Preguntas que pueden marcar el siglo
Seg¨²n pasan los primeros a?os del siglo XXI, va quedando m¨¢s claro el pu?ado de decisiones que puede marcar y diferenciar este siglo del anterior. Una de esas primeras decisiones supone responder a la pregunta: ?Aceptar¨¢ Estados Unidos, la mayor, y de momento, ¨²nica, potencia del mundo, someterse a las reglas internacionales que ayud¨® a crear en los a?os cuarenta, y a la din¨¢mica que esas reglas han provocado? ?Se regir¨¢ la pol¨ªtica por un entramado de tratados que garantice la existencia de un orden internacional?
La respuesta a estas preguntas marcar¨¢ probablemente nuestra vida, tambi¨¦n en Espa?a y en Europa, mucho m¨¢s de lo que ahora pensamos. La mayor¨ªa de nosotros no nos damos cuenta del impacto que tiene en el discurrir cotidiano el entramado de reglas internacionales, pero bastar¨ªa revisar el folleto "International Law, 100 ways it shapes our lives" (www.asil.org), para comprender cu¨¢ntas cosas dependen de esos textos legales. En el fondo, es posible que la m¨¢s aut¨¦ntica alianza de civilizaciones fuera, sencillamente, la que se formara con la exigencia de respeto a esos tratados.
Las cosas no parecen, sin embargo, ir precisamente por ah¨ª. La negativa a someterse a lo que ellos llaman una "interpretaci¨®n excesiva" de las leyes internacionales se ha convertido, precisamente, en la primera, y principal, batalla del movimiento neoconservador norteamericano y sus protagonistas no dan, en absoluto, esa batalla por perdida, haya pasado lo que haya pasado en Irak. Bien al contrario, han conseguido introducir ese debate en todos los ¨¢mbitos pol¨ªticos y jur¨ªdicos de su pa¨ªs y pretenden ahora traerlo a Europa. Esa, seg¨²n muchos expertos, ser¨¢ la pelea m¨¢s importante en los pr¨®ximos a?os: saber si la Uni¨®n Europea acepta o no la excepcionalidad de Estados Unidos.
Los neoconsevadores norteamericanos parecen plenamente conscientes de la importancia de esa batalla. De hecho, llama la atenci¨®n la "guerra" medi¨¢tica que han declarado a un libro editado hace ya m¨¢s de un a?o y que, para su desgracia, ha tenido un formidable impacto en el mundo jur¨ªdico anglosaj¨®n: Lawless World (Penguin Books). El autor, Philippe Sands, de 45 a?os, es uno de los profesores y abogados brit¨¢nicos m¨¢s famosos, especializado, precisamente, en tribunales internacionales. Lawless World constituy¨® un alegato jur¨ªdico formidable contra la invasi¨®n de Irak y una cr¨ªtica, muy argumentada, sobre el hecho de que, en estos momentos, Estados Unidos s¨®lo mantenga un compromiso s¨®lido con aquellas leyes globales que permiten extender el libre comercio y la salvaguardia de las inversiones internacionales. En todo lo dem¨¢s, la erosi¨®n ha sido constante.
La posici¨®n de los neoconservadores qued¨® muy clara en la intervenci¨®n que realiz¨® el secretario norteamericano para la Seguridad Interior, Michael Chertoff, el pasado noviembre, ante la Federalist Society, un texto que circula ya por muchos despachos de la Uni¨®n Europea. Chertoff acudi¨® a la Federalist Society para pedirles, expresamente, que trabajen contra Lawless Word y contra "el incremento de un activismo de izquierda, una filosof¨ªa elitista de la ley, que est¨¢ floreciendo, no en Estados Unidos, pero s¨ª en tribunales extranjeros y en organismos y tribunales internacionales".
La Federalist Society, fundada en 1982, es uno de los organismos m¨¢s importantes para la extensi¨®n del pensamiento neocon en Estados Unidos porque ha logrado introducirse, con mucho ¨¦xito, en el mundo del Derecho, tanto acad¨¦mico como judicial. Funciona en casi todas las Facultades de leyes del pa¨ªs y concede becas de hasta 50.000 d¨®lares a estudiantes destacados. De ella han salido muchos cargos de la Administraci¨®n Bush. Y a ellos ha pedido ayuda Chertoff, irritado por las primeras objeciones que puso la UE a la hora de dar decenas de datos de los pasajeros de compa?¨ªas a¨¦reas. "Afortunadamente, el tema se resolvi¨® de acuerdo con nuestras preocupaciones", asegura Chertoff, pero advierte de que se pueden plantear m¨¢s divergencias, si el mundo del Derecho europeo sigue empe?ado en que las leyes internacionales constri?an tambi¨¦n a EE UU. Les requiere para que "lleven a los salones legal-filos¨®ficos de Europa los mismos argumentos intelectuales que llevaron a los americanos".
Estamos advertidos: lean r¨¢pido Lawless World. solg@elpais.es
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