Hijos de la verg¨¹enza
Los supervivientes de Lebensborn, experimento nazi para crear una raza aria superior, se han organizado para enfrentarse a su pasado
Preguntado en 1976 sobre el erotismo de Los 120 d¨ªas de Sodoma y El portero de noche, pel¨ªculas italianas ambientadas en el nacionalsocialismo, el fil¨®sofo franc¨¦s Michel Foucault las descalific¨® defini¨¦ndolas como un producto de "la fantas¨ªa com¨²n de una enfermera y un criador de pollos". El granjero era Heinrich Himmler, diplomado en agricultura, esposo de una enfermera y principal arquitecto del Holocausto.
La man¨ªa nazi ten¨ªa m¨¦todo. Sus jerarcas, con Adolf Hitler a la cabeza, abanderaron una filosof¨ªa sencilla que dio con el nervio de la sociedad alemana y cuyo eje era la pertenencia a la naci¨®n germ¨¢nica. Tras ganar las elecciones en 1933, lograron poner todas las instituciones del Estado al servicio de su doctrina, adoptada con entusiasmo por la mayor¨ªa de los alemanes al calor del reba?o ario que discriminaba por ley a las razas inferiores. Los enfermos, los minusv¨¢lidos, los gitanos y, sobre todo, los jud¨ªos fueron declarados "enemigos ancestrales". Entre 1933 y 1945, Alemania dedic¨® un esfuerzo log¨ªstico descomunal a su asesinato sistem¨¢tico. Desde la jefatura de la paramilitar Unidad de Protecci¨®n (SS), Himmler impuls¨® adem¨¢s la asociaci¨®n Lebensborn (Fuente de Vida), el env¨¦s de la pol¨ªtica eugen¨¦sica que llev¨® a la c¨¢mara de gas a millones de personas.
Nacieron entre 8.000 y 20.000 ni?os en cl¨ªnicas de Alemania, B¨¦lgica, Francia y Noruega
La SS recomendaba a sus hombres concebir hijos con mujeres "de buena sangre"
Naci¨® en 1935 como asociaci¨®n dependiente de la SS para fomentar la "raza aria". Su cometido fue la erradicaci¨®n del aborto mediante la disposici¨®n de maternidades en las que aquellas mujeres solteras que superaran estrictos controles "raciales" pudieran dar a luz en secreto a ni?os concebidos con hombres que cumplieran los mismos requisitos. Pasaban ¨¦stos por la demostraci¨®n de una ascendencia aria y por la superaci¨®n de un examen m¨¦dico que certificara buena salud y rasgos que cumplieran la est¨¦tica del hitlerismo.
Lebensborn abri¨® alrededor de 15 cl¨ªnicas en Alemania, B¨¦lgica, Francia y Noruega, en las que nacieron entre 8.000 y 20.000 ni?os con esta denominaci¨®n de origen. Cinco orfanatos cobijaban a los ni?os abandonados y a aquellos con aspecto ario que las tropas alemanas secuestraban en los pa¨ªses vencidos durante el principio de la guerra. Ni?os de sangre inmaculada, destinados a participar en la futura Alemania triunfante que dominar¨ªa el mundo.
El tribunal de N¨²remberg, encargado de juzgar a los gerifaltes nazis tras la rendici¨®n alemana en 1945, encontr¨® inocentes a los responsables del proyecto y consider¨® que Lebensborn fue "una instituci¨®n caritativa" de la SS. El historiador Georg Lilienthal cree que fue un error. "Los jueces creyeron a la defensa y tomaron la decisi¨®n equivocada". No tuvieron en cuenta los secuestros, ni la patente colaboraci¨®n de Lebensborn con otros cr¨ªmenes de la SS.
La doctrina nazi postulaba que un matrimonio saludable deb¨ªa tener al menos cuatro hijos. La SS no se conformaba con esto y recomendaba a sus hombres concebir hijos con mujeres "de buena sangre" fuera del matrimonio; cuantos m¨¢s, mejor. Muchos de los ni?os de Lebensborn proced¨ªan de estas relaciones. Las mujeres solteras que daban a luz en sus maternidades eran animadas a volver, los padres pagaban cuotas para el mantenimiento de los ni?os. Buena parte de los miembros de la SS lo eran de la asociaci¨®n.
A las leyendas que circulan sobre Lebensborn se suma, en muchos de los nacidos en el programa, la sospecha de descender de criminales implicados en el exterminio nazi. El sentimiento de culpa es una constante entre ellos.
En 2005 se agruparon en la asociaci¨®n Lebensspuren (Huellas de Vida), presidida por Gisela Heidenreich. Esta psic¨®loga, que escribi¨® la autobiograf¨ªa El a?o infinito, expone las etapas de su experiencia con toda la viveza que le permite el tel¨¦fono: "Las historias de los ni?os de Lebensborn se parecen entre s¨ª. Mi madre me minti¨® siempre porque ¨¦ramos hijos de la verg¨¹enza". Esta soledad le llev¨® a Heidenreich a buscar a otras personas con el mismo pasado. A instancias de Georg Lilienthal, varios ni?os de Lebensborn se reunieron en 2002, "en un antiguo psiqui¨¢trico donde los nazis gasearon a 14.000 enfermos", recuerda Heidenreich; "all¨ª est¨¢bamos los elegidos para ser ¨¦lite, en el lugar donde se asesinaba a los rechazados".
De aquel intercambio naci¨® la idea de organizarse. En 2005 surgi¨® Huellas de Vida como grupo de apoyo mutuo. En noviembre salieron a la luz con metas impl¨ªcitas en el nombre de la asociaci¨®n. Por un lado "se refiere a la de sus miembros, que buscan las huellas de su propia vida" y a la vez alude a "las huellas que queremos dejar en el futuro", dice la directora. Los ni?os de Lebensborn asumen de este modo un compromiso ¨¦tico para que "nunca se repita lo que sucedi¨® entonces", a?ade.
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