Juegos tradicionales contra ordenadores
Cuarenta testimonios explican en un DVD c¨®mo se divert¨ªan en Arb¨²cies entre 1900 y 1940
En un mundo dominado por la tecnolog¨ªa, comprobar que existen otras alternativas para la diversi¨®n que los ordenadores, los videoconsolas y las play station resulta reconfortante. En el DVD El juego tradicional en Arb¨²cies, N¨²ria Tort hace una recopilaci¨®n de m¨¢s de 340 juegos que constituyeron el principal modo de diversi¨®n de 40 testigos que nacieron entre 1902 y 1940 en Arb¨²cies y sus alrededores.
El ambicioso proyecto rebasa realmente los l¨ªmites geogr¨¢ficos y es trasladable a cualquier otra sociedad. La mayor parte de los juegos que son explicados por los abuelos que los practicaron de ni?os -con sus mismas voces, cantando a veces y ofreciendo un v¨ªdeo ilustrativo-, son los mismos que se jugaron y se siguen practicando no s¨®lo en Catalu?a, sino en cualquier parte del mundo. "El juego es patrimonio de la humanidad", asegura Oriol Ripoll, experto internacional en estos asuntos. "Muchos juegos que se explican en el DVD los he visto y me los han explicado en los cinco continentes. El juego en que un ni?o usa un cordel y lo entrecruza con las manos, lo practican los esquimales para explicar cuentos. En Nepal, el B¨¨lit -hay que levantar con un palo una peque?a madera del suelo y pegarle luego cuando est¨¢ en vuelo- se llama Danaibio. Y en todo el mundo se juega al escondite". El estudio resulta adem¨¢s una lecci¨®n hist¨®rica sobre la evoluci¨®n de la sociedad rural catalana. La mayor parte de los testigos nacieron en casas de labranza, hasta que las exigencias sociales de la industrializaci¨®n les fueron desplazando hasta los pueblos y las ciudades. Sus juegos cambiaron. "En las mas¨ªas jugaban ni?os y ni?as sin diferenciaci¨®n. Pero en los pueblos hab¨ªa juegos de ni?as y otros de ni?os y pocas veces se interrelacionaban", explica N¨²ria Tort, autora del estudio coordinado por el Museo Etnol¨®gico del Montseny. En la mayor¨ªa de juegos se utilizaban elementos b¨¢sicos: cordeles o cuerdas, piedras, maderas, hierros, balones de fabricaci¨®n casera -con trapos viejos y una media- o el propio cuerpo. Pero siempre se consegu¨ªan los objetivos b¨¢sicos: divertirse y comunicarse. "Ahora la gente vive menos en la calle o en el arroyo, la tecnolog¨ªa ha cambiado el juego y la comunicaci¨®n se hace m¨¢s dif¨ªcil", concluye Tort.
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