La bondad y las hadas
Aunque la prosista no tenga la singularidad de la poeta (a la que incluso se pens¨® en coronar luego de Lord Tennyson) Christina Rossetti (1830-1894) merece sin duda m¨¢s que un recuerdo. Hermana del famoso pintor y poeta prerrafaelita Dante Gabriel, su orbe literario oscila entre el elemento m¨ªtico y fant¨¢stico que busc¨® contrarrestar el f¨¦rreo realismo puritano de la sociedad victoriana, y sus profundos intereses pietistas, ya que fue una mujer muy religiosa, entregada insistentemente -sobre todo en la segunda mitad de su vida- al cultivo del bien y de la bondad, para ella grandes carencias del hombre.
El libro Lugares comunes es un variado conjunto de relatos editado por vez primera en 1870. Aunque el que da t¨ªtulo al volumen es el m¨¢s largo y el que lo abre (se trata en realidad de una novela corta) yo aconsejar¨ªa al lector no empezar por ¨¦l, pues sean cuales sean sus gustos, es lo menos representativo de Christina Rossetti: una peque?a trama de realismo psicol¨®gico, entre solteronas burguesas que aspiran al matrimonio y a la estabilidad, en medio de dudas continuas sobre el pundonor y las miradas de los otros; nos hallamos ante una Rossetti que paga claro tributo al tono m¨¢s usual de la novel¨ªstica victoriana. Lo que viene despu¨¦s son cuentos, hermosos, did¨¢cticos y a ratos voluntariamente ingenuos, montados sobre los dos grandes pilares de la autora: bondad y fantas¨ªa. Mis preferidos (y dir¨ªa que los m¨¢s logrados) son Hero -el nombre de la hero¨ªna mitol¨®gica- y Los gemelos de Vanna. El primero es la excursi¨®n de una hermosa muchacha al Reino de las Hadas donde se le concede el deseo que pidi¨® al salvar a una de ellas: ser siempre el supremo objeto de admiraci¨®n, est¨¦ donde est¨¦. Tras mutaciones y peripecias a causa del don obtenido (que tiene m¨¢s inconvenientes que ventajas) Hero reconocer¨¢ que "aunque la admiraci¨®n al principio parece dulce, s¨®lo el amor es dulce al principio, y despu¨¦s, y siempre". Al contrario, s¨®lo en parte, Los gemelos de Vanna nos introducen a trav¨¦s de los delicados ojos de una solterona buena y humilde, en el mundo real de unos bellos emigrantes napolitanos, Cola y Vanna, cuyos lindos gemelos (ni?o y ni?a) mueren helados tras haber cumplido un mandado de la madre. Todo es bondad, religiosidad y ternura, en un clima de cuento -nada ?o?o por tanto- cuyo af¨¢n ¨²ltimo es subrayar la belleza del bien. Justicia social busca un cuento menor (Pros y contras) en el que un p¨¢rroco rega?a a su burguesa feligres¨ªa por no querer pobres en sus bancos. El libro -lo adelant¨¦- no est¨¢ a la altura de la poeta de El mercado de los duendes, pero su mundo es cercano. Christina Rossetti (como prerrafaelitas y estetas) fue el otro lado de la severa sociedad victoriana. F¨¢bulas e imaginaci¨®n les ayudaron.
PARECIDOS RAZONABLES
Christina Rossetti
Traducci¨®n de Pilar Ad¨®n
Funambulista. Madrid, 2006
95 p¨¢ginas. 15 euros
LUGARES COMUNES
Christina Rossetti
Traducci¨®n de Carmen Franc¨ª
Alba. Barcelona, 2006
218 p¨¢ginas. 18,50 euros
?se es el tono (ahora con la clara influencia, sobre todo en el primero de los cuentos, de Lewis Carroll) de los tres continuados relatos, con ilustraciones de Arthur Hughes, que componen el tomito Parecidos razonables, editado por vez primera en 1875. Cuentos para ni?os -did¨¢cticos, desde luego- pero con un claro desenfado al que contribuye el buscado tono oral (una costurera se los narra a sus sobrinas mientras cosen) y el lado fant¨¢stico de los ni?os asilvestrados del principio o de los seres hablantes del bosque, en el relato final, que no deja de tener concomitancias (aunque ahora en final feliz) con Los gemelos de Vanna. Tambi¨¦n esta ni?a, en Navidad, se aventura a llevar un regalo olvidado a una casa que queda m¨¢s all¨¢ del peque?o bosque...
Leyendo estos relatos uno
no puede dejar de imaginar el temple moral de Christina Rossetti: una muy delicada mujer obsesionada por el bien y la belleza, con un toque caritativo del que ser¨ªa rid¨ªculo burlarse. Recordemos que hasta hace bien poco su villancico In the black mid-winter era la canci¨®n navide?a de toda Gran Breta?a. Se pudo haber llevado bien con Emily Dickinson, por ejemplo.
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