Calder¨®n da un golpe de mano en Tijuana
El presidente de M¨¦xico despliega al Ej¨¦rcito y la polic¨ªa en el Estado con mayor delincuencia
Apenas un mes desde su toma de posesi¨®n, el nuevo presidente de M¨¦xico, Felipe Calder¨®n, ha enviado un contingente conjunto del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa Federal a Tijuana, la capital del Estado con mayor ¨ªndice de criminalidad y violencia del pa¨ªs. Y tambi¨¦n la m¨¢s corrupta. La primera medida adoptada ha sido desarmar y acuartelar a 2.300 polic¨ªas de la ciudad. Tijuana es el mayor paso fronterizo con EE UU, con un movimiento diario de 250.000 personas, y un gran almac¨¦n de drogas, sobre todo coca¨ªna, cuyo destino es el rico vecino del norte. La lucha contra el crimen organizado forma parte del combate contra una violencia que atenaza a Am¨¦rica Latina, extendi¨¦ndose desde Centroam¨¦rica hasta Colombia y Brasil.
Los 2.300 polic¨ªas de la ciudad fronteriza han sido desarmados y est¨¢n acuartelados
Efectivos del Ej¨¦rcito mexicano y de la Polic¨ªa Federal revisan veh¨ªculos sospechosos, registran viviendas de presuntos narcotraficantes y patrullan con tanquetas la ciudad de Tijuana (Baja California), en la frontera con Estados Unidos. El operativo conjunto puesto en marcha esta semana cuenta con apoyo a¨¦reo y mar¨ªtimo a los 3.300 soldados y polic¨ªas enviados por el Gobierno federal del presidente Felipe Calder¨®n.
"Nunca hab¨ªa vivido una situaci¨®n en la que predomina la presencia del Ej¨¦rcito dentro de la ciudad. Es muy agresivo para la poblaci¨®n", dice Jos¨¦ Manuel Valenzuela, soci¨®logo e investigador del Colegio de la Frontera Norte. En general, los tijuanenses han acogido con relativa pasividad los retenes, las largas colas y las horas de espera en el coche, con la esperanza de que sirvan para mejorar las precarias condiciones de seguridad p¨²blica en la ciudad.
Una encuesta del Instituto de Estudios sobre la Inseguridad -una entidad independiente en cuyo consejo participan las universidades de mayor prestigio, la Confederaci¨®n Patronal y otras organizaciones-, establece que Tijuana tiene la incidencia delictiva m¨¢s alta de M¨¦xico por la actuaci¨®n violenta de los sicarios del narcotr¨¢fico. "Tambi¨¦n se desarrolla en esta ciudad uno de los nodos de impunidad m¨¢s relevantes para la actuaci¨®n del cartel de los Arellano F¨¦lix", declara Eduardo Medina Mora, procurador [fiscal] general de la Rep¨²blica y m¨¢ximo] responsable en la lucha contra el crimen organizado.
Este tipo de operativos altera la vida cotidiana de cualquier urbe. Es dif¨ªcil que la poblaci¨®n se acostumbre a la presencia de uniformados fuertemente armados, de tanques y helic¨®pteros. Militares y polic¨ªas federales han instalado puestos de control en 15 puntos de la ciudad. "Es poco probable que caiga un pez gordo en un control callejero", se?ala, esc¨¦ptico, Jos¨¦ Manuel Valenzuela a la hora de evaluar la guerra contra el narcotr¨¢fico que ha declarado el presidente Calder¨®n en sus primeras semanas de gobierno. El investigador del Colegio de M¨¦xico critica que el Gobierno estatal anunciara oficialmente una semana antes la llegada de las fuerzas federales a Tijuana. "Esto previno a los jefes de los delincuentes, que escaparon hace d¨ªas".
El procurador general replica que el objetivo en Tijuana y Michoac¨¢n no es la captura de los grandes l¨ªderes de las organizaciones delictivas. "Ser¨ªa impensable hacerlo con un enorme despliegue de fuerza. Cuando se busca detener a un jefe concreto se hace un operativo quir¨²rgico, muy discreto, con fuerzas especiales y con base a informaci¨®n de inteligencia", precisa Medina Mora. "Se trata de una estrategia de ocupaci¨®n territorial, que involucra necesariamente a la autoridad local y a los ciudadanos".
M¨¢s all¨¢ de las cr¨ªticas, Tijuana vive estos d¨ªas una situaci¨®n sin precedentes. Los 2.300 polic¨ªas municipales han sido desarmados por el Ej¨¦rcito y est¨¢n acuartelados. El arsenal est¨¢ siendo cuidadosamente analizado por los expertos en bal¨ªstica para determinar si alguna de las armas en cuesti¨®n fue utilizada en actos delictivos. No es la primera vez que los cuerpos policiales de Tijuana est¨¢n bajo sospecha.
En abril de 2002, los militares desarmaron a medio centenar de agentes de la Polic¨ªa Ministerial, Municipal y funcionarios penitenciarios, que fueron detenidos y acusados de proteger al cartel de narcotraficantes de los hermanos Arellano F¨¦lix, conocido como el cartel de Tijuana. Hoy es todo un cuerpo policial en bloque el que est¨¢ en la picota.
El procurador Medina Mora explica que los cambios estructurales en el mercado internacional de drogas, con la ca¨ªda del consumo y del precio de la coca¨ªna, y la captura de los principales capos del cartel de Tijuana, han provocado que las organizaciones criminales busquen nuevas fuentes de ingresos, como el secuestro y el robo de veh¨ªculos. "Est¨¢ acreditado que una situaci¨®n de este tipo no puede desarrollarse sin un esquema de tolerancia o protecci¨®n de las autoridades", asegura Medina Mora.
"Los 350 ejecutados en la ciudad de Tijuana el a?o pasado, cerca de 550 en Michoac¨¢n, los miles de muertos en todo M¨¦xico, nos hablan claramente de una incapacidad gubernamental para enfrentar el poder del crimen organizado", comenta Jos¨¦ Manuel Valenzuela, "pero tambi¨¦n nos habla de la profunda infiltraci¨®n de diversos organismos policiales e institucionales que se van volviendo parte del mismo proceso. Que todos los polic¨ªas municipales de Tijuana est¨¦n implicados en esa dimensi¨®n de sospecha es m¨¢s que elocuente".
Ante unos cuerpos policiales poco confiables, la apuesta del presidente Calder¨®n parece clara: el Ej¨¦rcito toma las riendas de la lucha contra el crimen organizado. Es una apuesta arriesgada porque los militares tampoco est¨¢n libres de culpa. El profesor Valenzuela recuerda el caso del ex zar antidrogas, Jes¨²s Guti¨¦rrez Rebollo, actualmente preso por complicidad con el cartel de Ju¨¢rez. "Ni el Ej¨¦rcito es ajeno a la corrupci¨®n del narcotr¨¢fico".
Pero, ?c¨®mo es Tijuana, la ciudad de un mill¨®n y medio de habitantes que sirve de puerta de entrada a Estados Unidos a miles de emigrantes ilegales de M¨¦xico y Centroam¨¦rica? "La Meca de la delincuencia organizada". As¨ª la ha definido el periodista Joaqu¨ªn L¨®pez-D¨®riga, un veterano de la televisi¨®n mexicana. Como ciudad fronteriza es zona de paso de personas -unas 250.000 realizan cada d¨ªa el cruce entre Tijuana y San Diego-, mercanc¨ªas y drogas.
Un informe de la Procurador¨ªa [Fiscal¨ªa] General de la Rep¨²blica advierte que el narcotr¨¢fico ha logrado infiltrarse en los ¨²ltimos tres a?os en instituciones p¨²blicas y privadas de Baja California. Se?ala el documento que Tijuana es uno de los principales puntos de arribo de droga desde distintos puntos de M¨¦xico, Centroam¨¦rica y Am¨¦rica del Sur. El destino de la mercanc¨ªa es Estados Unidos. Asimismo, seg¨²n la investigaci¨®n de la PGR, la ciudad fronteriza alberga unas 8.000 tienditas y picaderos donde se venden estupefacientes a peque?a escala.
El narcomundo se ha convertido en un referente de vida para muchos j¨®venes, que implica a todas las clases sociales. "El poder y todos los elementos asociados a la presencia del narcotraficante le dan un prestigio social que no ten¨ªa hace algunas d¨¦cadas. El narco sali¨® del armario, y ya no es mal visto, ni tiene necesariamente un rechazo social o una proscripci¨®n", a?ade Jos¨¦ Manuel Valenzuela. El reconocimiento social del narcotraficante se percibe, por ejemplo, en la ostentaci¨®n de aquellos j¨®venes que acuden a la disco con sus guardaespaldas. Son los hijos de narcos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.