Maltrato femenino a los hombres
Asegura que todo empez¨® por un mel¨®n. Estaban casados, luchaban por tener un hijo que no llegaba, viv¨ªan sus peleas -demasiada suegra en su cocina...-, y disfrutaban de sus encuentros. Lo conoc¨ª en Els Matins, de TV-3, y a todos -desde Helena Garcia Melero, hasta Xiana Siccardi, pasando por el propio Josep Cun¨ª- se nos qued¨® cara de cuadro. Sin ninguna duda, el hombre que nos relataba su odisea, que empez¨® con una peque?a discusi¨®n por un mel¨®n, y acab¨® con grilletes en comisar¨ªa, un juicio por maltrato y una absoluci¨®n, era un hombre desconcertado y hasta derrotado. Ya no era un presunto maltratador, pero lo hab¨ªa sido durante m¨¢s de un a?o, y el peso de esa culpa le hab¨ªa cambiado la vida, quiz¨¢ para siempre.
Lo que m¨¢s me sorprendi¨® es que, a pesar de su odisea y de su inequ¨ªvoca perplejidad, a¨²n parec¨ªa enamorado de la mujer que no hab¨ªa vuelto a ver, desde que un mel¨®n, una suegra y una grave acusaci¨®n se interpusieron en sus vidas. Con la absoluci¨®n en el bolsillo, y la tranquilidad recuperada en el ¨¢nimo, nuestro invitado intentaba encontrar sentido a todo lo que le hab¨ªa ocurrido. Por supuesto, si la an¨¦cdota no fuera el indicio de la categor¨ªa, no encontrar¨ªa otra excusa que el pintoresquismo para relatar la historia. Pero, m¨¢s all¨¢ de las muchas bromas que podemos hacer con la noticia, lo cierto es que son demasiadas, y muy serias, las voces que denuncian el abuso contra los hombres, que la nueva ley contra el maltrato puede representar. De entre todas, la juez decana de Barcelona, Maria Sanahuja, ha sido la m¨¢s combativa. El tema no es menor, y desde el rotundo compromiso con los derechos de la mujer, desde la convicci¨®n que es necesaria una ley integral contra la violencia de g¨¦nero, y desde la concienciaci¨®n con una problem¨¢tica que cada a?o mata a decenas de mujeres, desde todo ello, o precisamente por todo ello, los sectores m¨¢s activos tenemos que hacernos algunas preguntas. ?Es una ley completamente justa? Si lo es, ?se aplica con inteligencia?; ?ha servido para frenar el maltrato a la mujer?; ?hay mujeres que usan ese drama social para actuar malvadamente contra sus maridos? Y la pregunta del mill¨®n: ?la ley ha abierto la puerta al maltrato contra los hombres? Es decir, ?en la lucha por aplicar la justicia, hemos inventado otra forma de injusticia? Si ser preciso es necesario en todo cuadro argumental, serlo en este caso me parece una exigencia moral. No hablamos de una cuesti¨®n menor. La lacra social del maltrato a la mujer, derivada del paradigma cultural del dominio de la mujer, en la estructura patriarcal, ha dejado un lastre de dolor, humillaci¨®n y violencia que ha arrastrado a centenares de mujeres al pozo negro de la desesperaci¨®n. No hace a¨²n tanto tiempo, el maltrato pod¨ªa formar parte de la l¨®gica familiar, era considerada una cuesti¨®n ¨ªntima, y todas las mujeres golpeadas se hab¨ªan ca¨ªdo por la escalera. Los abogados que luchaban contra la violencia de g¨¦nero se encontraban con polic¨ªas, comisar¨ªas, leyes y tribunales que no entend¨ªan, no pod¨ªan o no sab¨ªan combatirla. No olvidemos que no est¨¢bamos ante un delito, sino ante una falta.
?rdua y dif¨ªcil fue la lucha, desde la m¨ªtica denuncia de Ana Orantes en televisi¨®n, para conseguir leyes contundentes, sensibilidad social y un compromiso colectivo que situara al maltratador en el lugar delictivo que le correspond¨ªa. Pero, en el necesario camino hacia la plena garant¨ªa de los derechos de la mujer, ?no habremos perdido algo por el camino? Quiz¨¢ ecuanimidad, quiz¨¢ prudencia. Sea como fuere, si es cierto que la ley permite la trampa malvada de castigar a un ex marido con falsas denuncias de maltrato, si lo es que las denunciantes no reciben castigo por la falsedad y si muchos hombres est¨¢n sufriendo un nuevo tipo de acoso y ven sus derechos lesionados, entonces tenemos un serio problema. La cuesti¨®n del maltrato es tan profunda, relevante y comprometida, que no puede ser, de ninguna manera, la puerta de entrada de otra forma de maltrato. Y si la ley no est¨¢ bien ajustada, habr¨¢ que ajustarla, para que sea justa la ley.
Creo, adem¨¢s, que esta sensibilidad, tambi¨¦n a favor de los hombres maltratados -y una falsa denuncia es un serio maltrato-, tiene que partir de los sectores m¨¢s sensibles y comprometidos con la mujer, precisamente porque su sensibilidad es mayor. Nosotras, que sabemos por propia piel hist¨®rica lo que significa la discriminaci¨®n legal, no podemos ser la excusa para discriminarlos a ellos. Es tan simple y... tan complejo como esto: si el feminismo cr¨ªtico, inteligente y comprometido no lidera la lucha contra el abuso de la ley, todos los pata negra machistas, mis¨®ginos e irreductibles que quedan por las cavernas del pa¨ªs utilizar¨¢n dichos abusos para defender postulados de dominio. Para muestra, el bot¨®n del libro El var¨®n castrado, aut¨¦ntico paneg¨ªrico mis¨®gino, con la excusa de defender a los hombres falsamente acusados. Pero es que, adem¨¢s, la sensibilidad para con la mujer maltratada, necesariamente tiene que venir acompa?ada de una sensibilidad global, que incluye rechazo a la mentira, repudio al abuso y castigo para aquellos que lastiman a sus ex, lanz¨¢ndoles tama?a falsedad. S¨ª. Soy favorable a la ley. Pero soy igualmente favorable al castigo severo contra las denuncias falsas, porque hacen tanto da?o a la pedagog¨ªa de la igualdad como el propio paradigma de dominio. No pueden quedar impunes.
Soy una luchadora de los derechos de la mujer. Como tantas. Como miles. Precisamente por eso, me indigna y me duele que, en nombre de esa lucha, hoy existan hombres que sufren severamente. La ley no se hizo para dirimir peleas de pareja, ni para castigar los amores fallidos, ni como ariete de venganza. La ley castiga un delito serio que mata decenas de mujeres. El resto pertenece al ¨¢mbito de la pelea civil, quiz¨¢ de la miseria cotidiana, de los restos de los amores mal acabados. Usar el maltrato para venganza, abuso o presi¨®n econ¨®mica es otro acto de maltrato. Y contra ese maltrato, tampoco podemos ser insensibles.
www.pilarrahola.com
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