"Soy el ¨²ltimo ni?o que apadrin¨® Himmler"
Junto al portero autom¨¢tico del edificio berlin¨¦s donde vive Guntram Weber, nacido en 1943, no aparece su nombre. El anfitri¨®n espera en el rellano, junto a la entrada de la vivienda, ofrece t¨¦ o caf¨¦ y se sienta en un sal¨®n de techos altos para acometer la entrevista. En ocasiones, su voz se endurece para reforzar las palabras. Cuando cuenta c¨®mo descubri¨® que es ahijado de Heinrich Himmler.
Pregunta. ?Qui¨¦n era su madre?
Respuesta. Empiezo a conocerla ahora que lleva 20 a?os muerta. En vida s¨®lo cont¨® mentiras.
P. ?C¨®mo la descubrieron?
R. Cuando mi hermana necesit¨® un certificado de nacimiento para casarse, supimos que era la hija ileg¨ªtima de un ingeniero del Ej¨¦rcito. Creemos que fue una historia corriente de amor que termin¨® en embarazo indeseado. Cuando mi madre acudi¨® a Lebensborn para dar a luz a mi hermana sin que sus padres se enteraran, los responsables de la maternidad reconocieron en ella a una nacionalsocialista convencida y la reclutaron.
Mi madre me dijo antes de morir: "Probablemente alg¨²n d¨ªa me odiar¨¢s"
"Soy el ni?o L343-34. Una carta anexa explica que el padre me reconoci¨®"
P. ?En qu¨¦ consist¨ªa?
R. Mi hermana conserva informes de la ¨¦poca sobre la buena disposici¨®n de mi madre para acatar las ideas del r¨¦gimen. Estoy convencido de que ella cre¨ªa en la necesidad de tener hijos para el Reich alem¨¢n.
P. ?C¨®mo supo de su pasado?
R. Cuando me enter¨¦ del caso de mi hermana asum¨ª que yo tambi¨¦n proced¨ªa de Lebensborn. Record¨¦ que mi madre ten¨ªa una caja que siempre cerraba con llave. La abr¨ª por curiosidad y encontr¨¦ una tacita de plata con dos inscripciones. En un lado estaba escrito: "Para Guntram Heinrich". Siempre me hab¨ªa llamado Guntram. En el otro lado: "De su padrino H. Himmler". As¨ª descubr¨ª que mi segundo nombre es el de Himmler.
P. ?Se lo dijo a su madre?
R. No. A?os despu¨¦s, antes de volver a EE UU, donde resid¨ª desde 1968, le pregunt¨¦ por mi padre. Ella estaba enferma de c¨¢ncer. Me dijo que no quer¨ªa hablar pero prometi¨® que lo escribir¨ªa. Nunca lo hizo. Cuando volv¨ª a Alemania con mi hijo en 1985, mi madre hab¨ªa muerto. La ¨²ltima frase que me dirigi¨® fue: "Probablemente, alg¨²n d¨ªa me odiar¨¢s". Pens¨¦ que nunca sabr¨ªa nada de mi padre. Se llev¨® su secreto a la tumba.
P. ?Qu¨¦ le movi¨® a investigar?
R. Mi compa?era me anim¨® a enfrentarme con el pasado. Buscamos la lista de los ahijados de Himmler. Dimos con ella y descubrimos que los ahijados se divid¨ªan en los que recib¨ªan regalos regularmente y los que no. De esos ahijados de primera clase hubo 51. Yo soy el ¨²ltimo que apadrin¨®.
P. ?C¨®mo continu¨®?
R. Hace tres a?os y medio asist¨ª a una reuni¨®n de antiguos ni?os de Lebensborn. Al escuchar sus relatos me di cuenta de que su historia era la m¨ªa. Me aconsejaron seguir ciertas v¨ªas y as¨ª encontr¨¦ un expediente archivado en Baviera, una copia sacada en la antigua central de la asociaci¨®n. Certifica que mi tutor legal era Lebensborn. Soy el ni?o L 343-34. Una carta anexa explica que el padre me reconoci¨®.
P. ?Dec¨ªa su nombre?
R. No. S¨®lo que ¨¦l pagaba con regularidad las cuotas que la asociaci¨®n impon¨ªa a sus miembros. Fui ahijado de Himmler, recib¨ª regalos como esta tacita o este candelabro, que mi madre encend¨ªa para m¨ª en cada cumplea?os [en su base est¨¢ grabada la doble runa de la SS]. Es evidente que mi padre perteneci¨® la oficialidad de la SS.
P. ?Ha visto alg¨²n documento?
R. No pierdo la esperanza. La SS destruy¨® muchos expedientes, pero estoy siguiendo pistas bien fundadas que conducen a Argentina. Sospecho que mi padre fue un alto oficial de la SS que escap¨® a Suram¨¦rica. Un criminal de guerra que vivi¨® pl¨¢cidamente hasta su muerte.
P. ?Qu¨¦ consecuencias ha tenido para usted esta b¨²squeda?
R. El amor por mi madre se resquebraj¨®. Ahora siento rabia, aunque debo decir que se esforz¨® en darnos una infancia feliz. Nos inculc¨® valores, como que la mentira es mala... El mayor conocimiento consuela a veces, pero tambi¨¦n duele. Otro ejemplo: mi nombre es poco com¨²n. Nadie se llama Guntram, me encanta. Un d¨ªa le pregunt¨¦ a mi madre de d¨®nde lo hab¨ªa sacado. Con una sonrisa, dijo que de un buen amigo. Mucho m¨¢s tarde le¨ª que el primer director de Lebensborn se llamaba Guntram. Fue oficial de la SS en el lugar m¨¢s famoso de Alemania,
[el campo de exterminio de] Auschwitz. Ya sabemos lo que hac¨ªan all¨ª.
P. La prensa sensacionalista e incluso la televisi¨®n p¨²blica de Alemania hablaron hace unos meses de que los alemanes se extinguen porque tienen pocos hijos. ?Qu¨¦ le parece este tipo de debates?
R. Que se extingan los alemanes. Me da lo mismo. Mis valores son los contrarios. Me gusta vivir entre gente diversa.
![Guntram Weber en su casa de Berl¨ªn.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SWDBLQDC3J65I64SJ2R5NXEKIM.jpg?auth=940a2165d75a9ba29c066546289cfe9c3d42235cc7f6f977ba66940ee22e100c&width=414)
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