Vuelven los resultadistas
El retorno de Fabio Capello ha provocado la reaparici¨®n de los llamados resultadistas, una cofrad¨ªa de simpatizantes cuyo lema es el siguiente: en la alta competici¨®n s¨®lo importa el fondo, es decir, el resultado final. Las formas son una entelequia o, en el mejor de los casos, un efecto secundario del que se apropian sistem¨¢ticamente los cursis y los cuentistas.
Aunque nunca se han tomado la molestia de explicar sus teor¨ªas, conviene reconocer que tienen un punto de raz¨®n. Es cierto que perder es fracasar y que en la victoria y la derrota caben emociones cuyo valor se registra en el estado de ¨¢nimo. Hay que concederles, adem¨¢s, otro beneficio: si bien algunos equipos, precisamente los m¨¢s d¨¦biles, s¨®lo miden su rendimiento en el marcador, nadie puede reprocharles que acepten cualquier camino y justifiquen cualquier procedimiento para alcanzarlo. Aprovechar alguna ventajilla ocasional, ya sea una jugada de laboratorio o un golpe de suerte, es el derecho indiscutible de quienes carecen de los recursos del campe¨®n.
Sin embargo, los resultadistas no consideran la cicater¨ªa una exigencia del estado de necesidad, sino una herramienta de trabajo. Ocultan adem¨¢s las pruebas que consideran contradictorias; ignoran, por ejemplo, que un equipo, el Barcelona, ha ganado la Liga espa?ola y la Liga de Campeones, dos de las competiciones m¨¢s acreditadas del mundo, apoder¨¢ndose de la pelota, llevando la iniciativa, ocupando el campo contrario y, por a?adidura, divirtiendo a los espectadores. En uno de esos ejercicios de estilo que hacen verdaderamente grande a un club, ha reunido un elenco de futbolistas cuyo distintivo es la brillantez y, en vez de imponer que se limiten a cumplir ¨®rdenes, les ha permitido que improvisen y ofrezcan lo mejor de su repertorio. De esta manera convierten el trabajo en una aventura, y cada d¨ªa ponen a prueba sus propios l¨ªmites: llenan el Camp Nou, dejan para el archivo media docena de jugadas del a?o, logran la m¨¢s alta diferencia de goles y, mientras Vald¨¦s consigue el Premio Ricardo Zamora, Eto'o se lleva de tac¨®n el Trofeo Pichichi. Encabezan todas las clasificaciones y merecen todos los elogios de la cr¨ªtica internacional.
Para los resultadistas, el Barcelona es, mal que nos pese, el equipo que nunca existi¨®. En cuanto el chusquero de moda engancha tres victorias consecutivas, se reafirman, nos venden el encanto de bostezar y vuelven a insistir en que s¨®lo hay dos tipos de juego: uno feo, pero pr¨¢ctico, y otro vistoso, pero in¨²til.
Olvidan que el deporte de alta competici¨®n es ¨²nicamente un espect¨¢culo, y que un espect¨¢culo puede ser cualquier cosa, salvo aburrido.
Pens¨¢ndolo bien, quiz¨¢ merezcan que se lo entreguemos sin condiciones. El aburrimiento, para el que lo trabaja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.