El travestido arte del siglo XX

Ante un monumental manual sobre arte del siglo XX redactado por reputados autores internacionales, cuyo prestigio se debe en buena parte a su posici¨®n de liderazgo cr¨ªtico en la actualidad, lo que en principio garantiza que nos proporcionar¨¢n una versi¨®n renovada del tema, no cabe sino una admirada salutaci¨®n. Pero no s¨®lo por la autor¨ªa, sino por los mismos datos materiales de la configuraci¨®n de este formidable proyecto editorial, animado en su ra¨ªz y desarrollo por un competente especialista en arte contempor¨¢neo y, a su vez, un prestigioso editor, el recientemente fallecido Nikos Stangos (1936-2004), cuyo eficaz sentido did¨¢ctico planea por la concepci¨®n y dise?o del libro, sobre cuya utilidad y ¨¦xito no cabe la menor duda.

Dicho lo cual sin la menor re

serva, se nos plantea de entrada una objeci¨®n cr¨ªtica: la de si hoy cabe embutir el complejo y muy todav¨ªa aleatorio relato del arte del XX en un manual did¨¢ctico, sobre todo, cuando el modelo can¨®nico de la vanguardia lineal se ha desmembrado desde hace un tercio de siglo y a¨²n estamos lejos de haber fraguado un recambio alternativo y, si acaso, pueden acometer esta tarea autores como los que lo han realizado, todos ellos c¨¦lebres por su trayectoria como ensayistas pol¨¦micos, muy poco proclives, por tanto, a la sistematizaci¨®n didasc¨¢lica. En realidad, todo este proyecto tiene un cierto aire travestido, como el de alguien que se nos presentara con un aspecto cerradamente convencional, pero dejando entrever unas interioridades escandalosas; en suma: como "un dos en uno", pero sin que cada uno de los dos se imponga o concierte, con el correspondiente peligro de acabar siendo ambos ninguno. As¨ª, por ejemplo, asombra que los autores se hayan avenido a emplear una secuencia de revisi¨®n cronol¨®gica anual desde 1900 hasta 2003, como la que emple¨®, en 1970, Hans L. Jaff¨¦, as¨ª como que, enarbolando metodolog¨ªas como la psicoanal¨ªtica, la hist¨®rico-social, la estructuralista o la posestructuralista, muy en boga en las humanidades del ¨²ltimo cuarto de siglo, contin¨²en inmersos, no digo ya en un esquema narrativo tan sin atributos, sino que los valores aireados e, incluso, los nombres que los representan sean, por as¨ª decirlo, los de siempre, los del convencional vanguardismo lineal.

Sea como sea, aunque el armaz¨®n que construye el manual como tal no case en absoluto con la intenci¨®n "abierta" y "renovadora" que han exhibido y se les exige a sus autores, ser¨ªa absurdo negar toda validez y, a¨²n menos, utilidad al proyecto, sobre todo, porque sus obvios defectos e inconvenientes no tienen, por el momento, una mejor alternativa cr¨ªtica viable. Por otra parte, es ciertamente muy dif¨ªcil que ¨¦sta se produzca, cuando nos encontramos en plena crisis de los "grandes relatos" hist¨®ricos y cuando estamos empezando a reconstruir la historia del arte del siglo XIX, que es ahora por completo diferente que la can¨®nica que se estudiaba en las universidades hasta 1970.

?C¨®mo entonces emprender con garant¨ªas la del reciente siglo XX, del que todav¨ªa cada d¨ªa descubrimos aspectos y personalidades desconocidos o infravalorados? Desde luego, no creo que podamos salir del impasse mientras sigamos dominados por la ansiedad medi¨¢tica por la actualidad que es, por naturaleza, informaci¨®n incontrastada e incontrastable y, por consiguiente, una manipulaci¨®n en estado bruto. ?Nuestra forma de hacer historia ha de seguir obligatoriamente el modelo de un anuario period¨ªstico? Es probable que fatalmente sea as¨ª, aunque no sea ¨¦sta una cuesti¨®n que aqu¨ª se pueda abordar. De todas formas, volviendo sobre Arte desde 1900, luces y sombras incluidas, me parece un manual de imprescindible lectura para la ingente grey actual de aficionados al arte contempor¨¢neo.