Vuelta al esperpento de Arturo Ripstein
El cineasta mexicano retoma la ficci¨®n con 'Carnaval de Sodoma'
El pensaba que sus pel¨ªculas eran "delirantes y tremebundas", pero bastaron las ¨²ltimas elecciones mexicanas para comprobar que lo suyo estaba m¨¢s cerca del costumbrismo de lo que nunca crey¨®. "La divisi¨®n hoy en M¨¦xico es muy grande, muy feroz. Los bandos se enfrentan a muerte y cada episodio es m¨¢s loco que el anterior. Esta espiral de demencia es absolutamente inmerecida. Esto no es un sainete sino un sainote", afirma el cineasta Arturo Ripstein (M¨¦xico DF, 1943) en su visita a Madrid. Buen conversador, ir¨®nico y divertido, Ripstein y su pareja y coguionista, Alicia Garciadiego, hablan con sincero desconcierto de la situaci¨®n pol¨ªtica en M¨¦xico.
En Bilbao ha recibido el galard¨®n honor¨ªfico en el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje, Zinebi. Premiaron la originalidad de su obra. "No voy a ofender esta generosidad. Si es por original o por guapo yo no voy a llevarles la contraria", bromea. En Casa de Am¨¦rica ofreci¨® una conferencia junto a David Trueba. "Es complicado hablar de la t¨¦cnica. El ritmo, el tempo o c¨®mo se cuadr¨®... Eso lleva un par de astucias y si lo quieres explicar al final puedes provocar m¨¢s dudas y oscuridad que otra cosa".
Con su ¨²ltima obra, Carnaval de Sodoma, este disc¨ªpulo precoz de Bu?uel y autor de una veintena de memorables cintas ha vuelto a la ficci¨®n tras rodar dos documentales. En Santo Domingo encontr¨® la novela que le inspir¨®. "La literatura ya no viaja, ahora las obras son locales. La globalizaci¨®n ha levantado fronteras infranqueables", se lamenta.
Entre las cuatro paredes de un burdel -"una Arcadia turbia"- regentado por un chino se concentra la acci¨®n de esta historia. "La atm¨®sfera de la novela era parecida a la nuestra. Son cinco personajes que se cuentan mentiras, que ven m¨¢s o menos lo mismo desde distintos puntos de vista". Con luz verde ha rodado esta historia -"yo cuento cuentos", sostiene- en la que reconoce una continuaci¨®n de sus formas. "Mis pel¨ªculas son muy hermanas; hablan de universos muy ut¨®picos. No hay cambios sustanciales en ellas y a esto antes se le llamaba estilo. Mis conocimientos t¨¦cnicos han mejorado. En fin, es como aquello de tantos a?os siendo marquesa y no saber mover el abanico", r¨ªe. A pesar de todo, el resultado de sus proyectos siempre le resulta "demoledor" y por eso se niega a ver su trabajo m¨¢s de una vez. "Los objetivos que uno se marca son absolutamente inalcanzables, son quim¨¦ricos. Al final te queda un 10% del entusiasmo con el que arrancaste". Pero en esto tampoco se siente solo: "Los raros son raros. Al final, todos nos parecemos mucho".
En contra de su costumbre de mantenerse alejado de la prensa -"afuera es feo", ha sido su lema y el de su esposa-, en los ¨²ltimos meses, Ripstein se ha lanzado a la lectura de peri¨®dicos. "He visto que las cosas son m¨¢s feroces y feraces. Tambi¨¦n mucho m¨¢s divertidas", afirma. Y no duda en explicar que de todo ello ha destilado algunas lecciones. Cosas que como dos lecturas de una misma circunstancia nunca se acercan ni por asomo: "Cada quien ve lo que quiere. Ning¨²n punto tiene que ver con otro. Lo que he aprendido con esto es que t¨² ves blanco y yo veo negro"."La literatura ya no viaja. La globalizaci¨®n ha levantado fronteras infranqueables"
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.