Par¨ªs atribuye a ETA plena capacidad operativa
Las polic¨ªas francesa y espa?ola se movilizan para frenar un nuevo despliegue de la banda armada
Mientras Batasuna gesticulaba a diario ante las c¨¢maras y, muy agraviada, denunciaba, propon¨ªa, exig¨ªa, censuraba y advert¨ªa al Gobierno y a los jueces, ETA reconstru¨ªa a marchas forzadas una organizaci¨®n que hace a?o y medio se encontraba desarbolada, seg¨²n fuentes de la lucha antiterrorista francesa. Mientras el "frente pol¨ªtico" de Josu Ternera jugaba a fondo sus bazas negociadoras, directamente y a trav¨¦s de Batasuna, el "frente militar" de Garikoitz Aspiazu, Txeroki, cumpl¨ªa igualmente con su cometido de regenerarse y rearmarse con vistas a la ruptura del "alto el fuego permanente" declarado el 22 de marzo, siempre seg¨²n esas mismas fuentes.
"Est¨¢n metidos en una din¨¢mica fren¨¦tica de renovaci¨®n organizativa. Han creado comandos de liberados con gente joven no fichada y abandonado aquellas estructuras que sospechaban vigiladas. Estamos convencidos de que poseen plena capacidad operativa y que romper¨¢n cuando se sientan suficientemente blindados ante la acci¨®n policial", sosten¨ªan, hace unas semanas, los expertos antiterroristas franceses.
Los responsables antiterroristas franceses perciben en ETA una actitud desafiante
Los etarras tienen 4 toneladas de clorato s¨®dico y 1.000 kilos de polvo de aluminio
Fuentes policiales indican que el aparato militar se impuso ante lo que consider¨® "acoso judicial"
Expertos policiales piensan que Josu Ternera ha perdido ascendencia y terreno dentro de ETA
Aunque no hayan matado en Francia, los etarras no han estado nunca en tregua en ese pa¨ªs
En noviembre, la banda ya plante¨® la necesidad de transferir al Gobierno la responsabilidad de una posible ruptura
De hecho, pese al mutismo oficial gubernativo, ETA ya hab¨ªa cubierto en septiembre gran parte de su programa de incremento de la presi¨®n por fases que conduc¨ªa forzosamente a la ruptura en el caso de que el Gobierno espa?ol no se aviniera a realizar nuevas concesiones. Tras la declaraci¨®n de que el proceso estaba estancado y el anuncio de que iban a hacer "el ¨²ltimo esfuerzo", lo que quedaba por recorrer en la cronoescalada de chantaje dise?ada por ETA era el aviso de "suspensi¨®n" del "alto el fuego permanente". Y ahora est¨¢ claro que, al menos el "frente militar" de ETA, donde reside el aut¨¦ntico poder operativo de la organizaci¨®n, no ha querido posponer la programada ruptura y mantenerse a la espera de los resultados de una nueva reuni¨®n con el Gobierno espa?ol. Estaban preparados y han optado por no regalar m¨¢s tiempo al Ejecutivo de Madrid.
El descubrimiento en Amorebieta de un zulo habilitado pocos d¨ªas antes, el auge de la kale borroka, los dos ataques a viviendas de ertzainas, las renovadas exigencias planteadas y el tono mismo de las declaraciones ya hab¨ªan demostrado en las ¨²ltimas semanas que ETA y Batasuna hab¨ªa pasado a situarse en el plano ofensivo. "La negociaci¨®n y el proceso democr¨¢tico no comienzan con la suspensi¨®n de acciones por parte de ETA. Y tampoco se acaba si ese alto el fuego queda en suspenso. Porque el proceso es mucho m¨¢s que eso", indicaba la organizaci¨®n terrorista en su ¨²ltimo zutabe (bolet¨ªn interno) de noviembre ¨²ltimo.
Conviene aclarar que cuando ETA habla de proceso est¨¢ hablando de conseguir la autodeterminaci¨®n y la territorialidad (Navarra, adem¨¢s de una f¨®rmula que integre simb¨®licamente al Pa¨ªs Vasco franc¨¦s) y, por supuesto, la excarcelaci¨®n de sus presos, la "amnist¨ªa" que han vuelto a sacar del ba¨²l de los recuerdos reivindicativo. Cabe suponer que la organizaci¨®n terrorista pretende ahora instalarse en un juego alternativo de atentados, chantajes y exigencias, acentuar o aflojar la presi¨®n en funci¨®n de la disposici¨®n del Gobierno, asentarse a la vez como interlocutor negociador y pu?o armado.
De lo que no cabe dudar es que a lo largo de este a?o, ETA se ha aprovisionado en Francia de todo lo necesario para volver a actuar. Tiene en su poder placas de matr¨ªculas y troqueladoras; cuenta con papel y pel¨ªculas pl¨¢stico que le permiten falsificar documentos de identidad, permisos de conducir y pasaportes; dispone de m¨¢s de 1.000 kilos de polvo de aluminio y de las cuatro toneladas de clorato s¨®dico robadas en Rouen y Saint Benoit para fabricar explosivos, adem¨¢s de las 340 armas cortas, los cuatro rifles de mira telesc¨®pica y la munici¨®n obtenidos en el asalto a la armer¨ªa de Vaubert en octubre ¨²ltimo. "Todo esto no es para mantener engrasada a una organizaci¨®n en reposo, es para lanzar una ofensiva militar, para romper la tregua", advert¨ªan semanas atr¨¢s fuentes policiales francesas.
De acuerdo con sus datos, ETA mantiene actualmente en activo en suelo franc¨¦s entre 150 y 200 activistas, buena parte de los cuales estar¨ªan dedicados a labores de log¨ªstica. La cifra es muy inferior a la de los 516 etarras clandestinos que el responsable de la Subdirecci¨®n Antiterrorista de la Polic¨ªa Judicial (SDAT), Fr¨¦deric Veaux, facilit¨®, a preguntas del fiscal y bajo juramento, en el transcurso del juicio contra miembros del aparato log¨ªstico de ETA el pasado 20 de noviembre en Par¨ªs. "El n¨²mero que el comisario Veaux aport¨® al tribunal comprende a todas y cada una de las personas, actualmente en paradero desconocido, que de una u otra manera han colaborado en las actividades de ETA. El grado de implicaci¨®n de los individuos que figuran en ese listado exhaustivo var¨ªa enormemente porque en ella hay gente que prest¨® una vez su coche a un activista pero a la que no cabe considerar forzosamente como colaborador permanente. No significa, pues, que ese medio millar de personas formen actualmente parte activa de ETA y mucho menos que sean liberados dispuestos a entrar en Espa?a para matar", explica un agente antiterrorista franc¨¦s.
El caso es que, aunque el Gobierno dijera no disponer de datos que avalaran el rearme, la alerta policial estaba lanzada desde hace semanas a uno y otro lado de la frontera. Se trataba de bloquear en lo posible los movimientos de los activistas, de impedir que la reestructuraci¨®n se cerrara sin brecha y dejara a los investigadores policiales a oscuras, sin fuentes, ni terreno sobre el que trabajar, obligados a partir de cero. Era y es una carrera contra el reloj, una carrera para recuperar el tiempo perdido porque, como afirman expertos antiterroristas franceses y espa?oles, nueve meses de tregua traen aparejados una cierta desmovilizaci¨®n policial. "Toda tregua conlleva una cierta relajaci¨®n, no s¨®lo psicol¨®gica sino tambi¨¦n operativa, en la medida en que como no hay atentados, tampoco afloran nuevos datos y pistas que seguir. En la pr¨¢ctica, esta situaci¨®n de tiempo detenido acarrea el desv¨ªo de efectivos a otros frentes prioritarios, como el del terrorismo islamista, pero es que, adem¨¢s, en este caso, los cambios en la direcci¨®n policial francesa trajeron consigo una reducci¨®n notable del n¨²mero de agentes especializados dedicados a la lucha contra ETA, un problema que ahora est¨¢ siendo corregido a toda velocidad".
Vista desde Francia, la tregua no parec¨ªa tal. "No han parado de moverse ni un momento. Siguen robando coches para sus desplazamientos y el traslado de material, se han hecho con explosivos y armas, se est¨¢n enfrentando a los gendarmes en los controles y por si fuera poco han lanzado al Gobierno franc¨¦s una serie de amenazas que son como una declaraci¨®n de guerra". Los responsables antiterroristas franceses perciben en ETA una actitud desafiante. "Para que no quedara duda de que hab¨ªan sido ellos desarmaron y despojaron de sus uniformes a los agentes enca?onados en Fisac en marzo, utilizaron los grilletes de esos gendarmes en el asalto a la armer¨ªa de Vauvert. Cada grillete lleva impreso el nombre del agente al que le fue adjudicado, as¨ª que si los emplearon y abandonaron siete meses despu¨¦s fue para ridiculizar a la polic¨ªa francesa, un gesto de chuler¨ªa". A su juicio, la declaraci¨®n de tregua respondi¨® a la necesidad de ETA de reestructurarse y rearmarse. "El momento era interesante para intentar una negociaci¨®n, pero alguien vendi¨® al Gobierno la idea equivocada de que el cordero que se encontraba en el horno estaba listo para sacarlo. Han sacado el cordero y se ha visto que todav¨ªa est¨¢ crudo. Ahora, el problema es devolverlo al horno", comenta un especialista espa?ol.
Aunque no haya matado en Francia, ETA no ha estado nunca en tregua en ese pa¨ªs, pero es que, adem¨¢s, los responsables antiterroristas franceses no han conocido en ning¨²n momento los fundamentos de la estrategia negociadora espa?ola y tampoco han estado al tanto de los avatares y expectativas de un proceso que, de todas formas, se juzgue como se juzgue, tambi¨¦n ha aportado nueve meses de vacaciones terroristas y situado de nuevo a las bases electorales de Batasuna en la perspectiva psicol¨®gica de que el tiempo de la violencia tiende a acabarse. El miedo a que ese estado de opini¨®n alcance a sus propias filas explica el temor de ETA a aceptar un largo proceso "durmiente" sin resultados tangibles. Sabe por propia experiencia que romper la tregua y devolver a la confrontaci¨®n a la totalidad de Batasuna es mucho m¨¢s dif¨ªcil si el proceso de negociaci¨®n se prolonga y se instala la idea de que estamos en el punto final.
?Hab¨ªa un margen negociador de maniobra despu¨¦s de que ETA-Batasuna situara como requisito previo a la formaci¨®n de las dos mesas: la de la "desmilitarizaci¨®n" y la pol¨ªtica, un preacuerdo que comprometer¨ªa a todas las partes a abordar la autodeterminaci¨®n y la territorialidad? La pol¨ªtica primero y la "desmilitarizaci¨®n" despu¨¦s, ¨¦sa ha sido, al cabo de unos meses, la ¨²nica opci¨®n que ha dejado la organizaci¨®n terrorista.
Las referencias al car¨¢cter instrumental de la tregua y la insistencia en la posibilidad de la ruptura han caracterizado los ¨²ltimos mensajes de ETA: "Los procesos de negociaci¨®n y soluci¨®n ser¨¢n tan largos como llenos de altibajos. Pueden darse altibajos y momentos de ruptura. Si por la otra parte, no hay voluntad o suficiente madurez, puede suceder que el proceso se interrumpa o queda frustrado. (...) La izquierda abertzale debe estar preparada para esta posibilidad y se debe decir claramente a la ciudadan¨ªa que esta posibilidad tambi¨¦n existe. No se puede pensar en escenarios de una sola posibilidad, hay que marginar o apartar los escenarios de ¨²nica posibilidad".
El grado de interiorizaci¨®n de la eventual ruptura le llevaba a ETA ya en noviembre a aleccionar a sus simpatizantes sobre la necesidad de transferir al Gobierno central, al PSE y al PNV la responsabilidad de ese supuesto. "Habr¨¢ que situar la responsabilidad de la continuidad del conflicto en nuestro enemigo. Que la factura pol¨ªtica a pagar por la izquierda abertzale sea la m¨ªnima posible. Esa situaci¨®n debe ser prevista y preparada a lo largo del proceso, no se puede esconder la cabeza como la avestruz ante esta hip¨®tesis", se?alan.
La alusi¨®n al PNV no es ret¨®rica porque, al contrario que en la tregua anterior ligada al acuerdo de Lizarra -ETA siempre se ha jactado de haber conseguido que una parte del PNV saliera independentista-, soberanista del aquel proceso, el partido de Josu Jon Imaz no ha entrado, esta vez, al trapo de los foros pol¨ªticos autodeterministas o "antirrepresivos" con los que ETA-Batasuna trataba ahora de generar la nueva "acumulaci¨®n de fuerzas".
A la luz de sus documentos ¨²ltimos, tampoco cab¨ªa suponerles dispuestos a aceptar la representatividad que otorgan los votos. "Si se crea la Mesa de Partidos, estar¨¢n ah¨ª los partidos pol¨ªticos. Pero la Izquierda Abertzale en esa Mesa, m¨¢s all¨¢ del peso que le corresponde en funci¨®n de la aritm¨¦tica electoral, ser¨¢ la representante de la lucha de liberaci¨®n a favor de los derechos de Euskal Herria, llevar¨¢ consigo esa legitimidad y esa fuerza", afirma ETA. "Cabe la posibilidad de que se abran varios escenarios, no vamos a entrar en detalles", escrib¨ªa, a su vez, la Mesa Nacional de Batasuna, en un escrito interno, fechado el 7 de septiembre, en el que se subrayaba que "las luchas de verdad son las que se ganan fuera de la mesa de negociaci¨®n" y que los acuerdos "son meras f¨®rmulas espec¨ªficas para ejecutar esas victorias".
En el esquema de negociaci¨®n expuesto en el zutabe, ETA se reservaba la doble funci¨®n de "garantizar que se respete lo acordado entre los diferentes agentes de Euskal Herria; en consecuencia garantizar el respeto a la decisi¨®n del Pueblo Vasco", y de "conseguir acuerdos sobre los presos, la desmilitarizaci¨®n y otro tipo de consecuencias del conflicto. Es decir", indica, "el acuerdo sobre las condiciones democr¨¢ticas" (autodeterminaci¨®n y territorialidad).
La tregua ha permitido a Batasuna recuperar la iniciativa y el protagonismo pol¨ªtico, as¨ª como neutralizar la competencia electoral -80.000 votos perdidos en las auton¨®micas de 2001- del plan soberanista de Ibarretxe. Y, por supuesto, la proclamaci¨®n oficial del "proceso de paz", sancionada, incluso, por el Parlamento Europeo -¨¦se es su gran triunfo pol¨ªtico en esta tregua-, hacen que Batasuna y ETA se hayan adornado en este tiempo con la p¨¢tina de legitimidad y dignidad consustancial a todo interlocutor reconocido.
Aunque la ETA civil, los activistas de doble militancia incrustados en las estructuras de la ¨®rbita Batasuna, no ha logrado librarse de su procesamiento a cargo de la Audiencia Nacional, el aumento de la autoestima colectiva ha sido bien patente en ese mundo. Lo que queda por ver es c¨®mo digiere el cuerpo electoral de Batasuna esta nueva frustraci¨®n, c¨®mo asimila la vuelta a las andadas, c¨®mo justifica esta vez con un Gobierno como el de Rodr¨ªguez Zapatero la adicci¨®n a la violencia de quienes les dirigen.
Lo que se ha demostrado, en todo caso, es que no era cierto que se estuviera moviendo la tierra en el planeta ETA-Batasuna, sino s¨®lo que algunos de sus elementos se mov¨ªan y gesticulaban. Y es que conviene no olvidar que los Otegi y compa?¨ªa no son el campanero -"si al Estado le molesta el ruido de las campanas, lo que tiene que hacer es hablar con el campanero", acostumbraba a decir el fallecido dirigente de Herri Batasuna Telesforo Monz¨®n-, sino m¨¢s bien los directores de marketing, los responsables de comunicaci¨®n de la empresa o algo similar, gentes sustituibles, quiz¨¢s, por esos otros perfiles que hab¨ªan empezado a asomarse. Como conviene no ignorar que los personajes que deciden en ¨²ltima instancia c¨®mo deben jugar las dos caras de la misma moneda no son otros que la gente encapuchada.
?Josu Ternera estaba perdiendo ascendencia y terreno dentro de ETA? Es lo que piensan algunos expertos policiales. El mitin de las campas de Aritxulegi (Oiartzun, Guip¨²zcoa), el 23 de septiembre, en el que tres encapuchados dispararon al aire y lanzaron un n¨ªtido mensaje de continuidad terrorista habr¨ªa sido la escenificaci¨®n del cambio de riendas y, en cierta manera, la r¨¦plica del "frente militar" a la rueda de prensa que protagonizaron Josu Ternera, su hijo Igoitz, Ainoa Ozaeta y Jon Salaberria. "Creemos que el aparato militar ha ido imponi¨¦ndose a medida que reforzaba sus estructuras y a la vista de que los procesos judiciales no se deten¨ªan", indican expertos antiterroristas. "Hay que tener en cuenta que Ternera tuvo que convencer a Txeroki de la conveniencia de la tregua y que cuando los j¨®venes llegan al poder no es precisamente para parar".
Sea como fuere, el zutabe ¨²ltimo ya inclu¨ªa una reconvenci¨®n expresa a Batasuna. "Aunque hemos llevado la situaci¨®n pol¨ªtica al punto que quer¨ªamos, algunas de las actitudes que se aprecian en la pr¨¢ctica pol¨ªtica de la izquierda abertzale deben ser motivo de preocupaci¨®n (...) El discurso general de la izquierda abertzale se ha focalizado excesivamente en torno a las referencias a la l¨ªnea de resoluci¨®n del conflicto (...) Son un reflejo de actitudes defensivas, algo que la izquierda abertzale debe superar de manera radical". En la reactivaci¨®n de la kale borroka y en el tono general del discurso de Batasuna ya se hab¨ªa visto que la reprimenda hab¨ªa tenido un efecto fulminante.
M¨¢s all¨¢ de las deserciones personales y el esperado reflujo de las gentes que regresan a ese redil en los momentos de tregua, esperar que se produzca una escisi¨®n de envergadura dentro de Batasuna o de la organizaci¨®n terrorista resulta ilusorio. Y aunque as¨ª fuera, hay que recordar la reacci¨®n interna que se produjo en ese mundo tras el varapalo electoral de 2001. "Nos hemos quedado en 140.000 votos, pero somos los 140.000 jo ta ke (dale que pego)", algo as¨ª como los "pata negra" de esta siniestra y demencial aventura.
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