Ellos quieren ser 'Perrier'
Verg¨¨ze, el pueblo franc¨¦s, reivindica llamarse como la marca que explota el agua de su manantial
Imagine que un pueblo de 3.000 habitantes como Palazuelos de Eresma (Segovia) quisiera ahora llamarse DYC como el whisky que se fabrica en su municipio desde tiempos inmemoriales. O sea, que los de Palazuelos quisieran tener algo as¨ª como la denominaci¨®n de origen del whisky como ocurre con los vinos, pero al rev¨¦s: primero llega la marca y luego se le cambia el nombre al pueblo. No es el caso de Palazuelos, que lleva su nombre con orgullo, pero s¨ª el de un pueblo del sureste franc¨¦s. Se llama Verg¨¨ze, pero quiere llamarse Perrier, como la marca del agua con gas que sale de su manantial.
Los de Verg¨¨ze ya han llevado hasta los juzgados de Nimes a Nestl¨¦, el mayor grupo mundial de agua embotellada y actual propietario de la marca y de la planta de producci¨®n del pueblecito franc¨¦s. Y el caso parece que va para largo.
"Perrier es parte de nuestra identidad, es como el territorio de un buen vino", declaraba un lugare?o a The Guardian. "Perrier es nuestra herencia cultural, geogr¨¢fica e hist¨®rica", dec¨ªa el alcalde, Ren¨¦ Balana. No les falta raz¨®n.
"El manantial de Verg¨¨ze" fue descubierto y bautizado en la ¨¦poca de los romanos. Su agua tiene burbujas por el contenido natural de gas carb¨®nico, proveniente de una corriente de origen volc¨¢nico. Y fue a principios del siglo XX Louis Perrier, un m¨¦dico local, quien la dej¨® marcada para siempre con su apellido, al desvelar y difundir sus propiedades terap¨¦uticas y crear as¨ª un gigantesco y burbujeante negocio acu¨¢tico que ha dado la vuelta al mundo.
Generaciones enteras de un pueblo trabajando para Perrier que, no es que sientan la marca como suya, es que se sienten Perrier. Y, por otro lado, Nestl¨¦, su propietario desde 1992, que planea una reestructuraci¨®n de la planta de producci¨®n con m¨¢s de 3.000 empleados, casi todos del pueblo. Y es que esta aparente crisis de identidad es el reflejo de un temor: que se lleven la empresa a otra parte. Centenares de familias en vilo y los sindicatos franceses en pie de guerra con Nestl¨¦. Y la cuesti¨®n es: ?se podr¨ªa fabricar Perrier en otro sitio? ?Seguir¨ªa siendo Perrier?
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