El euro bate al d¨®lar, pero pierde en casa
La moneda europea arrebata el liderazgo a la norteamericana cinco a?os despu¨¦s de su nacimiento
Los europeos viven una historia de desamor con el euro. Cinco a?os despu¨¦s de su puesta en circulaci¨®n, en enero de 2002, los ciudadanos siguen valorando positivamente la moneda ¨²nica, pero su entusiasmo decrece paulatinamente. Las ventajas conseguidas con la divisa europea -como el control de la inflaci¨®n y su creciente peso en los mercados internacionales- no han logrado desvanecer los recelos iniciales. Los europeos, casi un¨¢nimemente, acusan al euro del crecimiento de los precios. A pesar de ello otros pa¨ªses aspiran a entrar en el club. Ma?ana se incorporar¨¢ Eslovenia como miembro n¨²mero 13 de la eurozona.
El aspecto m¨¢s destacado de su quinto aniversario es, sin embargo, el liderazgo conseguido como moneda refugio que, por primera vez, ha superado al d¨®lar. El valor total de los billetes en circulaci¨®n casi se ha triplicado desde su introducci¨®n, al pasar de los 221.000 millones de euros en enero de 2002 a 595.000 millones en octubre de 2006. Un valor que traducido en d¨®lares era ligeramente inferior a la circulaci¨®n de la divisa estadounidense, que a finales del mismo mes alcanz¨® 759.000 millones de d¨®lares. Pero en diciembre los billetes de euro superaron los 610.000 millones de euros, es decir, un valor superior al equivalente en d¨®lares en circulaci¨®n, que ascendi¨® a 800.000 millones d¨®lares (unos 606.000 millones de euros al cambio), seg¨²n los datos del Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos.
El a?o cierra con unos 610.000 millones de euros en circulaci¨®n, m¨¢s que d¨®lares
Los espa?oles tienen un mayor reconocimiento del creciente peso internacional de la divisa
El crecimiento sostenido de la implantaci¨®n del euro en los mercados internacionales ha ido acompa?ado de una p¨¦rdida relativa del peso del d¨®lar. Una evoluci¨®n que ha pulverizado los malos augurios de destacados economistas estadounidenses que hab¨ªan pronosticado reiteradamente el fracaso o escasa confianza con el euro. El recientemente fallecido premio Nobel de Econom¨ªa, Milton Friedman, escribi¨® en 1992: "Hay una cosa de la que estoy seguro, una moneda ¨²nica, un ecu, que sustituya a las dem¨¢s monedas europeas, no existir¨¢ todav¨ªa a finales del siglo XX", recordaba recientemente Denis Clerc, fundador de Alternatives ?conomiques.
No obstante, el creciente protagonismo del euro no est¨¢ libre de sospechas. La incesante demanda de billetes de 500 euros ha despertado una notable alarma entre las autoridades que temen que pueden ser un f¨¢cil instrumento de pago en las redes del narcotr¨¢fico y el comercio ilegal de armas o simplemente para el refugio del dinero negro. En Espa?a, Hacienda abri¨® una investigaci¨®n hace dos a?os, sobre el uso de estos billetes que ya representan m¨¢s del 60%, del valor de la moneda en circulaci¨®n.
En cualquier caso, el avance del euro est¨¢ fuera de toda duda en los mercados internacionales. Un indicador relevante ha sido la decisi¨®n del Gobierno de Ir¨¢n que ha decretado que todas las transacciones, y especialmente las ventas de petr¨®leo, se efect¨²en en euros en lugar de d¨®lares. Los petrod¨®lares deber¨¢n compartir el campo con los petroeuros, si el ejemplo cunde entre otros productores de crudo.
Para el comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios, Joaqu¨ªn Almunia, no hay dudas sobre los beneficios de la moneda ¨²nica. "El euro nos ha aportado numerosas ventajas", se?ala, "de entrada nos ha ofrecido un nivel de inflaci¨®n y de tipos de inter¨¦s, que para numerosos pa¨ªses no han sido jam¨¢s tan d¨¦biles, durante largo tiempo". "Nos ha permitido", a?ade, "evitar las crisis de tipos de cambio y las especulaciones que a veces sufren las antiguas divisas y como el euro es estable y s¨®lido disminuye el precio de las importaciones, incluidas las compras del petr¨®leo".
A pesar de ello, los ciudadanos de a pie, no ven claras estos beneficios y siguen perdiendo poco a poco su entusiasmo por el euro. As¨ª mientras en septiembre de 2002, el 59% de los europeos consideraban que la adopci¨®n del euro hab¨ªa sido ventajosa, este porcentaje descendi¨® al 48% en el mismo mes de este a?o, seg¨²n la encuesta de Gallup, que elabora el Eurobar¨®metro para la Comisi¨®n Europa. Irlanda (75%) y Finlandia (65%) encabezan la lista de los m¨¢s satisfechos con la moneda europea. Mientras que entre los que consideran m¨¢s desventajosa la adopci¨®n del euro figuran Italia (48%), Grecia, (46%) y Alemania (44%). El aspecto positivo m¨¢s perceptible para muchos ciudadanos (46%), es que la divisa comunitaria abarata y facilita los viajes.
En Espa?a, el entusiasmo tambi¨¦n ha ca¨ªdo desde 61% al 55% durante el ¨²ltimo a?o. Los espa?oles, no obstante, son los que tienen un mayor reconocimiento por el creciente status internacional del euro (84%), seguidos de Luxemburgo y Grecia (83%).
En Alemania existe la falsa de percepci¨®n de que el euro ha generado un aumento de la inflaci¨®n, una enfermedad vista con aut¨¦ntico pavor por el recuerdo al enloquecimiento de los precios en los a?os previos a la llegada de Hitler al poder. Cualquier sustituci¨®n del marco era vista con temor. Pero los datos desmienten los temores. La inflaci¨®n media durante los 5 a?os previos a la adopci¨®n de euro fue del 1,4% y durante los cinco a?os con esta moneda en vigor ha sido del 1,5%.
Eslovenia, el alumno aventajado
Al filo de la medianoche de hoy, el ministro de Econom¨ªa de Eslovenia, Andrej Bajuk, sacar¨¢ los primeros billetes de euro de un cajero en Ljubljana. Ser¨¢ un acto simb¨®lico, porque la sustituci¨®n efectiva del tolar por el euro no se producir¨¢ hasta el 3 de enero, el primer d¨ªa laborable de 2007. Para esta fecha 1.500 distribuidores autom¨¢ticos, probablemente m¨¢s que en B¨¦lgica, suministrar¨¢n euros, aunque inicialmente s¨®lo en billetes de 10 y 20 euros.
El cambio se efectuar¨¢ a raz¨®n de 239,640 tolars por euro. La hasta ahora moneda eslovena, al igual que el d¨®lar, tiene su origen en el thaler, una pieza de plata utilizada durante siglos en Europa.
El peque?o pa¨ªs de la antigua Yugoslavia, (dos millones de habitantes) y el m¨¢s rico, la peque?a Suiza de los Balcanes, de los que se incorporaron en la ¨²ltima ampliaci¨®n de la UE, ha logrado hacer los deberes y ser aceptado en el club. El pasado junio, la Comisi¨®n Europea consider¨® que Eslovenia cumpl¨ªa todos los criterios (inflaci¨®n, situaci¨®n presupuestaria, estabilidad del tipo de cambio y de los tipos de inter¨¦s a largo plazo y garant¨ªa de que su legislaci¨®n es compatible con el Tratado).
Bruselas efectu¨® la evaluaci¨®n espec¨ªfica de Eslovenia y Lituania a petici¨®n expresa de ambos pa¨ªses durante la pasada primavera. Eslovenia pas¨® el examen, pero Lituania no logr¨® cumplir con el criterio de inflaci¨®n por un desv¨ªo ¨ªnfimo de 0,06 puntos.
La Comisi¨®n ha sido bastante implacable en este examen. En este sentido, Almunia ha manifestado que "la adopci¨®n del euro crea las condiciones favorables para la prosperidad econ¨®mica, gracias a la debilidad de la inflaci¨®n y de los tipos de inter¨¦s. Pero ello implica igualmente un compromiso a mantener constantemente las finanzas p¨²blicas sanas y efectuar las reformas a fin de que Eslovenia pueda aprovechar las ventajas ofrecidas por la Uni¨®n Monetaria".
La situaci¨®n de los dem¨¢s pa¨ªses de la ampliaci¨®n, que est¨¢n obligados a adoptar el euro es desigual. El informe de Convergencia publicado este mes revela distintos grados de incumplimiento de Rep¨²blica Checa, Estonia, Chipre, Letonia, Hungr¨ªa, Malta, Polonia, Eslovaquia y Suecia.
Polonia ha insinuado la posibilidad de convocar un refer¨¦ndum, antes las dificultades de alcanzar un consenso en el pa¨ªs. Otros pa¨ªses como Hungr¨ªa, agobiada por sus desequilibrios presupuestarios con un d¨¦ficit p¨²blico del 10% y Estonia, ya han decidido aplazar su adhesi¨®n hasta el 2010.
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