Un aniversario sin nostalgia
Siniestro Total celebra sus 25 a?os con un concierto el mismo d¨ªa y en la misma sala donde se present¨® ante el p¨²blico vigu¨¦s
"S¨®lo echo de menos el retrato de Clint Eastwood que hab¨ªa en esa pared, porque hoy todo es mucho mejor". Con esta frase marc¨® Juli¨¢n Hern¨¢ndez su declaraci¨®n de intenciones en el concierto que conmemor¨® los 25 a?os de la primera actuaci¨®n de Siniestro Total, y que discurri¨® con pocas concesiones a la nostalgia. El retrato de Clint Eastwood ya no estaba en la pared, pero s¨ª el de San Juan Bosco, patr¨®n de los Salesianos, cuya historia est¨¢ ¨ªntimamente ligada a la de Siniestro Total. En los Salesianos tocaron por vez primera el 27 de diciembre de 1981, y al mismo lugar volvieron para celebrar sus 25 a?os. "Aquella fue la primera vez que toc¨¢bamos con buen material de sonido, con amplificaci¨®n, fuera de los bares", rememora Juli¨¢n Hern¨¢ndez, el ¨²nico miembro de la formaci¨®n actual que toc¨® en los Salesianos en 1981. Hern¨¢ndez, ahora voz solista y guitarra, recuerda que en aquel concierto tocaba la bater¨ªa: "Tocaba bastante mal, pero por lo menos llevaba el tempo".
"Tocaba bastante mal, pero por lo menos llevaba el tempo", recuerda J. Hern¨¢ndez
En el concierto de celebraci¨®n,te¨®ricamente hab¨ªa que estar sentados en las butacas y no se pod¨ªa fumar, pero en cuanto salieron al escenario y empez¨® a sonar Cuanta puta y yo que viejo, las 600 personas que abarrotaban la sala se entregaron al grupo, sobre todo unas entusiastas primeras filas donde se mezclaban veintea?eros con seguidores algo m¨¢s talluditos, a los que delataban las canas y unos cuantos kilos m¨¢s que hace 25 a?os.
"La mitad del aforo son invitados, porque quisimos plantearlo como un encuentro con viejos amigos", explicaba Xos¨¦ Manuel Blanco, representanmte de Siniestro desde hace 17 a?os, y considerado en el grupo como el sexto miembro en la sombra. En la entrada, el cartel de "entradas agotadas" colgaba desde tres horas antes del concierto, y decenas de personas se agrupaban buscando una.
Entre los "viejos amigos" estaban el poeta Manuel Rom¨®n, que tiraba octavillas en el mismo lugar hace un cuarto de siglo, m¨²sicos de bandas como Golpes Bajos, Semen Up o La Marabunta, actores como Luis Tosar o Antonio Dur¨¢n Morris y tambi¨¦n Ant¨®n Reixa, que en ese mismo escenario present¨® a Siniestro Total por primera vez. "No recuerdo mucho como era todo aquello, s¨®lo que se trataba de un festival llamado Nadal Rock, que organiz¨¢bamos Bibiano Mor¨®n y yo", comentaba Reixa, quien adem¨¢s prest¨® a Siniestro una bater¨ªa y cedi¨® el primer local de ensayo, que era un almac¨¦n de bebidas regentado por su padre, y que provoc¨® alg¨²n que otro exceso et¨ªlico entre los miembros del grupo.
Sentado en la ¨²ltimas filas de la sala estaba tambi¨¦n Bibiano Mor¨®n, hoy promotor de grandes conciertos. "Unos d¨ªas antes de que se celebrase el Nadal Rock tuvimos una gran discusi¨®n y llegamos a borrarlos del cartel" recuerda Bibiano. "Se agarraron un gran rebote, pero al final vinieron a pedirme perd¨®n y actuaron", a?ade Bibiano, uno de los personajes m¨¢s carism¨¢ticos de los a?os de la movida, que curiosamente ayer mismo, volvi¨® a organizar un concierto de Siniestro Total tras el partido de la Selecci¨®n Galega de F¨²tbol.
Para el concierto de celebraci¨®n el grupo despleg¨® en el escenario varios de los objetos que han utilizado en sus diferentes recitales a lo largo de los a?os de vida del grupo. Desde unas alas usadas en el espect¨¢culo de El gran show de la medicina, hasta dos mu?ecos en cada lado del escenario, en los que alg¨²n fan perspicaz quiso percibir una met¨¢fora de dos de los grandes ausentes de la noche: el primer cantante Germ¨¢n Coppini y Miguel Costas, durante a?os inseparable compa?ero de viaje de Juli¨¢n Hern¨¢ndez, y que abandon¨® el grupo en 1994.
Muchos de los objetos que estaban en el escenario se amontonaron durante a?os en el n¨²mero 9 de la calle Talud, un hist¨®rico local de ensayos, casi un santuario de la movida, que Siniestro Total compart¨ªa con Os Resentidos y con el grupo de teatro Artello.
Con una cuidada iluminaci¨®n el grupo fue desgranando su repertorio en el que no faltaron muchos de sus grandes ¨¦xitos coreados por los fans, como Mi?a terra galega, Diga que le debo, Ay, Dolores, Al¨¦grame el d¨ªa o Ayatollah, pero en el que se echaron en falta algunos de los temas que el grupo toc¨® en su primera actuaci¨®n, como Las tetas de mi novia o Matar jipis en las C¨ªes, con unas letras frescas y mordaces que todav¨ªa hoy non han perdido el mismo punto provocador de hace 25 a?os.
"Probablemente ahora no escribir¨ªa algunas de aquellas canciones tan provocadoras" afirma Hern¨¢ndez, al tiempo que ironiza: "Hemos dicho barbaridades muy gordas de una forma bastante correcta, lo que pasa es que depende mucho de c¨®mo digas las barbaridades".
El concierto tocaba a su fin porque los Salesianos cierran a las doce de la noche, y todav¨ªa esperaba una fiesta posconcierto en la sala La Iguana.
"Gracias a Dios y gracias a San Juan Bosco", proclam¨® en el cierre Juli¨¢n Hern¨¢ndez, a la par que empu?aba una enorme bandera de Vigo, y sonaban de fondo los acordes solemnes del himno de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Muchos entre el p¨²blico esperaban todav¨ªa alg¨²n bis sorpresa de alg¨²n viejo conocido. Quiz¨¢s porque algunos fans hab¨ªan visto en las ¨²ltimas filas de la sala, discretamente ubicado, a Miguel Costas. Pero ya lo hab¨ªa anunciado Hern¨¢ndez: "Ning¨²n ejercicio de nostalgia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.