La nueva arma contra el aborto se llama ecograf¨ªa
Antiabortistas de EE UU instalan cl¨ªnicas 'trampa' junto a centros de interrupci¨®n de embarazo para disuadir a sus pacientes
Cuando Lindsey Barry hizo una cita en la cl¨ªnica de Severna Park (Maryland) crey¨® tener hora para que le realizasen las pruebas necesarias para abortar. Barry, 23 a?os, estudiante de la universidad de Virginia, lleg¨® puntual a su compromiso, nerviosa, preocupada, pero decidida. Entr¨® en el centro que anunciaba "pruebas de embarazo gratuitas". Pero la realidad que se encontr¨® fue bien distinta. Cierto que todo fue amabilidad. Cierto que la rutina parec¨ªa la que suele realizarse en cualquier cl¨ªnica ginecol¨®gica antes de proceder a una interrupci¨®n de embarazo: rellenar unos formularios, depositar orina para realizar un an¨¢lisis que determine si hay embarazo o no... Y hasta ah¨ª. Mientras esperaba sus resultados, una mujer pregunt¨® a Barry por sus creencias religiosas. Le habl¨® del alto n¨²mero de infecciones, depresi¨®n, riesgo de c¨¢ncer de mama y hasta de muerte existente entre las mujeres que han practicado abortos.
El 70% de las mujeres que acuden a estos centros camuflados deciden no abortar
El siguiente paso fue el uso del arma m¨¢s poderosa que han descubierto los grupos contrarios al aborto: la ecograf¨ªa. Contrariada pero todav¨ªa creyendo que estaba en el lugar adecuado, Barry fue conducida hasta una sala en la que hab¨ªa una camilla y un ec¨®grafo. Si no hubiera sido porque el calendario que preside la sala muestra en cada p¨¢gina una fotograf¨ªa de un beb¨¦ de meses junto a la fotograf¨ªa de cuando era un feto, a Barry se le hubiera realizado una ecograf¨ªa en la que hubiera visto el embri¨®n de cuatro semanas y hubiera escuchado el latido del coraz¨®n. ?se es el objetivo de las cl¨ªnicas como la de Severna. Que las mujeres que buscan interrumpir su embarazo sean convencidas, "salvadas". Los datos hablan por s¨ª solos: hasta el 70% de mujeres que acuden a estos centros camuflados y experimentan una ecograf¨ªa deciden no abortar. La cifra se dispara hasta el 90% cuando la m¨¢quina es m¨¢s sofisticada y ven al no nacido en tres dimensiones.
"Para los ginec¨®logos y los abortistas es una herramienta, para nosotros en un arma", asegura Pamela Palumbo, directora de Pregnancy Clinic en Severna Park. Un arma potente en la que grupos religiosos como la organizaci¨®n evang¨¦lica Focus on the Family y Southern Baptist Convention llevan gastados entre 20.000 y 30.000 d¨®lares por cada m¨¢quina adquirida. Pero algunas cl¨ªnicas, como la de Palumbo, tienen aparatos que llegan a los 50.000 d¨®lares. Focus on the Family tuvo un presupuesto para esta partida el a?o pasado de 4,2 millones de d¨®lares.
La cl¨ªnica de Palumbo es pionera en este g¨¦nero. Primero comenz¨® con una cl¨ªnica en Bowie Crofton, muy cercano al lugar donde residen ahora. Pero tuvieron una oportunidad que considera dorada cuando el due?o de un centro donde se realizaban interrupciones voluntarias del embarazo decidi¨® mudarse. Palumbo reuni¨® el dinero necesario. Sus donantes son mayoritariamente individuos e iglesias cat¨®licas, aunque protestantes y baptistas tambi¨¦n aportan su parte a la causa. "La fe juega un papel fundamental en el trabajo que hacemos aqu¨ª", dice seria Palumbo.
Casi de la noche a la ma?ana, la cl¨ªnica que realizaba abortos fue transformada en "un lugar donde salvar vidas", cuenta la directora de Severna Park. El antiguo cristal antibalas que proteg¨ªa al personal de la cl¨ªnica anterior de sufrir atentados fue retirado (no lo necesitan, los grupos pro vida no reciben ataques); las paredes han sido decoradas con id¨ªlicos cuadros de v¨ªrgenes y ni?os; y el quir¨®fano en el que se realizaban los abortos en las ¨²ltimas semanas de gestaci¨®n reconvertido en un ¨¢rea para rezar, con las paredes plagadas de salmos escritos a mano y una mancha de sangre preservada bajo una alfombra... "Hemos hecho de un lugar impuro donde se perdieron tantas y tantas vidas un lugar para la meditaci¨®n y el encuentro con Dios", declara Palumbo mientras levanta la alfombra y muestra la m¨¢cula.
La cl¨ªnica de Severna Park lleva funcionando a pleno rendimiento desde el pasado mes de marzo. Hasta cinco mujeres cruzan cada semana el umbral de su puerta en busca de un aborto, dice Palumbo. El caso de Barry no es el ¨²nico. La National Abortion Federation ha recibido cientos de llamadas y correos electr¨®nicos de mujeres que declaran haber ido a un centro ginecol¨®gico cuyo nombre induc¨ªa a creer que era una cl¨ªnica de interrupci¨®n de embarazo y han recibido informaci¨®n aterradora, y a veces falsa, sobre los peligros de practicar un aborto.
Lindsey Barry abandon¨® indignada la cl¨ªnica, antes de desnudarse y facilitar que le realizaran una ecograf¨ªa, cuando le mostraron un ¨¢lbum con fotos de fetos que "pr¨¢cticamente sonre¨ªan". Joanna Riebling tuvo su punto de ebullici¨®n al mostrarle un v¨ªdeo en el que decapitaban a un no nacido durante una intervenci¨®n. Vicki Saporta, presidente de National Abortion Federation, cree que estos centros "confunden a mujeres vulnerables al mezclar lo que parece una cl¨ªnica neutral con una agenda religiosa". Las redes antiaborto se defienden y aseguran que toda la informaci¨®n que sus cl¨ªnicas proveen se basa en investigaciones cient¨ªficas. "Somos muy cuidadosos con todo lo que presentamos, todo es 100% basado en hechos", dice en conversaci¨®n telef¨®nica desde Columbus (Ohio) Peggy Hartshorn, presidenta de Heartbeat Internacional. "No buscamos enga?ar o confundir a nadie, s¨®lo informar de las decisiones que las mujeres est¨¢n tomando y de las opciones de las que disponen", puntualiza Hartshorn. Las opciones son, en su opini¨®n, desde la adopci¨®n a quedarse con el beb¨¦. "Las mujeres que deciden dar a luz son felices cuando tienen a su hijo en los brazos". ?Y la recomendaci¨®n para evitar quedar embarazada? B¨¢sicamente una: abstenci¨®n sexual.
Heartbeat International, como el resto de grupos religiosos antiaborto, intensifican su lucha contra las cl¨ªnicas abortistas. Se estima que existen 1.800 cl¨ªnicas donde se realizan abortos en todo Estados Unidos. Focus on the Family informa de que 425 centros disponen de ec¨®grafos de calidad. Seg¨²n Heidi Group, 3.500 centros pueden realizar alg¨²n tipo de ecograf¨ªa. Focus on the Family rebaja el dato a 2.300. Nancy Keena, presidenta del grupo pro elecci¨®n Naral, opina que mientras que los aparatos ecogr¨¢ficos son de uso leg¨ªtimo para tratar a las embarazadas, "no deber¨ªan de ser utilizados para coaccionar o manipular a las mujeres en los a s¨ª mismos llamados Centros de Crisis para Embarazos".
Historias de ¨¦xito para los grupos pro vida existen. Y las publicitan. Junto con las ecograf¨ªas, la propaganda es su mayor baza. Es el caso de Makiba Smith. El pasado mes de junio, Cheryl Smith gast¨® sus ¨²ltimos 600 d¨®lares en llevar a su hija de 16 a?os desde Baltimore a Severna Park para que se le practicase un aborto. Al llegar la recepcionista les dijo que la cl¨ªnica hab¨ªa cambiado de manos pero que si lo deseaban le pod¨ªan realizar una prueba de embarazo y una ecograf¨ªa gratis. La madre y la hija aceptaron. Cuando la adolescente Makiba vio la imagen del feto de 21 semanas, "con brazos, piernas y una cara", cualquier idea de aborto desapareci¨®. "Estaba creciendo dentro de m¨ª", recuerda Smith. Para Cheryl y Makiba Smith, entrar en el lugar adecuado fue el mejor error de sus vidas. "Dios me envi¨® a esa cl¨ªnica". Y Severna Park hizo el resto.
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