La sombra del Destripador
El asesinato de cinco prostitutas en la ciudad brit¨¢nica de Ipswich conjura la sombra negra de Jack el Destripador, el siniestro personaje que fundi¨® para siempre la imagen del asesino en serie con la nocturnidad en las callejuelas del Londres victoriano y con el enorme enigma hist¨®rico de una identidad desconocida. El asesino de Ipswich, si es que se trata de uno s¨®lo, mantiene la inclinaci¨®n del Destripador por las prostitutas, pero su modus operandi es menos sangriento; ha sustituido la mutilaci¨®n y la evisceraci¨®n por la estrangulaci¨®n y quiz¨¢ por el envenenamiento.
La comparaci¨®n entre el asesino del siglo XIX y el del siglo XXI resulta artificiosa, pero conecta con otras similitudes menos superficiales. La sociedad brit¨¢nica descubri¨®, gracias al horror de Jack el Destripador, el infierno de miseria y enfermedad en el que viv¨ªa el lumpen del East End londinense. De aquel oto?o de terror de 1888 surgieron no pocas iniciativas reformistas. Los asesinatos de Ipswich tambi¨¦n resaltan sobre un tapiz social conflictivo. Una parte de la sociedad brit¨¢nica tiende a rechazar la prostituci¨®n como un mal contagioso, un pecado que atrae el castigo. La pol¨ªtica oficial de tolerancia cero hacia las prostitutas las ha ido empujando hacia las zonas m¨¢s solitarias, los barrios m¨¢s desprotegidos y los callejones m¨¢s oscuros. Las primeras asesinadas apenas merecieron, por su condici¨®n, breves referencias en los medios; s¨®lo despu¨¦s del tercer cad¨¢ver surgi¨® la preocupaci¨®n y la explotaci¨®n del morbo.
De nuevo aparece la presi¨®n reformista. Se sugieren leyes menos estrictas, control sanitario y de seguridad para evitar cr¨ªmenes de otros siglos. Tambi¨¦n resurge la tentaci¨®n del espect¨¢culo: un diario, el News of the World, pagar¨¢ 400.000 euros a quien proporcione pistas sobre el asesino.
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