"Europa es profundamente hip¨®crita con la inmigraci¨®n"
Josep Borrell (Pobla de Segur, Lleida, 1947) dejar¨¢ la presidencia del Parlamento Europeo dentro de 40 d¨ªas. Durante sus dos a?os y medio de mandato, la Euroc¨¢mara ha incrementado su influencia en la UE y ha subrayado el perfil de la C¨¢mara en la defensa de los derechos humanos. Recientemente, Borrell se enfrent¨® verbalmente con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin.
Pregunta. ?Qu¨¦ le llev¨® a decir que Europa en sus relaciones con Rusia no deb¨ªa cambiar derechos humanos por energ¨ªa? ?Cree que el deterioro de los derechos humanos en el mundo, tras Guant¨¢namo, los abusos en Abu Ghraib y la legalizaci¨®n de la tortura en EE UU, es un proceso que se est¨¢ extendiendo?
Respuesta. Los occidentales, los europeos, somos una excepci¨®n porque vivimos en democracias desarrolladas y consolidadas. Pero parece que no nos damos cuenta de que en nuestro propio seno aparecen los fantasmas que cre¨ªamos superados. Reaparecen la homofobia y la agresi¨®n a las minor¨ªas ¨¦tnicas, en el coraz¨®n de Europa. Vuelven los s¨ªntomas de los demonios de no hace tanto tiempo; hace 50 a?os nos hicieron vivir el Holocausto y la eliminaci¨®n masiva de seres humanos por su origen racial. Es muy f¨¢cil soplar sobre las cenizas del odio, de la segregaci¨®n social; lo que pas¨® en Yugoslavia nos lo demostr¨®, y por eso la defensa de los valores democr¨¢ticos sobre los que se basa Europa y el intento de que se extiendan al resto del mundo adquiere tonos de epopeya.
"Si los europeos no nos unimos para actuar juntos, acabaremos siendo una residencia de la tercera edad"
"En Europa no hemos sido capaces de actuar de forma coherente frente a la apertura de las fronteras internas"
"Europa es un poder moral y eso es algo que hay que desarrollar mucho m¨¢s, evitando dobles lenguajes"
"El proyecto europeo sufre una triple crisis de legitimidad, de dimensi¨®n y de eficacia, es decir, una crisis de identidad"
"La defensa de los valores democr¨¢ticos sobre los que se basa Europa adquiere tonos de epopeya"
"China podr¨¢ ser la f¨¢brica del mundo, pero India ser¨¢ un d¨ªa la sociedad de la informaci¨®n, la oficina del mundo"
"Europa podr¨ªa desarrollar las energ¨ªas renovables si pone la carne en el asador y hace una pol¨ªtica de precios"
P. ?C¨®mo reaccionan los dem¨¢s pa¨ªses?
R. Cada vez que he visitado un pa¨ªs de fuera de la UE he llegado con la tablilla de la carta de peticiones de la falta de respeto de los derechos humanos. La tablilla era larga y extensa en muchos sitios. Cuando a un gobernante le dec¨ªa: oiga, mire usted, al Parlamento Europeo le preocupa esto y aquello, a veces me contestaba: "M¨ªrese usted primero la viga en su ojo antes de hablar de la m¨ªa".
P. ?Son muy grandes las vigas en los ojos de Europa?
R. Europa es un poder moral, y eso es algo que hay que desarrollar mucho m¨¢s, evitando dobles lenguajes, evitando lo que ponemos de manifiesto con la presunta colaboraci¨®n de algunos gobiernos con la CIA, evitando dobles varas de medir, tratando a los cubanos de forma distinta que a los vietnamitas, por ejemplo. Y sobre todo superando la permanente tentaci¨®n a conductas hip¨®critas.
P. ?Qu¨¦ le respondi¨® Putin cuando le ech¨® en cara la preocupaci¨®n del Parlamento por el asesinato de la periodista Ana Politkovskaia y el deterioro de las libertades en Rusia?
R. La verdad es que fue una respuesta que pasar¨¢ a los anales de la ciencia pol¨ªtica por esquivar el asunto y plantear que Espa?a no estaba cualificada para plantear esas cuestiones, puesto que en Espa?a a los alcaldes los met¨ªan en la c¨¢rcel masivamente por corrupci¨®n.
P. Pero usted no representaba a Espa?a en la cumbre de Lahti.
R. As¨ª es. Adem¨¢s, es cierto que en Espa?a tenemos problemas de corrupci¨®n urban¨ªstica, pero tambi¨¦n es cierto que tenemos sistemas judiciales que permiten hacerles frente a estos problemas. La peste no justifica el c¨®lera.
P. ?Qu¨¦ papel debe jugar la UE en este nuevo mundo? ?Debe ser un instrumento para que los mercados funcionen mejor o hay un modelo m¨¢s profundo ante la globalizaci¨®n?
R. Todos esper¨¢bamos que Hampton Court fuera el pistoletazo de salida de un debate sobre la respuesta europea a la globalizaci¨®n. Pero este debate ha sido escamoteado. Ha habido otras prioridades, como la lucha contra el terrorismo. Pero ¨¦ste es el gran tema. O sea, qu¨¦ m¨¢s queremos hacer los europeos juntos para tener una respuesta con la que hacer frente al mundo globalizado. Porque ning¨²n pa¨ªs europeo, ni siquiera el m¨¢s grande y el m¨¢s fuerte, ser¨¢ capaz de hacerlo solo.
P. ?Dar respuesta a la globalizaci¨®n es la prioridad de Europa?
R. La raz¨®n de ser de Europa ya no es neutralizar los antagonismos de los pa¨ªses europeos entre s¨ª. Esto ya lo hemos hecho. Ya hemos neutralizado los antagonismos entre Alemania y Francia.
P. ?Y con Reino Unido?
R. Tambi¨¦n lo hemos neutralizado, en el sentido de que no se nos ocurre resolver el problema a garrotazos. Ya no somos antag¨®nicos en el sentido militar del t¨¦rmino. Ahora el problema es si somos capaces de construir una respuesta com¨²n a los problemas de un mundo global. Si somos capaces de evitar una nueva bipolaridad China-EE UU, por ejemplo, que sustituya a la anterior. Los problemas demogr¨¢ficos y, en consecuencia, los de emigraci¨®n; los problemas energ¨¦ticos y los medioambientales; los problemas de competitividad y los sociales, no los podr¨¢ resolver un pa¨ªs solo.
P. ?Por qu¨¦ en sus an¨¢lisis de la mundializaci¨®n da cierta preferencia a India frente a China?
R. Primero porque quiz¨¢ se habla demasiado de China, y olvidamos que dentro de poco India tendr¨¢ muchos m¨¢s habitantes que China, que ser¨¢ vieja antes de ser rica y no es una democracia. En cambio, India es un pa¨ªs con una demograf¨ªa pujante, el pa¨ªs m¨¢s joven del mundo, democr¨¢tico, profundamente anclado en la cultura pol¨ªtica occidental y con una capacidad de innovaci¨®n tecnol¨®gica muy grande. Uno de cada tres ingenieros inform¨¢ticos que trabajan en California son indios. China podr¨¢ ser la f¨¢brica del mundo, pero India ser¨¢ un d¨ªa la sociedad de la informaci¨®n, el centro de gesti¨®n de la informaci¨®n mundial, la oficina del mundo.
P. Uno de los grandes efectos de la globalizaci¨®n es el aumento de los flujos migratorios. Europa tiene su pol¨ªtica estancada y acaba de presentar una pol¨ªtica com¨²n ante ?frica.
R. En principio, la tenemos: somos los que m¨¢s hacemos por el desarrollo de ?frica.
P. S¨ª. Pero con las subvenciones agr¨ªcolas europeas y estadounidenses impiden a los pa¨ªses africanos que exporten y levanten cabeza.
R. Las subvenciones norteamericanas son mucho mayores que las nuestras. Mal¨ª est¨¢ destruido no por los europeos, sino por los presuntos liberales americanos. Creo que el problema se exagera.
P. ?D¨®nde est¨¢n los problemas, entonces?
R. El problema de ?frica deber¨ªa ser nuestra gran prioridad; pero a la inmigraci¨®n nos acercamos los europeos y los africanos con mentalidades radicalmente diferentes: nosotros vemos la inmigraci¨®n en t¨¦rminos policiales, el control de fronteras, de dumping social; y ellos lo ven como una tradici¨®n. En Mal¨ª, la gente cotiza para mandar al m¨¢s capaz de todos ellos, y cuando est¨¢ en el pa¨ªs de destino, env¨ªa recursos que permiten vivir a mucha gente; y si no consigue pasar la barrera policial de llegar a Europa no puede volver a su pueblo, porque se le considera un fracasado. Son lenguajes radicalmente distintos. El resultado es la inmigraci¨®n ilegal basada en una oferta de trabajo ilegal: no habr¨ªa inmigrantes ilegales si no hubiese trabajo ilegal. Europa es profundamente hip¨®crita porque, por una parte, lamenta la existencia de inmigrantes ilegales, y por otra parte, el efecto llamada no es la regularizaci¨®n; es decir, que la llamada es una oferta de trabajo ilegal. En Finlandia no hay inmigrantes ilegales, pero a nadie se le ocurre darle trabajo ilegal a un inmigrante, por eso no los hay. Estos lenguajes, que est¨¢n en las ant¨ªpodas uno del otro, se salvan a trav¨¦s del desarrollo de las mafias de tr¨¢fico de seres humanos que est¨¢n obteniendo ya m¨¢s dinero que con el tr¨¢fico de drogas. En Europa no hemos sido capaces de actuar de forma coherente frente al fen¨®meno de la apertura de las fronteras internas y trasladarlo a una pol¨ªtica exterior en materia de inmigraci¨®n.
P. La energ¨ªa es el otro gran desaf¨ªo de la UE. La dependencia exterior y el cambio clim¨¢tico ?no urgir¨ªan una posici¨®n com¨²n?
R. Europa tiene que ser pionera en energ¨ªas renovables y medio ambiente. Son dos caras de la misma moneda. Y yo dir¨ªa una tercera cara, que es la geopol¨ªtica. En Europa nos hemos comprometido en objetivos en materia ad cambio clim¨¢tico que est¨¢ por ver si somos capaces de conseguir sin recurrir a la energ¨ªa nuclear; y cuando digo eso no me estoy declarando a favor de la energ¨ªa nuclear, simplemente digo que tenemos que echar las cuentas, tenemos que saber si somos capaces o no de cumplir con compromisos de descarbonificaci¨®n sin recurrir a otra fuente de energ¨ªa que tiene tambi¨¦n problemas ambientales enormes. ?Somos capaces o no? Europa podr¨ªa desarrollar las energ¨ªas renovables si pone toda la carne en el asador y hace una pol¨ªtica de precios para controlar la demanda.
P. El debate sobre la energ¨ªa nuclear con todas sus consecuencias de seguridad, medio ambiente y proliferaci¨®n armament¨ªstica lo suscitaron el alto representante, Javier Solana, y los primeros ministros de Finlandia y B¨¦lgica.
R. Por supuesto que hay que hacer este debate. La energ¨ªa pondr¨¢ a prueba la democracia. La democracia tendr¨¢ que dar una respuesta asumida de los ciudadanos frente al modelo de sociedad en el que quieren vivir, que tiene mucho que ver con la forma en que vamos a producir y consumir energ¨ªa.
P. Este momento de incertidumbre coincide con un grave estancamiento de la construcci¨®n europea tras los noes de Francia y Holanda a la Carta Magna en 2005. ?Cree que la Constituci¨®n Europea est¨¢ muerta, como sostienen algunos l¨ªderes?
R. Depende del sentido que se d¨¦ a las palabras. Este texto concreto no entrar¨¢ en vigor porque no ser¨¢ ratificado por todos los pa¨ªses. Es una evidencia, aunque algunos se resistan a reconocerlo. Pero yo ya llevo tiempo asumi¨¦ndola y verbaliz¨¢ndola. Esto no quiere decir que la Constituci¨®n no fuera necesaria o que los grandes consensos que conten¨ªa tengan que ser olvidados para intentar construir otros, no. La Constituci¨®n no era un capricho est¨¦tico de quienes quer¨ªan tener recogidos en un ¨²nico texto medio siglo de desarrollo comunitario. Es muy instrumental lo que se propon¨ªa y no creo que sea f¨¢cil, ni siquiera posible a corto plazo, construir un consenso muy diferente.
P. Para salir del marasmo se plante¨® un proceso de reflexi¨®n, y el resultado ha sido pobre.
R. Desde luego, el proceso de reflexi¨®n no ha conducido a resultados operativos, pero yo no le llamar¨ªa pobre. He participado intensamente en la reflexi¨®n y debate en los pa¨ªses europeos. Ahora no ha conducido de forma estructurada a un resultado de forma que permita volver a poner ma?ana el proceso en marcha, pues no. Pero sin duda ha enriquecido el conocimiento de lo que es posible hacer. Hay que dar tiempo al tiempo.
P. ?El proyecto europeo sufre una crisis de identidad, como ha dicho usted?
R. Yo he dicho que tiene tres crisis. Crisis de legitimidad, de dimensi¨®n y de eficacia. Y las tres se pueden resumir como una crisis de identidad. El problema de Europa es que se ha conseguido hacer todo lo que se propuso hacer. Pero la reunificaci¨®n con el Este, la complejidad de aplicar reglas pensadas para seis a 27 y la distinta visi¨®n del mundo que tienen hoy los distintos pa¨ªses, hace que nos preguntemos qu¨¦ m¨¢s queremos hacer juntos.
P. Para encontrar un consenso sobre la Constituci¨®n, la canciller Angela Merkel, que en enero presidir¨¢ la UE, propone a?adir un protocolo social.
R. Yo creo francamente que ¨¦sta no es una soluci¨®n operativa. Es l¨®gico que se haya planteado en un momento determinado que si Francia ha rechazado el texto por no ser suficientemente social, le pongamos un componente social. Pero no creo que un texto soporte muchos a?adidos.
P. ?Y la propuesta de minitratado del ministro del Interior franc¨¦s, Nicol¨¢s Sarkozy?
R. Sarkozy utiliza la expresi¨®n mini-Tratado, fundamentalmente, para rebajar la dimensi¨®n pol¨ªtica del proyecto, para evitar un segundo refer¨¦ndum. Lo importante es el contenido de las cosas. Un Tratado que reformara las instituciones no ser¨ªa precisamente mini, porque llevamos intent¨¢ndolo desde hace 10 a?os. Hay que reformar la Constituci¨®n y esto es urgente. Hay que reformar las instituciones para que la m¨¢quina no se pare.
P. ?Eso es lo que usted llama la dichosa unanimidad?
R. La unanimidad con 27 es la par¨¢lisis. Imag¨ªnese cualquier comunidad de vecinos de la que todos somos miembros, que tuviesen que tomar sus decisiones de la vida cotidiana del inmueble por unanimidad: nunca la habr¨ªa, siempre habr¨ªa alg¨²n vecino que no estar¨ªa de acuerdo con los dem¨¢s en algo o por algo. La unanimidad con 27 es la condena a la par¨¢lisis, y eso se ha demostrado ya con la pol¨ªtica de inmigraci¨®n, y me temo que se demostrar¨¢ con la pol¨ªtica de energ¨ªa. Por otra parte, la unanimidad es un incentivo a la no negociaci¨®n, es decir, a la no comunitarizaci¨®n: si uno puede esconderse tras el burladero de su veto, ?para qu¨¦ negociar?
P. ?C¨®mo ha sido su vida pol¨ªtica durante estos ¨²ltimos a?os?
R. Apasionante. La etapa m¨¢s enriquecedora; mucho menos conflictiva que la de secretario de Estado de Hacienda, o que la ef¨ªmera de candidato a la Presidencia del Gobierno. Ha sido una inmersi¨®n en pol¨ªtica internacional y una gran suerte vivir esta experiencia.
P. ?Cree m¨¢s en Europa?
R. Creo mucho m¨¢s en la necesidad de que los europeos nos unamos m¨¢s, hagamos m¨¢s cosas juntos. Dentro de poco los europeos seremos el 5% de la poblaci¨®n mundial: si no nos unimos para actuar juntos, podemos convertirnos en una residencia de la tercera edad instalada en un museo al aire libre.
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