Seat sigue a la b¨²squeda de su identidad perdida

Desde que hace cinco lustros el grupo Volkswagen incorporara en su ¨®rbita al fabricante checo Skoda, la vida de Seat ha sido un camino de sobresaltos y de b¨²squeda continua de una nueva identidad que justifique la producci¨®n de las instalaciones de Martorell dise?adas para fabricar medio mill¨®n de coches al a?o, la misma cifra que sus compa?eros checos y con plataformas y modelos semejantes.

El a?o pasado termin¨® con un expediente de regulaci¨®n de empleo que afect¨® a 660 trabajadores despedidos y 300 bajas voluntarias tras un duro tira y afloja entre la direcci¨®n y los sindicatos. Durante la primera quincena del a?o, el entonces ministro de Industria y hoy presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, se desplaz¨® a Alemania para comprometer a la direcci¨®n del grupo a mantener la marca (la Administraci¨®n auton¨®mica ha concedido muchos millones a la empresa).

Pero desde entonces, se han sucedido una serie de mensajes contradictorios que entre otras cosas indican la escasa claridad en la direcci¨®n alemana (en a?o y medio se han sucedido tres responsables comerciales) como si no supieran qu¨¦ hacer con la marca espa?ola tras el fracaso de convertirla en una firma deportiva al estilo de Alfa Romeo en el Grupo Fiat.

Durante el primer trimestre de 2007 se tomar¨¢ la decisi¨®n definitiva y parece que, hasta entonces, el ajuste de los costes dentro del grupo seguir¨¢ como uno de los principales activos de Seat.