Una ilusi¨®n rota
La v¨ªctima enviaba dinero a su madre, que es invidente
Carlos Alonso Palate, de 35 a?os, trabajaba en una f¨¢brica de pl¨¢sticos de Valencia y, ocasionalmente, se dedicaba a la recogida de naranjas de la huerta valenciana. Llevaba cinco a?os en Espa?a. Fue un t¨ªo suyo, que tambi¨¦n vive en Valencia, quien le alent¨® a dejar Ecuador y buscar trabajo en Espa?a. Es miembro de una familia de cuatro hermanos, tres chicos y una chica, en la que la madre es invidente y su ¨²nica hermana tiene un problema de salud. Esa fue una de las razones para venir a Espa?a: buscar trabajo y ayudarles econ¨®micamente. Su familia reside en el pueblo ecuatoriano de Ambato.
El d¨ªa 30 acompa?¨® en coche desde Valencia a Madrid a un amigo que iba a recoger a su esposa al aeropuerto de Barajas. Mientras su compa?ero esperaba dentro del aeropuerto la llegada del vuelo de Ecuador en el que ven¨ªa su mujer -para pasar la Nochevieja-, Palate prefiri¨® esperarles dentro del coche echando una cabezada. Una fuerte explosi¨®n rompi¨® todas sus ilusiones.
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