Voces catalanas en el cambio de r¨¦gimen
Dice Eric Hobsbawm que "las vidas privadas est¨¢n incrustadas en el ¨¢mbito mucho m¨¢s amplio de las circunstancias hist¨®ricas". Cierto. Y eso hace pensar que vivimos en un extra?o pa¨ªs. Ha fallecido recientemente el historiador de cine Joaquim Romaguera, cuya historia personal contiene ciertas claves, an¨¢logas a las sugeridas por Hobsbawm, para entender la circunstancia hist¨®rica de toda una generaci¨®n, la de la transici¨®n pol¨ªtica. Pero no parece que est¨¦n siendo valoradas adecuadamente en los entornos, instalados y autosatisfechos, de la sociedad pol¨ªtica y medi¨¢tica de hoy.
Nuestra sociedad ha presenciado y protagonizado un cambio de r¨¦gimen y de sociedad de cierta envergadura comparada, la llamada transici¨®n democr¨¢tica. Cuando se procede a explicar este cambio hist¨®rico, el ¨¦nfasis acostumbra a ponerse en los factores estructurales que lo prepararon desde mucho antes (desde finales de la d¨¦cada de 1950), en el papel determinante de la instituci¨®n mon¨¢rquica o en el decisivo de los actores organizados y la ¨¦lites (partidos o protopartidos, asociaciones empresariales y sindicales, grupos de notables, la Iglesia) que pactaron el tramo final de la transici¨®n. Pero a diferencia de otras experiencias hist¨®ricas recientes que mantienen alg¨²n paralelismo con nuestra salida del r¨¦gimen totalitario (por ejemplo, los casos polaco y checoslovaco), donde su papel ha sido universalmente reconocido, las explicaciones de la transici¨®n espa?ola prestan muy escasa atenci¨®n al papel desempe?ado por la sociedad civil como desencadenante de la misma. Hay excepciones: los estudios de V. P¨¦rez D¨ªaz La primac¨ªa de la sociedad civil y de D. McAdam, S. Tarrow y Charles Tilly Una guerra civil que nunca se produjo: la transici¨®n espa?ola a la democracia.
Romaguera fue uno de los protagonistas del cambio de r¨¦gimen desde abajo
Vivimos en un pa¨ªs extra?o: no reconocemos apenas lo que tenemos ante nuestros ojos, esto es, que el peso principal del cambio de r¨¦gimen recay¨® en la actividad de las m¨²ltiples redes aut¨®nomas que se formaron en la sociedad civil mucho antes del desenlace (como en el Este) y que prepararon y dieron forma a una cultura modernizada y democr¨¢tica que fue el fundamento del ¨¦xito posterior del pacto elitista. La actividad de esas redes fue la otra cara, diferente de la institucional, de la din¨¢mica pretransicional y de la propia transici¨®n pol¨ªtica. Por supuesto que partidos y sindicatos, por ejemplo, formaban parte de la sociedad civil, pero su actividad y el ¨¦xito de la transici¨®n, no se explican si no se presta atenci¨®n a los ciudadanos y ciudadanas corrientes que, como un aspecto important¨ªsimo de su vida, participaban en esas redes, tejiendo una nueva cultura y protagonizando eventualmente desde ella las acciones colectivas que encadenan la preparaci¨®n y el trayecto seguido despu¨¦s por la transici¨®n. La sociedad civil, en su meollo, es "ciudadan¨ªa autoorganizada" (Gideon Baker). En el entorno catal¨¢n, Joaquim Romaguera fue un personaje emblem¨¢tico de ese caldo de cultivo que aun¨® modernidad, activismo c¨ªvico y pr¨¢ctica democr¨¢tica en la clandestinidad civil del franquismo tard¨ªo.
Tiene raz¨®n Mirito Torreiro (EL PA?S, 7 de septiembre) al decir que nuestro hombre fue un agitador cultural, pero tambi¨¦n c¨ªvico-pol¨ªtico. Est¨¢ su actividad en los sesenta relacionada con el cine, en las tertulias cinematogr¨¢ficas y pol¨ªticas, en los c¨ªrculos que proliferaron alrededor de la primera Filmoteca, la del ABC de la calle de Balmes de Barcelona, y en los cine-clubes, una instituci¨®n de ¨¦poca. Pero tambi¨¦n su inter¨¦s por la nueva m¨²sica: fue una de las personas que contribuyeron a que cuajara de nuevo en Catalu?a un p¨²blico de jazz, animador incansable e inteligente de un sinn¨²mero de tertulias y conferencias, y alma del denominado Seminari de Jazz de Barcelona, que funcion¨® durante unos a?os con un colectivo que lleg¨® a movilizar a numerosos miembros y que dio a luz, artesanalmente, nada menos que una publicaci¨®n propia, la revista Swing, de la que fue naturalmente su editor (todo ello un ejemplo perfecto de red en el sentido al que me he referido).
Por supuesto, la actividad asociativa, formalmente relacionada en este caso con el jazz y el cine, era tambi¨¦n actividad de resistencia civil, una especie de microesfera p¨²blica distribuida en espacios en parte privados. Joaquim Romaguera, parte de las voces nuevas a las que me he referido, basculando entre Mies van der Rohe, Sonny Rollins y Carl T. Dreyer, contribuy¨® a irradiar en esas redes civiles de los a?os sesenta un esp¨ªritu y unas pr¨¢cticas de autoorganizaci¨®n, modernidad y rebeli¨®n pac¨ªfica contra la dictadura que m¨¢s tarde acabaron por cuajar y civilizar de nuevo el pa¨ªs (o eso parece).
Las voces catalanas y espa?olas que protagonizaron desde abajo el cambio de r¨¦gimen han de ser reivindicadas, so pena de no entender muy bien lo que ha pasado aqu¨ª. Un sentido recuerdo por una de las m¨¢s valiosas.
Salvador Aguilar es profesor titular de Estructura y Cambio Social en la UB.
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