El Gobierno descarta prohibir en Espa?a la producci¨®n de bombas de racimo
El Gobierno "no considera conveniente" prohibir la fabricaci¨®n de los dos modelos de bombas de racimo que se producen en Espa?a, seg¨²n sendas respuestas parlamentarias a los diputados Carles Campuzano, de CiU, y Joan Herrera, de Izquierda Unida-ICV, fechadas el pasado 28 de noviembre.
Las bombas de racimo son proyectiles que dispersan una gran cantidad de bombetas, que convierten el ¨¢rea afectada en un campo de minas. Por su tama?o y forma pueden confundirse con piedras y en este momento constituyen el mayor riesgo para los cascos azules y la poblaci¨®n civil en el sur de L¨ªbano, donde Israel arroj¨® m¨¢s de 100.000 al final de la guerra.
Al menos 28 libaneses han muerto por la explosi¨®n de estos artefactos desde el alto el fuego del 14 de agosto. El pasado d¨ªa 29 resultaron afectados, por vez primera, dos miembros de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para L¨ªbano (Finul), de la que forman parte 1.100 soldados espa?oles. En concreto, dos cascos azules belgas sufrieron heridas por la explosi¨®n de bombas de racimo en la localidad de Majdel Selm, seg¨²n fuentes de la ONU.
Este tipo de artefacto es el mayor riesgo para los 'cascos azules' espa?oles en L¨ªbano
En sus respuestas parlamentarias, el Gobierno afirma que "en Espa?a se fabrican actualmente dos modelos de bombas dispensadoras de submuniciones", que "disponen de sistemas de seguridad que inactivan y dejan inerte la munici¨®n al cabo de un corto per¨ªodo de tiempo".
El Gobierno estima que "las municiones de ese tipo fabricadas por Espa?a y de dotaci¨®n en sus Fuerzas Armadas cumplen con los requerimientos t¨¦cnicos de autodestrucci¨®n y autoneutralizaci¨®n" y que "las capacidades militares que proporcionan estas municiones son necesarias para el mantenimiento de la operatividad de las Fuerzas Armadas", por lo que "no se considera conveniente la prohibici¨®n de su fabricaci¨®n".
Seg¨²n un informe de Greenpeace, las Fuerzas Armadas espa?ola disponen de tres bombas de este tipo: la CBU-100B (Rockeye), la antipista BME- 330 y la granada de mortero MAT-120. La primera es importada de EE UU y las dos ¨²ltimas, de fabricaci¨®n espa?ola. Las empresas fabricantes, seg¨²n el mismo informe, ser¨ªan Explosivos Alaveses, Instalaza, SA, Santa B¨¢rbara e Internacional Tecnology, SA.
"Espa?a es uno de los pa¨ªses que poseen y fabrican bombas de racimo. Varias empresas espa?olas las fabrican, aunque la falta de transparencia en el comercio espa?ol de armamento hace imposible saber a qui¨¦nes las vende", sostiene Greenpeace.
En julio pasado, el Ej¨¦rcito de Tierra adquiri¨® 500 granadas MAT-120 de Instalaza, cada una con 21 submuniciones, por 1,4 millones de euros. Adem¨¢s, Defensa admiti¨® en junio de 2005 que las Fuerzas Armadas poseen "un arsenal limitado de bombas que contienen, respectivamente, submuniciones contra carro y antipista".
Durante la conferencia de revisi¨®n de la Convenci¨®n sobre ciertas armas convencionales que pueden considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados, celebrada en Ginebra (Suiza) del 6 al 17 de noviembre, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidi¨® que se tomaran medidas para atajar los efectos de las bombas de racimo sobre la poblaci¨®n civil. "Hechos recientes muestran la atrocidad y los efectos inhumanos de estas armas", dijo Annan, en alusi¨®n a L¨ªbano.
Por su parte, el coordinador de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas, Jan Egeland, pidi¨® que se congele el uso de las bombas de racimo. "Mientras no exista una prohibici¨®n efectiva, esas armas seguir¨¢n afectando de manera desproporcionada a los civiles, mutilando a mujeres, ni?os y otros grupos vulnerables", advirti¨®.
En las respuestas parlamentarias ya citadas, el Gobierno se muestra favorable a establecer "un grupo de trabajo para tratar en profundidad el impacto humanitario de las municiones de racimo", as¨ª como a negociar un tratado "que regule los aspectos humanitarios suscitados por su utilizaci¨®n".
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