Fallos de informaci¨®n o interlocuci¨®n

El Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero prepar¨® con tiempo el terreno para abordar el fin del terrorismo etarra en Espa?a a trav¨¦s del di¨¢logo. Adem¨¢s de comprobar por distintas v¨ªas que las intenciones de ETA iban encaminadas a declarar un alto el fuego permanente, impuls¨® una propuesta de resoluci¨®n, que aprob¨® el Congreso, donde se establec¨ªa que sin bombas era posible el di¨¢logo con los terroristas. Eso ocurri¨® en mayo de 2005, cuando los terroristas llevaban dos a?os sin matar. Tuvieron que pasar otros 10 meses -con varios coches bomba que no causaron v¨ªctimas de milagro- hasta que ETA ley¨® el comunicado donde declaraba un alto el fuego permanente.

Ocurri¨® el 22 de marzo del a?o pasado, pero el Gobierno tampoco quiso entonces precipitarse y Zapatero anunci¨® que se abr¨ªa un periodo de verificaci¨®n para confirmar que la tregua era real. Durante tres meses, el presidente recibi¨® informes de la Polic¨ªa y la Guardia Civil en torno a la actividad de ETA sin que saltara ninguna alarma. Hubo dos actos de supuesto terrorismo callejero y algunas cartas de extorsi¨®n que, seg¨²n las primeras investigaciones, fueron enviadas antes del alto el fuego.

Blanco: "La informaci¨®n que ten¨ªa el Gobierno no se correspond¨ªa con la voluntad de ETA"

El Gobierno socialista manten¨ªa que no quer¨ªa incurrir en los errores del Ejecutivo de Aznar, que arbitr¨® medidas a favor de los presos de ETA durante la tregua de 1999 sin que cesara ni el terrorismo callejero ni la extorsi¨®n a empresarios. Por eso, durante los tres primeros meses del alto el fuego no aprob¨® el inicio de conversaciones. El 29 de junio, Zapatero dio por verificado que el alto el fuego era real y anunci¨® que se iniciaba la etapa del di¨¢logo sin poner fecha a las conversaciones.

Despu¨¦s de aquella declaraci¨®n, el Gobierno se olvid¨® de las verificaciones pese a que el terrorismo callejero irrump¨ªa, volv¨ªa la extorsi¨®n a empresarios y ETA daba algunas muestras preocupantes de actividad.

Agosto fue un mes para la preocupaci¨®n por la violencia en las calles. En septiembre, el terrorismo callejero continu¨® en el Pa¨ªs Vasco. Los mensajes del Gobierno insist¨ªan en que con violencia no era posible el di¨¢logo, pero los puentes se manten¨ªan tendidos y se produjeron contactos exploratorios para marcar las reglas del futuro di¨¢logo.

El 23 de septiembre, tres encapuchados de ETA (dos de ellos armados) irrumpieron en un acto de la izquierda abertzale en Oiartzun, dispararon varios tiros al aire y proclamaron sus intenciones a gritos: "La lucha no es el pasado, sino el presente y el futuro. Tenemos la sangre preparada para darla por la patria vasca".

Ese primer avis¨® no preocup¨® en exceso. "Desde la firmeza, los principios y las convicciones democr¨¢ticas, mantengo las expectativas y planes en torno al fin de la violencia", proclam¨® Zapatero en el Congreso.

Lo peor vendr¨ªa despu¨¦s. Mientras en el Parlamento Europeo se debat¨ªa una propuesta a favor del proceso abierto por el Gobierno espa?ol, los terroristas de ETA asaltaban una armer¨ªa en Francia tras secuestrar a familiares del propietario. Robaron 350 pistolas y el Gobierno, que dud¨® en un primer momento sobre la autor¨ªa de ETA, avis¨®: "Es un hecho serio y grave que tendr¨¢ consecuencias para el proceso de paz". Esa declaraci¨®n de Zapatero pod¨ªa inducir a pensar que el Gobierno iba a suspender el di¨¢logo con ETA. Pero las consecuencias no fueron esas, sino la detenci¨®n del aparato log¨ªstico de ETA, con su jefe, Zigor Garro, al frente. Para entonces, el Ejecutivo insist¨ªa en su mensaje de supuesta dureza: "No habr¨¢ gestos hasta que el final de la violencia sea un hecho".

En diciembre, los anuncios de Batasuna cargados de amenazas y pesimismo, los comunicados de ETA poniendo plazo de caducidad a su alto el fuego si no se atend¨ªan sus reivindicaciones y las sensaciones de unos y otros apuntaban a un bloqueo del proceso. El terrorismo callejero irrump¨ªa con la quema de un autob¨²s a plena luz del d¨ªa en el centro de San Sebasti¨¢n.

En ese contexto, el Gobierno acept¨® el primer di¨¢logo formal con la banda terrorista, que se prolong¨® durante dos d¨ªas a mediados de diciembre, y donde se abordaron cuestiones relacionadas con los incumplimientos durante los nueve meses de tregua y sobre el futuro del Pa¨ªs Vasco. No se produjo ni un s¨®lo avance, pero el Gobierno sac¨® la conclusi¨®n de que la continuidad del alto el fuego permanente no peligraba.

Una semana despu¨¦s, la Ertzaintza desmantel¨® un zulo de reciente creaci¨®n donde se escond¨ªa una amenaza cierta: 50 kilos de explosivos y detonadores.

El Gobierno, a trav¨¦s de su director general de la Polic¨ªa y la Guardia Civil, Joan Mesquida, rest¨® valor al descubrimiento: "No hay datos que hagan pensar ni que ETA se est¨¢ rearmando ni que pueda existir un comando". Se equivoc¨®.

El presidente del Gobierno hizo balance de su gesti¨®n el 29 de diciembre y se atrevi¨® con un vaticinio sobre el proceso: "El a?o que viene estaremos mejor". Un d¨ªa despu¨¦s, ETA mat¨® a dos ciudadanos ecuatorianos en un brutal atentado con furgoneta bomba en la terminal T-4 de Barajas.

Jos¨¦ Blanco, secretario de Organizaci¨®n y numero dos del PSOE, declar¨® ayer en la cadena SER: "La informaci¨®n que ten¨ªa el Gobierno en esos momentos no se correspond¨ªa con la voluntad de ETA. Pudo haber un problema de informaci¨®n o de interlocuci¨®n".