La 'Intifada' saharaui huye a Canarias
J¨®venes que se manifestaron por la autodeterminaci¨®n en El Aai¨²n piden asilo pol¨ªtico en Espa?a
Brahim Ezzeer se levanta la camisa y muestra el vientre. Tiene tres ombligos: el primero se lo dio la naturaleza, pero los otros dos -situados un poco m¨¢s abajo, en vertical- son recuerdos de su paso por una comisar¨ªa de El Aai¨²n y fueron hechos con una m¨¢quina de taladrar resmas de papel. Mientras le manten¨ªan colgado de una barra y le golpeaban con sus porras, los polic¨ªas tambi¨¦n le descoyuntaron los brazos, que ahora parecen doblarse al rev¨¦s.
Ezzeer, que tiene 21 a?os, es uno de los m¨¢s de 200 saharauis que este a?o han arribado en pateras a Canarias para solicitar asilo pol¨ªtico. Otro centenar ha muerto o desaparecido en el Atl¨¢ntico durante la traves¨ªa. Desde hace una semana, Ezzeer se aloja, junto a 21 compatriotas, en el centro de acogida que la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) tiene en la localidad grancanaria de Vecindario. La incesante llegada de saharauis en los dos ¨²ltimos meses ha saturado este centro, que se ha visto obligado a ampliar sus plazas, y tambi¨¦n los que Cruz Roja tiene en esa isla y en la vecina Fuerteventura. A pesar de ello, decenas de j¨®venes procedentes de la antigua colonia espa?ola han tenido que ser trasladados a la Pen¨ªnsula.
"Estuve 15 d¨ªas con el Polisario. Me ense?aron el manejo de las armas", cuenta Ezzeer
Los relatos de estos j¨®venes hablan de detenciones, torturas y acoso policial
Un inmigrante acusa a la polic¨ªa marroqu¨ª de apalear a los hombres y violar a las mujeres
Una delegaci¨®n de la Oficina de Asilo y Refugio (OAR), dependiente del Ministerio del Interior, tiene previsto desplazarse los pr¨®ximos d¨ªas al archipi¨¦lago para entrevistarles y decidir si atiende a sus peticiones o les entrega a Marruecos. En caso de que el Gobierno se niegue a darles asilo, piden que no les devuelva a El Aai¨²n -"no queremos vivir all¨ª como presos", dicen-, sino que les lleve a Tinduf (Argelia), donde se hallan los campamentos de refugiados del Frente Polisario. "Si estalla la guerra entre Marruecos y el Polisario, yo ir¨¦ el primero", dice Ezzeer con convicci¨®n. Los dem¨¢s est¨¢n de acuerdo.
Brahim Ezzeer, hijo de la belicosa tribu Izargu¨ªen; Ali Tergui, tambi¨¦n de 21 a?os y perteneciente a la aristocr¨¢tica tribu Erguibat; Ali Haidar, de 19 a?os y miembro de la combativa tribu Ait Usa... Todos estos muchachos responden al mismo perfil, que dibuja el director del centro de acogida, Gonzalo Andrade: "Varones, de entre 18 y 30 a?os, solteros, la mitad de ellos estudiantes". Durante el ¨²ltimo a?o y medio han protagonizado continuas manifestaciones independentistas en las calles del S¨¢hara Occidental, la antigua colonia espa?ola ocupada por Marruecos desde hace tres d¨¦cadas. Sus relatos hablan de detenciones, torturas, violaciones, encarcelamientos y acoso policial.
La historia de Ezzeer es una m¨¢s de ese drama. Precisamente por ello, tambi¨¦n es representativa de las causas del ¨¦xodo creciente de j¨®venes saharauis hacia el archipi¨¦lago. El joven muestra dos documentos. Uno es un certificado del Polisario que reconoce su condici¨®n de saharaui. Incluso se?ala el tomo y la p¨¢gina del censo realizado por Espa?a en 1974 y el n¨²mero del censo actualizado despu¨¦s por la ONU; en ambos recuentos, su madre aparece como saharaui con derecho a voto en el eternamente aplazado refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. El otro documento es el carn¨¦ de solicitante de asilo expedido por Interior. En ¨¦l figuran el lugar y la fecha de su nacimiento (El Aai¨²n, 1985), y debajo: "Naci¨®n: Marruecos". Sorprendentemente, Interior asume algo que nunca ha sido reconocido por la comunidad internacional: la ocupaci¨®n del S¨¢hara por Marruecos. La misma nacionalidad "marroqu¨ª" figura en los carn¨¦s de los dem¨¢s saharauis del centro.
Ezzeer, un joven alto y delgado que mima un bigote incipiente para aparentar m¨¢s edad, comenz¨® a alimentar su rechazo hacia los marroqu¨ªes con s¨®lo seis a?os: "Viv¨ªamos en Tant¨¢n (ciudad marroqu¨ª situada al norte del S¨¢hara Occidental). Mi madre fue a pedir provisiones de las ayudas sociales que el Gobierno de Rabat repart¨ªa entre su gente. Se las negaron y, cuando ella insisti¨®, los polic¨ªas la echaron a palos. Nunca olvidar¨¦ eso".
En 1991, su familia volvi¨® a El Aai¨²n: "Acababan de llegar los autobuses cargados de colonos enviados por Hassan II para diluir la identidad saharaui en el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Los alojaban en los Campamentos de la Unidad y les daban sacos con harina, az¨²car, aceite, t¨¦... Pero nosotros no ten¨ªamos casa ni comida. Tuvimos que alojarnos con mis abuelos. Mis padres se hab¨ªan separado, y mi madre, mis cuatro hermanos peque?os -dos chicos y dos chicas- y yo vivimos con ellos hasta que un pol¨ªtico rico de nuestra tribu nos prest¨® una casa cerca del Cuartel General de la Minurso (Misi¨®n de Naciones Unidas para el Refer¨¦ndum del S¨¢hara Occidental). Mi abuela era la ¨²nica de la casa que ten¨ªa trabajo. Los marroqu¨ªes le hab¨ªan dado un permiso para limpiar las aulas de los colegios y los despachos de las comisar¨ªas".
Ezzeer apenas sabe escribir. Asisti¨® al colegio s¨®lo tres a?os, entre 1992 y 1994. Luego comenz¨® a trabajar: en una tienda de ultramarinos, en un locutorio, en una obra... Cada mes llevaba a casa unos 100 euros. Le detuvieron por primera vez en 1994. Fue en una manifestaci¨®n para pedir que les dieran unas viviendas que acababa de abandonar el ej¨¦rcito. "La polic¨ªa carg¨® contra nosotros y corrimos a encerrarnos en nuestras casas. Nos ordenaron que sali¨¦ramos s¨®lo los hombres, pero ten¨ªamos miedo a que violaran a las mujeres y nos negamos. Entonces entraron. A mi madre le pegaron delante de m¨ª. Nos sacaron a rastras y nos llevaron a todos a la comisar¨ªa de la calle Smara (en el centro de la ciudad). Estuvieron tres horas d¨¢ndonos palos. Hacia la medianoche, un notable de Izargu¨ªen logr¨® que nos liberaran".
Es llamativo el papel jugado por la tribu Izargu¨ªen en el origen de los disturbios que sacuden el S¨¢hara Occidental, y que se han extendido a la regi¨®n marroqu¨ª de Tarfaya e incluso m¨¢s al norte, hasta la ciudad de Gulem¨ªn y la antigua colonia espa?ola de Sidi Ifni. "Hab¨ªa mucha gente de Izargu¨ªen que recib¨ªa menos ayudas sociales que los miembros de otras tribus", explica Ezzeer. Izargu¨ªen es una tribu de la confederaci¨®n Tekna. En el antiguo orden social del S¨¢hara, las tribus Tekna estaban formadas por guerreros que cobraban un tributo, llamado horma, a sus vecinas a cambio de protecci¨®n.
Poco a poco, los j¨®venes descontentos comenzaron a reunirse en torno a Aminetu Haidar, tambi¨¦n de la tribu Izargu¨ªen y la figura de la resistencia independentista m¨¢s conocida en al ¨¢mbito internacional. "Ella nos animaba a que protest¨¢ramos", cuenta Ezzeer. Haidar supo encauzar sus protestas sociales hacia el ¨¢mbito pol¨ªtico. Ezzeer empez¨® a participar en manifestaciones bajo la bandera del Polisario. "Cuando hab¨ªa alg¨²n disturbio, la polic¨ªa se presentaba en mi casa a buscarme".
En 2004, reuni¨® 500 euros y pag¨® a un comerciante "que sab¨ªa a qui¨¦n hab¨ªa que sobornar" para que le llevara hacia el sur, hasta Mauritania. A trav¨¦s de Zuerat, logr¨® llegar a los campamentos del Polisario, en Tinduf. "Estuve all¨ª 15 d¨ªas. El Polisario me dio consejos y me entren¨® en el manejo de armas. Quer¨ªan que me quedara con ellos, pero padezco asma y el viento cargado de arena de la hamada me pone enfermo". Volvi¨® a El Aai¨²n. "Entonces me incorpor¨¦ a la guerra de Matal-la", dice.
Matal-la es un barrio de El Aai¨²n, construido despu¨¦s de la salida de Espa?a del territorio y habitado sobre todo por saharauis. All¨ª se han venido produciendo la mayor¨ªa de los enfrentamientos entre j¨®venes que reclaman la autodeterminaci¨®n y las fuerzas del orden marroqu¨ªes. Fue tras una de esas manifestaciones, en agosto de 2004, cuando la polic¨ªa detuvo a Ezzeer, le agujere¨® el vientre y le descoyunt¨® los brazos.
En agosto particip¨® en una "acci¨®n" en Fum El Uad, la playa en la que muchos habitantes de El Aai¨²n tienen casitas de verano. El lugar estaba lleno de gente cuando soltaron un mont¨®n de globos y varios gatos con la bandera del Polisario. Tambi¨¦n izaron la ense?a saharaui en el tejado del cuartel de la Gendarmer¨ªa y la pegaron en un coche de la polic¨ªa. "Llegaron varios camiones cargados de gendarmes con perros. Cogieron a muchos y los molieron a palos. ?ltimamente ya no encarcelan a casi nadie, porque los juicios les suponen una publicidad negativa: detienen a los manifestantes, los llevan a 10 kil¨®metros de la ciudad, en direcci¨®n a Smara, apalean a los hombres y violan a las mujeres, y luego los tiran a un basurero. Pero yo logr¨¦ escapar y empec¨¦ a pensar en la forma de huir a Canarias".
Un grupo de amigos le avis¨® de que hab¨ªan comprado una patera con motor a un marroqu¨ª. Se citaron la noche del 3 de septiembre en una playa situada 10 kil¨®metros al sur de la ciudad de Bojador. "Pagamos 100 euros a los vigilantes de la Marina Real para que nos dejaran pasar. Pensaron que ¨¦ramos marroqu¨ªes, pero s¨®lo dos de los 17 lo eran. Cada uno de ellos pag¨® 1.500 euros. Los dem¨¢s ¨¦ramos saharauis y pagamos menos: 500 euros por cabeza. A m¨ª me dejaron subir gratis, porque no ten¨ªa dinero", explica Brahim.
Zarparon a las doce de la noche, tal como hab¨ªan convenido con la Marina Real. La traves¨ªa deb¨ªa durar 24 horas, pero el motor se averi¨® el primer d¨ªa y quedaron a la deriva. Una patrullera de la Guardia Civil les localiz¨® el d¨ªa 8 y les condujo al puerto de Las Palmas. Apenas les quedaban fuerzas para levantar las banderas del Polisario que hab¨ªan ocultado en el fondo de la lancha.
Ezzeer pidi¨® asilo pol¨ªtico en el Centro de Internamiento de Extranjero de Barranco Seco, desde donde fue trasladado a la casa de acogida de CEAR. Afirma que, si el Gobierno le concede el asilo que ha solicitado, lo primero que har¨¢ ser¨¢ reunir 500 euros y enviarlos a la intifada saharaui: "Para que mis compa?eros compren pintura y puedan seguir llenando las calles de banderas del Polisario". Luego, asegura, trabajar¨¢ duro para mandar dinero a su familia. Dice que no piensa volver a pisar El Aai¨²n "hasta que el S¨¢hara sea libre".
![Los refugiados saharauis muestran en Vecindario (Gran Canaria) sus acreditaciones expedidas por el Gobierno espa?ol.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/M62AJEULBBKNTL3XYNTO6RJUUA.jpg?auth=eaf466263266e111781603880d5359d8906f8a52afd51a35374442aa4bf90204&width=414)
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