Destituido un general que declar¨® que comparte la causa de Pinochet
Primer alto mando chileno expulsado por opiniones pol¨ªticas desde 1990
El comandante en jefe del Ej¨¦rcito chileno, general ?scar Izurieta, pidi¨® la dimisi¨®n al jefe de la guarnici¨®n militar de Santiago, general Ricardo Hargreaves, la cual se hizo efectiva de inmediato, por haber declarado a un diario que "sigue compartiendo" la causa del dictador Augusto Pinochet. El Gobierno fue informado inmediatamente despu¨¦s y apoy¨® la medida, que supone el m¨¢s categ¨®rico gesto de afirmaci¨®n del principio de neutralidad militar desde el reinicio de la democracia en 1990.
La baja de Hargreaves fue fulminante. El general hab¨ªa asumido como jefe de la guarnici¨®n de Santiago en la ma?ana el jueves, despu¨¦s de encabezar la poderosa Quinta Divisi¨®n, con base en Punta Arenas, y antes de las 23.00 del mismo d¨ªa estaba depuesto de su cargo. Hargreaves se convirti¨® ayer en el segundo oficial destituido por Izurieta, quien hace dos d¨ªas dio de baja al capit¨¢n Augusto Pinochet Molina, nieto del dictador, por pronunciar sin permiso un discurso en el funeral de su abuelo en el que emiti¨® opiniones pol¨ªticas.
En declaraciones al diario La Prensa Austral de Punta Arenas, publicadas el martes, el d¨ªa de las exequias de Pinochet, hechas al t¨¦rmino de una misa en esa ciudad, Hargreaves dijo que el Ej¨¦rcito tiene "sentimientos de reconocimiento a un hombre que fue capaz de asumir una gran responsabilidad en un momento en el que el pa¨ªs estaba absolutamente convulsionado y colapsado", refiri¨¦ndose al golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que derroc¨® al presidente Salvador Allende. "?l luch¨® por lo que crey¨® era importante para Chile. Yo fui part¨ªcipe de esa causa. La compart¨ª plenamente y la sigo compartiendo", agreg¨®.
Seg¨²n este general, Chile est¨¢ disfrutando hoy de un tremendo bienestar y empuje "gracias, sin duda, a la obra del general Pinochet". Hargreaves tambi¨¦n sostuvo que la valoraci¨®n de la obra de su ex jefe es "tremendamente injusta", y critic¨® como "lo m¨¢s de mal gusto que he visto en mi vida" las celebraciones con champa?a por la muerte de Pinochet. Afirm¨® que hizo su carrera con Pinochet, estuvo a menudo con ¨¦l y resalt¨® "su carisma, su liderazgo y su forma de ver las cosas".
Informado el jueves por la tarde de las declaraciones de Hargreaves, que no llamaron la atenci¨®n en medio de las exequias del dictador, Izurieta lo convoc¨® a una reuni¨®n a las 21.30 para enterarse de si eran ciertas. Hargreaves reconoci¨® sus declaraciones, asumi¨® su responsabilidad e Izurieta le pidi¨® la dimisi¨®n y ¨¦ste la present¨®. Inmediatamente despu¨¦s, Izurieta inform¨® a la ministra de Defensa, Vivanne Blanlot, quien apoy¨® de inmediato la determinaci¨®n.
Al Gobierno le hab¨ªa molestado en especial la afirmaci¨®n de Hargreaves de que segu¨ªa compartiendo la causa de Pinochet, algo incompatible con los principios democr¨¢ticos. Blanlot, hija de militar, como la presidenta, Michelle Bachelet, afirm¨® ayer estar "completamente satisfecha" con la decisi¨®n de Izurieta. "No se trata de Pinochet aqu¨ª, se trata de que los militares no deben emitir opiniones pol¨ªticas ni siquiera acercarse al tema de emisi¨®n de opiniones pol¨ªticas", sostuvo la ministra de Defensa.
Record¨® Blanlot que las Fuerzas Armadas est¨¢n para proteger a los chilenos de amenazas externas, por lo que es necesario que la poblaci¨®n pueda confiar para entregarles las armas. Este acto de "confianza profunda" de la ciudadan¨ªa en los militares requiere que las Fuerzas Armadas den garant¨ªas "todos los d¨ªas de que nunca van a tener, por posiciones pol¨ªticas, el inter¨¦s o la tentaci¨®n de utilizar estas armas contra nuestros propios ciudadanos".
Izurieta resolvi¨® aplicar con Hargreaves el mismo criterio que adopt¨® en el caso del capit¨¢n Pinochet Molina. De no haberlo hecho, habr¨ªa quedado en las filas la percepci¨®n de que el car¨¢cter apol¨ªtico del Ej¨¦rcito s¨®lo rige para los rangos inferiores. Su determinaci¨®n y el respaldo del Gobierno fueron una se?al de disciplina para todos los militares.
Para el soci¨®logo Augusto Varas, autor de varios libros sobre los militares, "los escasos episodios de rebeld¨ªa frente al interior del Ej¨¦rcito, a prop¨®sito del funeral del dictador, cuestionan el mando del general Izurieta, da?an la unidad institucional e impiden un efectivo reencuentro de los chilenos con su Ej¨¦rcito".
Dos a?os en Madrid
El general Ricardo Hargreaves se convirti¨® ayer en el primer miembro del alto mando depuesto por opiniones pol¨ªticas desde 1990. Antes de llegar al cargo de jefe de la Guarnici¨®n de Santiago, en el que apenas estuvo 12 horas, hab¨ªa encabezado la poderosa Quinta Divisi¨®n, con base en Punta Arenas. Previamente, entre otros destinos, fue agregado militar en la Embajada de Chile en Madrid entre 2000 y 2002.
La pervivencia del pinochetismo en parte de la oficialidad es explicable, si se considera que el dictador estuvo casi un cuarto de siglo al frente del Ej¨¦rcito (1973-1998). El senador de derecha y ex jefe de la Armada Jorge Arancibia, afirm¨® ayer que las declaraciones de Hargreaves reflejan el pensamiento de muchos oficiales en activo, que valoran la gesti¨®n de Pinochet.
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