Qu¨ªmica sana

El Parlamento europeo aprob¨® la semana pasada un sistema de control unificado de productos qu¨ªmicos, alrededor de 30.000, que pone fin a un desorden de decenas de medidas a escala comunitaria y de sistemas de autorizaci¨®n nacionales. El resultado es fruto de una idea nacida hace ocho a?os en defensa de la salud y el medio ambiente que pronto se vio influida por la industria qu¨ªmica europea, la m¨¢s potente del mundo, de la que dependen casi cinco millones de empleos. La propuesta original de la Comisi¨®n, presentada en 2003, se ha visto sometida a las presiones contrapuestas de ecologistas y empresas, plasmadas en m¨¢s de 5.000 enmiendas.

Tres son las principales innovaciones del acuerdo REACH (acr¨®nimo en ingl¨¦s de Registro, Evaluaci¨®n y Autorizaci¨®n de Productos Qu¨ªmicos): la autorizaci¨®n previa para la circulaci¨®n y empleo en la UE de los 30.000 productos en cuesti¨®n; la realizaci¨®n por el fabricante de los an¨¢lisis que revelan las caracter¨ªsticas y eventuales riesgos del producto, y la sustituci¨®n obligatoria de los que sean m¨¢s peligrosos, cuando haya alternativa, o el compromiso para investigar sobre c¨®mo resolver el problema en caso de que no existan.

Es esta relativizaci¨®n, que en teor¨ªa permite alegar indefinidamente al fabricante que investiga sin lograr resultados, lo que m¨¢s ha indignado a los ecologistas, que ven en ello un coladero para los intereses de la industria. El reglamento REACH marca de forma clara las reglas del juego, pero deja abiertos flancos a definir por la agencia que a partir de julio y desde Helsinki comenzar¨¢ a decidir sobre el registro y autorizaci¨®n de productos qu¨ªmicos.

Ah¨ª est¨¢ la oportunidad para afinar su puesta en pr¨¢ctica, donde de nuevo industria y otros sectores (ecologistas, asociaciones de consumidores, colegios de m¨¦dicos o cient¨ªficos) volver¨¢n a la pugna sobre un sistema que, aunque con deficiencias, mejora la situaci¨®n actual y alienta la competitividad y la innovaci¨®n. Para comprobar los resultados de la iniciativa habr¨¢ que esperar a su pleno despliegue a lo largo de los pr¨®ximos 11 a?os.