La crisis de las hamburguesas
Son ya muchas las opiniones referidas a la crisis de las hamburguesas. Se ha abordado el problema nutritivo que representa la ingesti¨®n de tantas calor¨ªas en una sola comida, se ha debatido el papel de la ministra de Medio Ambiente regulando la publicidad al respecto, y finalmente aparecen ya reflexiones sobre las repercusiones de este modelo de alimentaci¨®n r¨¢pida basado en un exceso en el consumo de carne. Al respecto, el mundo virtual de Internet nos permite conocer a fondo c¨®mo trabajan estas grandes cadenas del bocadillo de hamburguesas. Recomiendo la visita a la web http://www.mcvideogame.com, donde se puede jugar a tener el control de una de estas corporaciones. En unos instantes te conviertes en el ingeniero agr¨®nomo responsable de la producci¨®n agr¨ªcola que proveer¨¢ de alimento a las vacas. Despu¨¦s, te colocas el mono como responsable de la granja para el engorde de las vacas. Con una gorra pasas a la gerencia de una de las sucursales de venta y finalmente, con traje y corbata, participas en las decisiones de mercadotecnia, relaciones p¨²blicas y consejo de administraci¨®n.
"La necesidad de mucha carne y barata significa la desaparici¨®n de las granjas tradicionales"
As¨ª pues, me he puesto manos a la obra y, dada mi profesi¨®n, me he centrado en la parte productiva. Como ciberagricultor que trabaja para una de estas grandes cadenas, he comprendido el reto si quiero ser un ganador: m¨¢xima productividad al menor coste posible. El secreto est¨¢ en deslocalizar la producci¨®n bovina a un pa¨ªs del Tercer Mundo. All¨ª todo son ventajas. Me permite alejar los olores y residuos de los finos olfatos de nuestros consumidores. La adquisici¨®n de tierras para los pastos y cultivos con los que fabricar el pienso es f¨¢cil y econ¨®mica, incluso si tenemos que expulsar a familias campesinas que vivan all¨¢. No importa usar tierras que se est¨¢n dedicando al cultivo de cereales que abastecen a la poblaci¨®n de la zona o talar hect¨¢reas de selva tropical, tan poco productiva. Adem¨¢s, est¨¢ permitida la utilizaci¨®n de soja transg¨¦nica, que facilita mucho los trabajos agr¨ªcolas eliminando mano de obra. Por el momento, la regulaci¨®n no nos obliga a informar a nuestros clientes de que sus hamburguesas se han criado con piensos transg¨¦nicos.
Las cadenas de comida r¨¢pida -adem¨¢s de ser el icono de un modo de vida- ejemplarizan las desigualdades entre unas sociedades ricas y obesas y sociedades pobres al servicio de las primeras. La hamburguerizaci¨®n de la dieta significa en nuestros pa¨ªses el desplazamiento de dietas ricas en vegetales (como la mediterr¨¢nea) por dietas ricas en prote¨ªnas de origen animal, fundamentalmente carne. La necesidad de disponer de mucha carne y barata modifica la forma de producirla y, entonces, este estilo de alimentaci¨®n tambi¨¦n significa la progresiva sustituci¨®n de las granjas tradicionales por las granjas industriales.
En las granjas tradicionales la cr¨ªa de ganado es una actividad compatible y complementaria con la agricultura. El ganado proporciona fuerza motriz para el trabajo agr¨ªcola y esti¨¦rcol para los suelos, y se alimenta de vegetales que no suele consumir el ser humano. En cambio,en las granjas industriales el ganado estabulado se alimenta fundamentalmente de cereales como el ma¨ªz, leguminosas como la soja (procedentes de Argentina, Brasil o Bolivia) y en algunos casos incluso con harinas de pescado (de origen peruano), y se convierte as¨ª en competidor directo de las personas para su alimentaci¨®n. Eso s¨ª, de acuerdo con los ¨²ltimos datos aportados por la FAO en el pasado D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n, de las personas que viven en los pa¨ªses empobrecidos -como los citados-, 850 millones sufren hambre, mientras que a su alrededor la tierra y el mar se dedican al engorde de ganado.
Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios sin Fronteras.
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