"Hay que medir la peligrosidad del agresor"

En algunas conferencias, Miguel Lorente disecciona el fen¨®meno de la violencia machista con desapasionamiento, como si metiese un escalpelo en las tripas de la sociedad para mostrar donde se asienta la enfermedad. Es un hombre sensibilizado con la violencia de g¨¦nero que ha escrito libros como Mi marido me pega lo normal o Anatom¨ªa del maltratador, pero ante todo es un forense que cree que el rigor profesional, el escalpelo, es la mejor herramienta para atender a las v¨ªctimas. Desde ayer, Miguel Lorente Acosta (Ser¨®n, Almer¨ªa, 1962) entra en el terreno de la acci¨®n pol¨ªtica como director general de Asistencia Jur¨ªdica a las V¨ªctimas de Violencia de la Junta de Andaluc¨ªa.

Pregunta. ?Es necesaria una direcci¨®n general para v¨ªctimas de la violencia?

Respuesta. Facilita mucho la labor, cuando no hay buena coordinaci¨®n, las relaciones no son arm¨®nicas. Era necesaria, la prueba es que media Espa?a est¨¢ pendiente de c¨®mo va a funcionar. La Administraci¨®n tiene varios recursos que hacen lo mismo sobre la misma persona, con lo cual se aumenta la victimizaci¨®n y multiplicamos la asistencia. Eso a veces se usa en los juicios enfrent¨¢ndolos porque puede haber elementos psicol¨®gicos y f¨ªsicos distintos entre una prueba y otra. Pretendemos evitar esa descoordinaci¨®n teniendo en cuenta que son pol¨ªticas transversales.

P. Los j¨®venes est¨¢n repitiendo las mismas conductas que los mayores, llegando a asesinar. ?Ha estudiado por qu¨¦?

R. Ha sido un error pensar que la violencia de g¨¦nero es un problema de tiempo. El tiempo lo ha agravado porque no se ha actuado sobre ciertos factores ni sobre la ra¨ªz. Lo que est¨¢ ocurriendo se usa ahora de elemento de divisi¨®n, la sociedad se est¨¢ posicionando entre quienes defienden actuar sobre los efectos porque creen que de otro modo se agrava la violencia. ?sta es la postura de la decana de Barcelona [Mar¨ªa Sanahuja], que entiende la violencia de g¨¦nero como la consecuencia de una serie de elementos anormales como el consumo de sustancias, los celos.. Totalmente diferente es la posici¨®n de quienes consideramos que la violencia de g¨¦nero es hist¨®rica, estructural y est¨¢ basada en la creencia del poder masculino y el sometimiento de las mujeres. Como no hemos actuado sobre los elementos culturales vamos a seguir sufriendo esa violencia. Los j¨®venes tienen comportamientos hostiles en la adolescencia, se acercan a las chicas hostigando, cuando tienen pareja le imponen su criterio en nombre del compromiso adquirido, pero es ego¨ªsta, en realidad lo hacen en nombre de su control. Creer que cuanto m¨¢s te controlan es cuanto m¨¢s te quieren, est¨¢ muy arraigado.

P. ?Falla en esto la ley integral?

R. No. En el plan que acaba de aprobar el Gobierno se insiste mucho en la educaci¨®n, hay que empezar en edades precoces para desarrollar la igualdad como valor. Es como la libertad o la justicia, son elementos que nos hacen actuar en nombre de ellas, sin embargo la igualdad ha sido poco desarrollada como valor y elemento motriz que te impulsa a actuar, no s¨®lo al que llegar. La ley es un instrumento que tiene que ser aplicado. Hay gente que la usa de manera autom¨¢tica y no integral. Hay que individualizar las medidas sobre cada caso, si no se transforma en un elemento inadecuado, ser¨ªa como aplicar la misma dosis de insulina a todos los diab¨¦ticos.

P. Resulta espeluznante comprobar que algunas mujeres son asesinadas a pesar de contar con ¨®rdenes de protecci¨®n.

R. La orden puede ser insuficiente cuando hay una voluntad manifiesta de matar a una mujer. Tambi¨¦n hay que analizar al agresor para establecer los mecanismos. Un profesional no puede actuar por sensibilidad, si no por profesionalidad. Cuando hablamos de estos temas, la gente quiere que sean sensibles, y est¨¢ muy bien, pero tienen que ser profesionales.

P. ?Y falta profesionalidad?

R. Falta mayor formaci¨®n, especializaci¨®n y conocimiento de la violencia de g¨¦nero, aunque se pueda ser un buen profesional.

P. ?Cu¨¢les son las medidas preventivas a aplicar si se observa un alto riesgo para la mujer?

R. Tenemos que medir la peligrosidad en relaci¨®n con las probabilidades de que pueda repetirse. Si hay elementos objetivos de riesgo, ser¨ªa partidario de acudir a la prisi¨®n preventiva, que puede replantearse si el delito no justifica que se prolongue. Si estamos limitando la libertad de las mujeres en peligro, ?c¨®mo no vamos a ser capaces de limitar los del agresor? Lo que no podemos es hacerlo por alarma social. Ahora s¨®lo en el 10% de los casos se recurre al estudio de peligrosidad, no se hace lo suficiente. El seguimiento a las mujeres en riesgo es otra medida proactiva.

P. ?S¨®lo atender¨¢n v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero?

R. Nos centraremos en v¨ªctimas que lo son por sus especiales circunstancias de vulnerabilidad, como los menores y los ancianos. Necesitan una respuesta a?adida por sus especiales circunstancias.

P. ?Impulsar¨¢n progamas de reinserci¨®n o reeducaci¨®n de maltratadores?

R. Vamos a crear un comit¨¦ de expertos en reeducaci¨®n, lo que se haga ser¨¢ en coordinaci¨®n y dando continuidad a lo que se hace en el medio penitenciario. En ning¨²n caso ser¨¢ a cambio de beneficios penitenciarios porque podr¨ªa dar la sensaci¨®n de que respondemos de forma diferente a la de otras violencias. Nunca ser¨¢ quitando dinero de programas para las mujeres, no va a suponer un perjuicio para la v¨ªctima.

P. La denuncia, ?es el momento de mayor riesgo para una mujer maltratada?

R. No. La denuncia no conlleva un aumento de la violencia. Es la separaci¨®n. Con la denuncia a veces baja la violencia porque ¨¦sta se basa en la impunidad. Cuando se ven cuestionados socialmente, los maltratadores echan marcha atr¨¢s. La separaci¨®n puede conducir a m¨¢s violencia porque la violencia busca el control de la mujer. Si el agresor ve que est¨¢ controlada, est¨¢ tranquilo. En el momento de la separaci¨®n se produce la absoluta p¨¦rdida de control.