Resultado enga?oso

Cualquiera que observe el resultado sin haber visto el encuentro podr¨ªa llegar a ciertas conclusiones. Dos equipos como el Madrid y el Joventut, con una buena dosis de talento en sus filas, llegando casi a los 100 puntos ambos y resolviendo por tan s¨®lo cuatro, igual a partidazo disputad¨ªsimo, emocionante y manteniendo el ¨¢nimo encogido de todos los espectadores hasta el segundo final. Casi dan ganas de decirles que se queden con esta idea porque la realidad fue bien distinta. El Madrid arras¨® durante 27 minutos hasta dejar el debate aparentemente muerto (67-43). El resto fue para que los jugadores de la segunda unidad del Joventut diesen una lecci¨®n de pundonor, orgullo y profesionalidad que les llev¨® a maquillar un tanteador que llevaba camino de una diferencia escandalosa. Al menos, demostraron que son una especie de Terminator en su primera versi¨®n, aqu¨¦lla en la que Arnold Schwarzenegger parec¨ªa tener m¨¢s vidas que un gato.

El duelo ten¨ªa su aqu¨¦l. Sobre todo, por ver la reacci¨®n de los madridistas despu¨¦s de sus dos ¨²ltimas derrotas. Su inicio de temporada hab¨ªa disparado el optimismo. Pero llegaron las lesiones, faltaron Ra¨²l L¨®pez, Mumbr¨² y Hamilton y dos salidas sin recompensa a Valencia y Girona hicieron aparecer alguna que otra sombra en el luminoso panorama. De vuelta a su guarida, todo volvi¨® a su cauce habitual durante tres cuartas partes del encuentro, que fueron una nueva exhibici¨®n blanca. Ayud¨® mucho el nefasto rendimiento del Joventut, que pareci¨® haberse dejado en su partido de la Euroliga en Belgrado todo el acierto que le correspond¨ªa esta semana. Librado de estos dobles compromisos, el Madrid aprovech¨® su ventaja y no dio m¨¢s conversaci¨®n de la necesaria. Y eso que, al menos durante el primer tiempo, el Joventut llev¨® su defensa m¨¢s lejos del l¨ªmite permitido. En sentido literal, pues la mayor¨ªa de sus jugadores, sobre todos los p¨ªvots, confundieron el baloncesto con el k¨¢rate y la colecci¨®n de mandobles fue tal que a Aito no le daba tiempo a cambiar a sus hombres altos antes de que agravasen en demas¨ªa sus problemas de personales. En este ambiente guerrero, no es de extra?ar que Felipe Reyes luciese como ninguno. Vive un momento espl¨¦ndido el internacional, pues poco a poco ha conseguido tapar una de sus escasas lagunas. Ese tiro de 4-5 metros que prodiga cada vez m¨¢s est¨¢ dando una versatilidad a su juego que, sumada a sus habituales n¨²meros debajo de las dos canastas, le est¨¢ mostrando como un jugador m¨¢s determinante que nunca. Cuando Joan Plaza le dio descanso para que no le ocurriese como a los p¨ªvots del Joventut, que iban uno tras otro al banquillo con tres faltas quedando un mundo, apareci¨® Bullock. El estadounidense se forr¨® y el Madrid dej¨® el encuentro hecho una piltrafa en el descanso (54-36).

Por si no tuviera suficientes problemas, Rudy Fern¨¢ndez, tocado en un tobillo, se qued¨® definitivamente en el banquillo del Joventut y al poco rato le acompa?¨® Bennett despu¨¦s de un golpe. Pero, entre que la rotaci¨®n del Madrid sufre al no poder contar con tres jugadores de primera l¨ªnea y que el ardor guerrero de los Rubio, Lavi?a y compa?¨ªa no parece tener fin, el supuesto paseo blanco se fue convirtiendo en uno de esos finales en los que sabes que te vas a ir a la ducha con una nueva victoria, pero en los que se te va poniendo cara de susto. Falt¨® un poco de acierto en un par de triples de Lavi?a y Burton y puede que dos o tres minutos m¨¢s de partido. Pero estas cosas pasan de ciento en viento y ayer no era uno de esos d¨ªas. Tampoco habr¨ªa sido justo, pues, aunque en cuestiones de empuje fueron parejos los dos equipos, el buen baloncesto lo puso el Madrid.