Lamentable crueldad
El domingo 10 de diciembre saldr¨¢ a las 11.30, desde la Puerta del Sol hasta Tirso de Molina, una manifestaci¨®n con motivo del D¨ªa Internacional de los Derechos de los Animales y contra los innumerables casos de maltrato hacia los animales que se producen en este pa¨ªs, desgraciadamente no aislados sino, con vergonzosa frecuencia, fomentados por las instituciones.
La ¨²ltima de entre las criminales fiestas populares m¨¢s c¨¦lebres y vergonzantes, el Toro Jubilo de Medinaceli (Soria): un toro es encerrado en una plaza construida con tablones, en cuyo centro hay un grueso palo al que unos atan su cabeza mientras otros le sujetan con violencia las patas y el rabo para inmovilizarlo, a fin de encajarle entre los cuernos una barra que sujeta dos grandes bolas de estopa impregnadas de material altamente inflamable (pez y amoniaco). Como el toro cabecea intentando zafarse de sus captores, cuando las prenden ya sangra por la nariz y la boca. Al ser desatado, in¨²tilmente intenta huir despavorido de las enormes bolas de fuego que crecen sobre ¨¦l, de las que caen chorros de l¨ªquido hirviente y ascuas incandescentes que abrasan su cuerpo y sus ojos. Puede tardar una hora en apagarse ese fuego. El terror y dolor del toro son inimaginables, como inimaginable el placer que ante ellos sienten los presentes.
El Toro Jubilo tiene un origen prec¨¦ltico, al ser un rito sagrado de la Edad de Bronce
Seg¨²n la antrop¨®loga norteamericana Elisabeth Chesley Batey, el Toro Jubilo tiene un origen prec¨¦ltico, al ser un rito sagrado de la Edad de Bronce. A los del Ayuntamiento de Medinaceli les entusiasma ser relacionados con nuestros antepasados salvajes, y en su web presentan como atracci¨®n tur¨ªstica este linchamiento p¨²blico de un animal inocente: "Su cornamenta lunar y femenina se complementar¨¢, durante poco m¨¢s de media hora, con el fuego masculino y solar en una singular conjunci¨®n de opuestos que descubre el simbolismo yin-yang del toro, materializaci¨®n del arquetipo m¨¢s viejo y profundo, al mismo tiempo, del Inconsciente Colectivo de esta 'piel de toro' que es Espa?a, como as¨ª la definiera Estrab¨®n". Qu¨¦ sonrojante argumentaci¨®n de la tortura, esta mezcolanza entre filosof¨ªa dualista oriental, teor¨ªa jungiana del lenguaje simb¨®lico e historiadores precristianos. Cinco hogueras, cuentan, iluminan "el cercado t¨¢urico", una por cada santo patr¨®n (??d¨®nde est¨¢s, Conferencia Episcopal, que no te lanzas furiosa a ese ruedo de pecado cometido en tu nombre, bendecido por tu complicidad?!), y que al toro "no se le torea... se le incita bravuconamente". Bravucones: cobardes.
Para publicitar el lugar de la crueldad y la humillaci¨®n, y darle un dudoso relumbre hist¨®rico, los de Medinaceli cuentan que se practic¨® el Toro Jubilo para celebrar la luna de miel de Felipe III, El Piadoso, rey muy aficionado a la caza, que sustituy¨® en la Corte a intelectuales y estudiosos por nobles que hab¨ªan de demostrar la "limpieza de sangre", y cuyo mayor logro fue la expulsi¨®n de los moriscos de Espa?a. Las piezas del puzzle siempre encajan y el de la Historia sigue en construcci¨®n, aunque en nuestro pa¨ªs parezca m¨¢s el juego de la oca: de rey a rey y tiro porque me toca. Ahora le toca tirar a Juan Carlos I y pega tiros en pa¨ªses sin ley contra osos ancianos presuntamente emborrachados para que atine. Tir¨® antes en Rumania contra osas pre?adas, y antes y antes, disparos y disparos contra osos que en Espa?a ya no puede disparar y uno de cuyos m¨¢s c¨¦lebres representantes en la ficci¨®n, el oso Yogui de acento mexicano, ha pasado a convertirse en mascota del Principado de Asturias, tierra de osos. El disparate no conoce fronteras. Qu¨¦ pensar¨¢ el Felipe actual, Pr¨ªncipe de Asturias, de los safaris clandestinos de su padre, de ese ejemplo; ¨¦l, que a diferencia del Piadoso, se relaciona con estudiosos e intelectuales.
Nosotros, los s¨²bditos contribuyentes, lo condenamos. Solicitamos al Gobierno la modificaci¨®n del art¨ªculo 337 del actual C¨®digo Penal, referido al maltrato contra los animales, y exigimos a las autoridades judiciales que apliquen la ley con rotundidad. Y en el futuro se considerar¨¢ lamentable que un editorial del prestigioso diario EL PA?S considerara "lamentable" que un partido animalista hubiera logrado dos esca?os en el parlamento holand¨¦s. Porque el futuro son los derechos de los animales como el presente es la evoluci¨®n de aquel "lamentable" pasado abolicionista y sufragista, que exig¨ªa la liberaci¨®n de los esclavos y derechos para las mujeres, aquellos seres inferiores.
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