Husos y palillos estatutarios
Diciembre es un mes decisivo para la reforma estatutaria gallega. Tras la aprobaci¨®n de los Estatutos valenciano y catal¨¢n, y la tramitaci¨®n de las reformas de Andaluc¨ªa, Baleares, Arag¨®n y Castilla y Le¨®n, Galicia llega a la reforma en un huso horario m¨¢s retrasado que los dem¨¢s. Un retraso provocado por un hecho objetivo: nuestro calendario electoral. En las elecciones auton¨®micas de 2001 ninguno de los tres partidos gallegos hab¨ªa llevado en su programa propuesta alguna de reforma estatutaria; y es, ya iniciada la VI legislatura auton¨®mica, cuando Touri?o, en clara imitaci¨®n de Maragall, enarbola la bandera del cambio estatutario con el objetivo de hacerse un hueco en el entorno pol¨ªtico de la mano tendida entre Beiras y Fraga.
En el contexto previo al accidente del Prestige la petici¨®n de los socialistas gallegos no fue tomada en consideraci¨®n ni por el BNG. De aquellas, los nacionalistas defend¨ªan avanzar en la descentralizaci¨®n competencial haciendo "una interpretaci¨®n flexible" del marco constitucional. Pero cuando el Prestige se lleva por delante, entre otras cosas, al portavoz nacionalista de la mano tendida; y cuando Maragall accede, en noviembre de 2003, a la presidencia de la Generalitat con Carod-Rovira, la entonces oposici¨®n gallega se une en la demanda de la reforma estatutaria. Un proceso de reforma que la Xunta del PPdeG acepta abrir tras la victoria de Zapatero en marzo de 2004, apenas a un a?o del final de la legislatura, y por tanto sin apenas tiempo material para hacer algo m¨¢s que empezar a hablar. Es, en definitiva, el calendario electoral diferenciado el que retrasa nuestro huso estatutario.
Pero, adem¨¢s, en Galicia enseguida se apreci¨® un segundo hecho diferencial. En otras comunidades, la reforma se hil¨® moviendo ¨²nicamente dos palillos, bien fuesen ¨¦stos los palillos nacionalista y socialista, bien fuesen los palos socialista y popular. Y la opci¨®n por uno u otro combinado dependi¨® de qu¨¦ grupos era necesario sumar para obtener la mayor¨ªa necesaria para la reforma y, a la vez, de a qui¨¦n necesitaba el partido socialista para gobernar. La peculiaridad del encaje de bolillos gallego reside, precisamente, en que para que la reforma sea posible y a la vez no se rompa la coalici¨®n gubernamental es necesario que se utilicen obligatoriamente los tres palos: el palo del autonomismo constitucional de los populares, el palo del federalismo asim¨¦trico de los socialistas y el palillo (en atenci¨®n a su peso electoral) nacionalista de la confederaci¨®n plurinacional.
En una de las escenas de su obra de teatro Doberman, el polifac¨¦tico Ant¨®n Reixa enfrenta a sus dos protagonistas al problema de c¨®mo obtener una victoria electoral. Los dos protagonistas especulan con la posibilidad de hacer un programa electoral de punto ¨²nico: repartir en met¨¢lico el presupuesto de la Xunta entre los votantes. Pero hecha la correspondiente divisi¨®n se dan cuenta de que a cada votante le tocar¨ªa una cantidad demasiado peque?a, por lo que los protagonistas deciden dividir el presupuesto p¨²blico s¨®lo entre la mitad m¨¢s uno de los electores, pues es ese el n¨²mero de votos que necesitan para ganar, y los electores un motivo mayor para votarles.
En t¨¦rminos politol¨®gicos, los actores de Doberman dudan en comportarse electoralmente como partido que optimiza el n¨²mero total de votos (hip¨®tesis de Downs), o por formar una coalici¨®n m¨ªnimamente vencedora (hip¨®tesis de Riker). Touri?o, actor muy principal de la reforma estatutaria en Galicia se enfrenta a un dilema similar: Por una parte desea mantener la coalici¨®n m¨ªnimamente vencedora que sostiene a su Gobierno, pero para tener ¨¦xito con el Estatuto necesita ampliar el consenso, hasta convertir el pacto por la reforma en unanimidad. Touri?o gobierna, no sin dificultades, con dos palillos, pero para el encaje estatutario, o cambia de palo (lo que garantizar¨ªa el ¨¦xito de la reforma, a costa del Gobierno); o hace, con la ayuda de otros, un encaje con los tres palos, algo de lo que, hasta ahora, nadie ha sido capaz.
Galicia es tierra de buenas palilleiras. De hecho, uno de los protagonistas de la obra de Reixa es el "primer "palilleiro macho de la historia". Pericia palilleira que, sin embargo, no le libra, al final del drama, de fracasar.
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