La voz de la verdad

Actu¨® Estrella Morente en lugar de su padre, Enrique, que era quien estaba anunciado (una inoportuna enfermedad fue la causa), con los colores de la bandera republicana al fondo del escenario. Empez¨® por ton¨¢s, sobre un colch¨®n de voces, espl¨¦ndido. Ya de entrada, Estrella demostr¨® la verdad de su voz, con la que puede hacer realmente lo que quiere. Una voz potente, de ra¨ªces profundas, con la que juega una y otra vez en diversas tonalidades. La acompa?aron en estas ton¨¢s, con la voz adem¨¢s de las palmas, los tres cantaores, logrando entre todos unos efectos de rara belleza en un cante dificil¨ªsimo por no ir acompa?ado de m¨²sica alguna, s¨®lo el colch¨®n de voces que ellos mismos se hac¨ªan y que result¨® brillante.

Despu¨¦s, ya Estrella sola comenz¨® con su cante. Alegr¨ªas que nos tra¨ªan el recuerdo de la Ni?a de los Peines, a quien Estrella admira seriamente y le tiene dedicado un disco. Siguieron la taranta, grana¨ªnas y un largo etc¨¦tera. Estrella demostr¨® estar capacitada para cualquier empresa concerniente al cante, que ejecuta con un rigor extremo. Ella se adorna, adem¨¢s, algunos de esos cantes con indicios de baile, componiendo unas figuras sumamente adecuadas.

Respeto

Desde que comenz¨® a cantar en p¨²blico, Estrella Morente se ha hecho una profesional de una vez, ya con recursos sobrados para adornarse el cante. Hija de Enrique Morente, en cada actuaci¨®n esta mujer joven y bella demuestra pertenecer a una dinast¨ªa flamenca de la mejor ley, capaz de abordar con ¨¦xito todas las familias del cante. Unas las interpreta mejor que otras, desde luego, pero siempre es v¨¢lido todo lo que hace. Entre lo que est¨¢ el tango, que tuvo tambi¨¦n su sitio en el recital del jueves, con versiones magistrales de Nostalgia y Volver, a las que dio personalidad y empaque.

Estrella Morente tiene respecto al cante un sentimiento de profundo respeto. Nunca lo trivializa, jam¨¢s lo trata sin el respeto que se le debe. En esto se percibe claramente la nobleza de su estirpe, pues aprendi¨® del padre a considerar el cante como lo que es: algo digno de las m¨¢s altas cumbres del arte. As¨ª, aunque cante cosas no demasiado trascendentes, les da un aire que refleja admiraci¨®n y respeto sin condiciones. Los tangos de La estrella, por ejemplo, que sin ser cante de los considerados "grandes", tienen en su voz categor¨ªa de tal.

La organizaci¨®n hab¨ªa otorgado su premio Angelillo -cantaor que naci¨® en el Puente de Vallecas- a Enrique Morente, y lo recogi¨® su hija Estrella en ausencia del padre. As¨ª termin¨® una noche que, si no fue la mejor de la cantaora, tuvo sobrados atractivos para dejar satisfecha a la audiencia.