Escribir 'Babel'
El guionista de la pel¨ªcula 'Babel', dirigida por Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu y que se estrena en Espa?a ma?ana, reflexiona sobre los hechos que pueden cambiar la existencia de una persona en 24 horas.
Desde hace muchos a?os me obsesion¨® la idea de escribir sobre el ¨²ltimo d¨ªa de algo. El ¨²ltimo d¨ªa de amor, el ¨²ltimo de miedo, el ¨²ltimo de soledad, el ¨²ltimo de vida, el ¨²ltimo de odio. Escribir sobre esas 24 horas que cambian la vida para siempre. Bajo ese concepto empec¨¦ a pensar en historias que pudieran contarse en ese lapso y que encerraran un suceso de tal fuerza que cambiara de golpe la existencia de alguien.
La obra que empec¨¦ a escribir en un inicio se llam¨® El ¨²ltimo d¨ªa, t¨ªtulo que fue imposible mantener debido a la pel¨ªcula de Gus Van Sant Los ¨²ltimos d¨ªas,que apareci¨® justo cuando iba a empezar a filmarse. Alejandro propuso Babel,met¨¢fora y t¨ªtulo al mismo tiempo.
Decid¨ª empezar con una historia que ha estado en m¨ª desde que ten¨ªa 12 a?os. En ese entonces tuve por primera vez un rifle de alto poder en mis manos. Me aseguraron que la bala pod¨ªa alcanzar hasta cuatro kil¨®metros de distancia. Ni yo ni mis amigos, ninguno mayor de 16, creyeron en ello. Nos pusimos a probarlo. Disparamos contra objetos lejanos: ¨¢rboles, corrales. Muy a lo lejos, sobre una brecha, avanzaban unos autos. Alguien pregunt¨® si la bala pod¨ªa pegarles y apunt¨®. No jal¨® el gatillo, por suerte. Pero qued¨® en m¨ª la duda de qu¨¦ hubiera sucedido de haberlo hecho.
En Babelllev¨¦ esta antigua historia de mi infancia al distante T¨²nez. Lugar en el que, por cierto, nunca he estado. Imagin¨¦ ah¨ª a dos pastores de cabras, no mayores de 13 a?os, que deciden probar un rifle de alto poder que su padre acaba de adquirir disparando contra los autos en una carretera. Al igual que en Los tres entierros de Melquiades Estrada,quise que un disparo irreflexivo terminara por transformarse en una cat¨¢strofe.
La pel¨ªcula que imagin¨¦ en el sur de T¨²nez termin¨® haci¨¦ndose en Marruecos por razones de log¨ªstica: ah¨ª hab¨ªa mayores facilidades de hospedaje y en sus desiertos uno de los productores reci¨¦n acababa de filmar Alexander.
Otra vieja historia ten¨ªa que ver con una adolescente decidida a perder su virginidad. Esta historia me ha perseguido desde mi adolescencia, cuando en la secundaria una de mis compa?eras termin¨® rasgando su virginidad sobre un excusado de los sucios ba?os de la escuela. En un principio imagin¨¦ a una muchacha que est¨¢ a punto de quedarse ciega y que el d¨ªa en que van a transplantarle una c¨®rnea, decide afanosamente acostarse con alguien. En la obra final, esta muchacha termin¨® sordomuda en lugar de ciega, recorriendo las calles de Jap¨®n (lugar que tampoco conozco y que sugiri¨® Alejandro), dolida y solitaria por el reciente suicidio de su madre. Esta historia se hermana a la historia de mi novela El b¨²falo de la noche,donde un joven vaga por la ciudad en un merodeo sexual despu¨¦s del suicidio de su mejor amigo.
Mi obsesi¨®n por la frontera me llev¨® a la otra historia. Desde Los tres entierros de Melquiades Estraday mi novela Un dulce olor a muerte,he explorado los ambientes rurales del norte de M¨¦xico, de esos hombres y mujeres que por necesidad y casi por la fuerza tienen que pasarse al otro lado a buscarse una vida mejor. Tanto en Los tres entierros de Melquiades Estrada,como en esta historia de Babel,quise jugar un poco al contra tipo: americanos cruzando ilegalmente la frontera mexicana y viviendo los peligros y el azaroso recorrido de los migrantes por el desierto. En Babelson dos ni?itos gringos los que se extrav¨ªan en el desierto junto con su nana mexicana. Ellos viven lo que cientos de mexicanos sufren al intentar cruzar: deshidrataci¨®n, cansancio, miedo y una posible muerte.
La historia que protagonizan Brad Pitt y Cate Blanchett es producto de la primera. Desde esos remotos 12 a?os imagin¨¦ qui¨¦n podr¨ªa ir en esos autos fantasmales que recorr¨ªan las brechas. ?A qui¨¦n le partir¨ªa los huesos y le desgarrar¨ªa los m¨²sculos la bala disparada al azar por unos muchachitos? Todo accidente pone en ¨ªntima relaci¨®n a absolutos desconocidos. Personas que segundos antes no sab¨ªan de la existencia del otro, de pronto se ven vinculadas para el resto de sus vidas.
Decid¨ª que estos personajes fueran americanos. Al hacerlo el brutal choque de culturas de nuestros tiempos queda m¨¢s al descubierto. Una bala disparada al azar pone a girar el mundo de estos personajes en una direcci¨®n inesperada. La vida se traduce en una concatenaci¨®n de sucesos que nos trastocan. Y los alcances de estos eventos concatenados igual adquieren una direcci¨®n inesperada. El inconsciente acto de unos adolescentes marroqu¨ªes termina por provocar una paranoia internacional.
As¨ª, el gen de esta pel¨ªcula no inicia con la bala, sino con el rifle que un cazador japon¨¦s regala a su gu¨ªa marroqu¨ª. Sin ese simple hecho las vidas de estos personajes hubieran sido otras. Sin rifle no hubiera habido disparo, ni mujer herida, ni pastorcitos de cabras perseguidos hasta la muerte, ni boda que termina con dos ni?os y una mujer deambulando aterrorizados en el desierto. Y es la hija sordomuda de este cazador quien termina benefici¨¢ndose de esta cadena irrefrenable de sucesos: un polic¨ªa que apenas conoce termina por brindarle la ternura que tanto busca en sus frustrados encuentros sexuales.
Quise que Babel fuera una reflexi¨®n sobre los hechos que cambian, en definitiva, la existencia de una persona. Las 24 horas que hacen que lo que alguien era ya nunca m¨¢s vuelva a ser lo mismo. Y al mismo tiempo, quise que fuera tambi¨¦n un pretexto para hablar de la incomunicaci¨®n, de la escasa voluntad que hoy en d¨ªa tenemos los seres humanos para dialogar unos con los otros, de las atropelladas conclusiones a las que llegamos cuando quien tenemos frente a nosotros nos es distinto. Quise hablar de padres e hijos, de la fr¨¢gil y tensa l¨ªnea que los une. En cada una de estas cuatro historias padres e hijos se confrontan, se temen, se quieren: se encuentran. Padres e hijos, torpes, casi a ciegas a veces, terminan por descubrir el valor de hallarse, de entenderse: de amarse.
He querido que la obra que he escrito haga un homenaje a las hondas contradicciones de la naturaleza humana. Espero haberlo logrado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.