El director del CNI pidi¨® al jefe del espionaje sirio seguridad para los tropas en L¨ªbano

La seguridad de los 1.300 soldados espa?oles desplegados en L¨ªbano pasa por Siria. Eso es al menos lo que debe pensar el director general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, quien a finales de noviembre viaj¨® a Damasco y se reuni¨® con el general Asef Shawkat, jefe del espionaje militar sirio y cu?ado del presidente El Asad. En la zona donde operan las tropas espa?olas, que ayer fueron visitadas por el ministro de Defensa, Jos¨¦ Antonio Alonso, es hegem¨®nica la milicia chi¨ª Hezbol¨¢, protegida por Siria.

M¨¢s que negociar directamente con los dirigentes de Hezbol¨¢, con quienes a¨²n no se ha entrevistado ninguna autoridad espa?ola, el Gobierno se ha dirigido a sus mentores, Siria e Ir¨¢n, para asegurarse que la milicia chi¨ª, ampliamente hegem¨®nica en el sur de L¨ªbano, no tendr¨¢ una actitud hostil hacia las tropas espa?olas, que son el tercer contingente m¨¢s numeroso de los cascos azules, tras italianos y franceses. Seg¨²n fuentes gubernamentales, el director del servicio secreto CNI, Alberto Saiz, visit¨® a finales de noviembre Damasco, donde se reuni¨® con el jefe del espionaje militar sirio, Asef Shawkat, con el objetivo de establecer un canal permanente de comunicaci¨®n

Shawkat es uno de los hombres m¨¢s influyentes del r¨¦gimen pues, adem¨¢s de dirigir el poderoso espionaje militar, es cu?ado del presidente Bachar el Asad. Se trata tambi¨¦n de un personaje muy cuestionado, por la supuesta implicaci¨®n de los servicios secretos sirios en el asesinato del ex primer ministro liban¨¦s Rafik Hariri, y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha congelado sus bienes en dicho pa¨ªs.

"Di¨¢logo constructivo"

La visita de Saiz es coherente con la pol¨ªtica espa?ola en Oriente Pr¨®ximo. Frente a otros pa¨ªses occidentales, que abogan por el aislamiento internacional de El Asad, al que acusan de fomentar el terrorismo, Espa?a es partidaria del "di¨¢logo constructivo" con el r¨¦gimen de Damasco.

No es casual que el titular de Asuntos Exteriores espa?ol, Miguel ?ngel Moratinos, fuera, a principios de agosto pasado, el primer ministro europeo que viajara a Siria tras la guerra de 34 d¨ªas entre Hezbol¨¢ e Israel. Esta pol¨ªtica hace que las tropas espa?olas tengan mejor imagen entre la poblaci¨®n chi¨ª que las de Francia -uno de cuyos generales, Alain Pellegrini, ostenta hasta febrero el mando de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para L¨ªbano (Finul)-, alineada con el frente antisirio e impulsora del tribunal internacional para investigar el asesinato de Hariri.

En la gira que le llev¨® a Damasco, seg¨²n las fuentes consultadas, el director del CNI fue tambi¨¦n a L¨ªbano, donde se reuni¨® con sus hom¨®logos libaneses y visit¨® la base de la brigada multinacional dirigida por Espa?a, en la localidad de Blat. La casualidad hizo que Saiz estuviera en la base Miguel de Cervantes el mismo d¨ªa que el portavoz del PP en la Comisi¨®n de Exteriores del Congreso, Gustavo de Ar¨ªstegui. El CNI cuenta con un equipo de agentes en L¨ªbano, igual que en todos los pa¨ªses donde hay tropas espa?olas, dedicado a preservar su seguridad.

Hasta ahora no se han producido actos hostiles de Hezbol¨¢ hacia los espa?oles. El incidente m¨¢s grave fue el del pasado d¨ªa 5, cuando milicianos chi¨ªes pusieron bombas trampa en los accesos a un dep¨®sito de armas descubierto por los legionarios. Fuentes de Hezbol¨¢ han garantizado que se trat¨® de un episodio aislado y de que no hay instrucciones de actuar contra la Legi¨®n.

Los militantes del Partido de Dios no son la ¨²nica amenaza contra las tropas. Los servicios de inteligencia occidentales disponen de informes seg¨²n los cuales terroristas de la red Al Qaeda estar¨ªan actualmente en L¨ªbano. Se cree, no obstante, que los fundamentalistas se esconden en los campos de refugiados palestinos, fuera de la zona de actuaci¨®n de los cascos azules. La mejor forma de prevenir su infiltraci¨®n hacia el sur, seg¨²n las fuentes consultadas, consiste en buscar la complicidad de la poblaci¨®n local, algo en lo que se han hecho expertos los soldados espa?oles.