Tocar y luchar
Venezuela es un pa¨ªs considerado por muchos tercermundista, pero puede jactarse de tener un sistema orquestal del que nosotros los europeos s¨®lo tenemos que aprender. Dicho sistema cuenta con la participaci¨®n de m¨¢s de 250.000 j¨®venes. En Venezuela, la m¨²sica tiene una funci¨®n social muy fuerte que no he observado en ning¨²n otro lugar, en ning¨²n otro pa¨ªs. Todo esto ha sido posible, y sigue si¨¦ndolo, gracias al maestro Jos¨¦ Antonio Abreu, quien, con el apoyo del Estado, ha dado vida a un sistema musical que salva a los j¨®venes de la calle, de la criminalidad, de la droga y les ofrece la oportunidad -gratuita- de adquirir una cultura, lo que, en ¨²ltima instancia, significa hacerse una vida.
La formaci¨®n parte de los niveles m¨¢s bajos, hay escuelas de m¨²sica diseminadas por todo el pa¨ªs, escuelas de cualquier tipo, escuelas tambi¨¦n para minusv¨¢lidos (tuve la oportunidad de ver un concierto incre¨ªble de "los manos blancas", un grupo de ni?os sordomudos que crean coreograf¨ªas hermos¨ªsimas con las manos, al son de la m¨²sica que canta un coro. Fue conmovedor), escuelas de luther¨ªa que ense?an un oficio a los muchachos rescatados de la pobreza de los barrios de una ciudad como Caracas.
Durante mi permanencia en Caracas, habl¨¦ con muchachos y muchachas, una gran parte de los cuales vive en los barrios perif¨¦ricos de Caracas y me contaron que, gracias a la m¨²sica, ellos est¨¢n ahora en capacidad de vivir en condiciones sociales dignas. Las dos cosas que m¨¢s me impresionaron fueron el entusiasmo y la energ¨ªa que proyectan: dicen que se sienten afortunados. Cabe destacar otros aspectos: el ser solista, el prevalecer sobre los dem¨¢s, son conceptos ajenos a estos muchachos. A ellos les interesa tocar juntos en la orquesta por encima de todo, tienen un bell¨ªsimo enfoque colectivo en relaci¨®n con la m¨²sica. Metaf¨®ricamente se puede describir tal sistema como si se tratara de una pir¨¢mide: en la base est¨¢n las orquestas infantiles, en el medio las juveniles, en la c¨²spide la orquesta profesional Sim¨®n Bol¨ªvar.
Cuando estuve en Venezuela hace seis o siete a?os, asist¨ª a un concierto de la orquesta juvenil Sim¨®n Bol¨ªvar. Despu¨¦s de esa experiencia hice que los invitaran a Berl¨ªn y que los apadrinara la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, de la que yo era entonces director. Ahora, gracias a esa iniciativa, algunos solistas de la Berliner viajan cada a?o a Caracas para ense?ar a los j¨®venes a aplicar el concepto de "hacer m¨²sica juntos", que tanto me gusta. Deseo que se creen cada vez m¨¢s redes de intercambio de ayuda entre pa¨ªses como Venezuela y Europa. El Sistema de Abreu ha recibido este mismo a?o en Roma un premio por la paz de la Unicef, como reconocimiento de su trabajo.
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