lvarez)- y Charo Otero. "Lo mejor del BNG es el impulso que lleva", asegura ¨¦l, radiante. "Lo peor son algunos, que salen ranitas", retruca y complementa ella, ir¨®nica. "Es normal cuando creces", matiza ¨¦l, sin contradecirla, "quiz¨¢s tambi¨¦n sea porque antes hab¨ªa una preocupaci¨®n por la pedagog¨ªa, por preparar a la gente con seminarios y cursos y ahora...", justifica. "Ahora son otros tiempos", cierra ella.
En el lado contrario (11 meses) del espectro de edades, est¨¢ Rui seg¨²n reza la pegatina que tiene en la espalda y que le pusieron en la guarder¨ªa a efectos identificativos. Est¨¢ en brazos de su madre, Sandra Gonz¨¢lez, una licenciada en Pol¨ªticas de 33 a?os que se inici¨® en el nacionalismo hace diez a?os en su lugar natal, Tomi?o, "porque eran los que m¨¢s se preocupaban por los problemas vecinales". A la hora de ponerle peros a su opci¨®n pol¨ªtica, Sandra se?ala como un defecto "que a veces hay un exceso de autocr¨ªtica, por muy normal que sea en una organizaci¨®n democr¨¢tica". Tiene mucho m¨¢s claras las virtudes: "Nos podemos equivocar en ocasiones, pero lo hacemos todo con transparencia y hasta ahora libramos dignamente de esa corrupci¨®n que hay por todas partes".
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