"Cuando o¨ª la explosi¨®n supe que ¨¦l hab¨ªa muerto. No me imagino la vida sin Diego"
La novia del segundo ecuatoriano v¨ªctima de ETA espera en un hotel el rescate de los restos
Despu¨¦s de una noche de baile en una discoteca latina, Diego Armando Estacio y su novia ten¨ªan que recoger a la madre de ella en el aeropuerto de Barajas. ?l estaba cansado y prefiri¨® quedarse a dormir en el coche. Momentos despu¨¦s morir¨ªa asesinado por la bomba que ETA coloc¨® en el aparcamiento el 30 de diciembre. La familia del ecuatoriano fallecido y su novia, Ver¨®nica Arequipa, esperaban ayer en un hotel a que los bomberos recuperaran sus restos para repatriarlos a Ecuador. "Cuando o¨ª la explosi¨®n ya supe que ¨¦l hab¨ªa muerto. Ahora no me imagino la vida sin ¨¦l", dice Ver¨®nica.
Ver¨®nica sali¨® ayer a media tarde del hotel Auditorium, cercano al aeropuerto madrile?o, para recoger el pasaporte y su ropa de la casa que compart¨ªa con Diego en el humilde barrio de Entrev¨ªas. Con la maleta hecha volvi¨® otra vez al hotel, donde esperar¨¢ a que se recupere el cuerpo de su novio -tarea que, seg¨²n los bomberos, requerir¨¢ un m¨ªnimo de dos d¨ªas- para viajar con ¨¦l y con la familia de Diego, que muri¨® con 19 a?os, al pa¨ªs natal de ambos.
En el sal¨®n de la casa de dos pisos en la que conviv¨ªa con su novio, sus padres, dos hermanos y una mujer de otra familia, Ver¨®nica narra los momentos m¨¢s duros desde que oy¨® la explosi¨®n el pen¨²ltimo d¨ªa del a?o, mientras esperaba en la terminal a que llegara su madre de pasar la Navidad en Ecuador. "El primer d¨ªa pens¨¦ que estaba muerto; el segundo y el tercero no me resignaba; el cuarto me fui haciendo a la idea; el quinto ya no quer¨ªa creerlo y hoy me cuesta mucho aceptarlo", cuenta esta joven de 21 a?os, que llevaba un a?o y medio saliendo con Diego. La confirmaci¨®n del triste final lleg¨® el jueves, cuando los bomberos vieron a trav¨¦s de una grieta la matr¨ªcula del coche en el que muri¨®.
Diego y Ver¨®nica se fueron a vivir juntos s¨®lo cuatro meses despu¨¦s de conocerse. Tanto la familia de ella como Mar¨ªa, la mujer de 83 a?os que duerme en la primera planta de la casa, hablan maravillas del chico con el que viv¨ªan: "Yo le dec¨ªa que no bajara las escaleras corriendo, que se iba a matar... Y mira lo que le ha pasado ahora", dice la anciana, enfundada en una bata azul celeste, con los ojos llenos de l¨¢grimas.
?stos eran los ¨²ltimos d¨ªas que la pareja iba a pasar en Entrev¨ªas. Ya hab¨ªan dado la entrada para un piso en Getafe, y esperaban irse a vivir solos a finales de mes. Para pagar el cr¨¦dito, ella compatibiliza tres empleos, como mensajera, limpiadora y repartidora de pizzas, y ¨¦l trabajaba en la construcci¨®n. "Hizo la estaci¨®n de metro de M¨¦ndez Alvaro", susurra ella agarrada al osito de peluche que su novio le regal¨®.
El poco tiempo que su trabajo le dejaba libre, Diego lo dedicaba al f¨²tbol. O bien jugando en el Gran Am¨¦rica, el equipo de latinoamericanos con el que entrenaba dos veces a la semana, o bien con una consola. "Era un loco de la play; todo el d¨ªa con el Pro Evolution Soccer [un videojuego de f¨²tbol], como un ni?o". Lo mismo dicen sus compa?eros de equipo, que recuerdan a Diego como alguien muy alegre, con mucha iniciativa y que siempre daba su opini¨®n sobre las cosas. Ellos lo conoc¨ªan como El bombero. El mote le viene de un d¨ªa en el que vio un cenicero del metro en llamas y cogi¨® un extintor para apagar el fuego. A los guardias del suburbano, seg¨²n cuentan los jugadores del Gran Am¨¦rica, no les debi¨® de hacer mucha gracia la haza?a, y Diego pas¨® una noche en comisar¨ªa.
El f¨²tbol tambi¨¦n influy¨® en su ¨²ltimo d¨ªa de vida. El viernes hab¨ªa estado jugando con sus amigos; luego hab¨ªa ido con Ver¨®nica a las discotecas latinas de la zona de Nuevos Ministerios -"le encantaba la salsa y el reggaeton; Marc Anthony era su favorito", recuerda su chica- y despu¨¦s de tanta marcha estaba rendido. Por eso prefiri¨® quedarse a dormir en el coche. Y por eso le pill¨® la bomba de ETA mientras descansaba.
Ver¨®nica no lo tiene muy claro cuando se le pregunta si sabe qui¨¦nes son y qu¨¦ quieren los que mataron a su novio. "Con nosotros no tiene nada que ver. Es pol¨ªtica nada m¨¢s. Creo que son de Catalu?a o vascos o no s¨¦ de d¨®nde", responde.
Flores tricolores
Entre el bullicio habitual de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, hay un lugar en el que hasta los m¨¢s despistados se paraban ayer y miraban con expresi¨®n triste: el recordatorio que las juventudes del Foro Ermua instalaron el jueves en la pasarela sur de la T-4.
El atrezzo es bien simple: velas rojas, una foto de los dos asesinados, una bandera ecuatoriana de la que cuelga un lazo negro y tres carteles marrones en las que los transe¨²ntes escriben sus palabras de homenaje a Carlos y a Diego.
Una mujer coloca una decena de ramos de flores de varios colores. A un lado, claveles rojos y amarillos. Simbolizan la bandera espa?ola. Al otro, a estos dos colores une el morado para recrear la ecuatoriana.
Entre los escritos an¨®nimos hay de todo. Desde las referencias religiosas ("Dios te bendiga y te tenga en su gloria"), hasta la cr¨ªtica pol¨ªtica de trazo grueso ("Gracias PSOE").
La mayor parte de los que se paraban eran compatriotas de los dos fallecidos. Todos se solidarizaban con ellos y comentaban que estaban en la misma situaci¨®n: hab¨ªan venido a Espa?a en busca de un futuro mejor y nadie pod¨ªa imaginar que sus vidas fueran a acabar as¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Ruptura negociaciones
- Abandono lucha armada
- Atentados coche bomba
- Negociaciones ETA
- V¨ªctimas terrorismo
- Ecuador
- Inmigrantes latinoamericanos
- Inmigrantes
- Atentados bomba
- Negociaciones paz
- Atentados mortales
- Atentados terroristas
- Inmigraci¨®n
- Proceso paz
- Pol¨ªtica exterior
- ETA
- Migraci¨®n
- Demograf¨ªa
- Sudam¨¦rica
- Grupos terroristas
- Terrorismo
- Am¨¦rica
- Conflictos
- Espa?a
- Relaciones exteriores