El desgarro
Hay muchas im¨¢genes en la pel¨ªcula de Ortega y Querejeta que dan cuenta del desgarro que las guerras producen. Un desgarro a¨²n mayor, si cabe, si los que se enfrentan en las trincheras podr¨ªan haber coincidido en los bares unos d¨ªas antes. Trata de esa guerra que empieza a estar lejana ya pero que, en cada uno de esos desgarros, vuelve a resultar pr¨®xima. Acaso esa sensaci¨®n de cercan¨ªa la transmiten las voces de hoy que relatan lo que ocurri¨® entonces.
La palabra noticias en el t¨ªtulo es reveladora. No se trata de un documental pedag¨®gico, no es una ficci¨®n sobre una guerra dom¨¦stica ni un trabajo erudito que recorra todas las aristas del conflicto, tampoco es un panfleto sobre la barbarie de los poderosos y sobre el hero¨ªsmo de los d¨¦biles. Es una pel¨ªcula que da noticias de lo que les pasa a las mujeres y a los hombres, a los ni?os y a los viejos cuando irrumpe la brutalidad de la guerra en sus vidas y las rompe de manera irreparable.
Noticias: se cuenta de una convocatoria a elecciones, del triunfo por un margen muy peque?o del Frente Popular, de la amnist¨ªa a los presos y de una reforma agraria que no colma las aspiraciones de muchos, de las huelgas y los conflictos callejeros, de los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo. Se ve una m¨¢quina de escribir donde, letra a letra, se redactan las ¨®rdenes para provocar el golpe militar: "El que no est¨¢ con nosotros est¨¢ contra nosotros", "propagar una atm¨®sfera de terror", "fusilar" a quien forme parte del Frente Popular. Desde el principio, una radio va contando lo que pasa. Como se cuentan las noticias: fragmentos que emergen de la confusa realidad de unas jornadas agitadas. Enseguida la guerra lo domina todo: los campos de batalla, la artiller¨ªa y los tanques, los muertos, los aviones y las ruinas.
De las noticias que cuenta la pel¨ªcula llama la atenci¨®n la continua presencia de las muchedumbres en las calles. Esas masas de las que se empezaba a hablar entonces y que hab¨ªan irrumpido en la arena p¨²blica para torcer los exclusivos designios de las ¨¦lites que gobernaban. Las masas corean a sus l¨ªderes, que les piden el voto "por Dios y por Espa?a", y a los que lo hacen para combatir al fascismo y al hambre. Una muchedumbre llena Barcelona para despedir a Durruti. R¨ªos de gente celebran la consagraci¨®n de Franco como jefe de los suyos... Y si no muchedumbres, siempre hay gente a la intemperie, como si entonces la vida estuviera siempre afuera.
Luego est¨¢n los rostros de los l¨ªderes, y sus discursos. Del lado de los rebeldes van surgiendo, uno detr¨¢s de otro, diferentes militares y reclaman a Dios de su lado y hablan de cruzada y de patria y de las bondades del Estado totalitario. En el otro lado el plantel es m¨¢s variado: Aza?a, ?lvarez del Vayo, Negr¨ªn, La Pasionaria, Companys, Aguirre... S¨®lo habla un uniformado, y es el general Miaja para defender "el triunfo de los humildes". Guerra internacional, salvar la democracia, combatir el fascismo son sus argumentos principales. Aunque tambi¨¦n est¨¦ el anarquista que celebra su banda (la de Durruti) como la de "los reyes de la pistola obrera de Barcelona, los mejores terroristas de la clase trabajadora".
Cuando va a producirse lo de Guernica, la pantalla va mostrando el contraste entre la vida de la gente corriente y la ciega voluntad de las m¨¢quinas: los aviones, su vuelo y las bombas que caen. Otro desgarro que marc¨® el siglo XX: la tecnolog¨ªa que devora al hombre.
Pero al final el desgarro mayor que la pel¨ªcula cuenta es el que la guerra produce en el futuro. Se han visto los cuerpos calcinados de la represi¨®n de Badajoz, a un hombre caer abatido en la sierra de Teruel y a una mujer resbalar cuando escapaba de la amenaza de los aviones, y tambi¨¦n las largas colas de los que salen al exilio. Pero lo m¨¢s duro son los ni?os, sus vidas rotas, la gran derrota.
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