"Urgimos a la unidad de todos los partidos democr¨¢ticos"

"All¨¢, donde terminan las fronteras, los caminos se borran. Donde empieza el silencio: avanzo lentamente y pueblo la noche de estrellas, de palabras, de la respiraci¨®n de un agua remota que me espera donde comienza el alba. Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada d¨ªa". Octavio Paz Libertad bajo palabra

"Carlos y Diego eran parte viva e ilusionada de la sociedad espa?ola. ETA ha roto sus sue?os, ha llevado el dolor a sus familias y a sus pueblos"

"Se equivocan quienes creyeron que sus muertes nos dejaron sin palabras. No acallar¨¢n a quienes creeemos profundamente en el derecho de vivir en paz"

"ETA ha elegido el peor camino. Este final de tregua s¨®lo servir¨¢ para prolongar el sufrimiento; ni antes ni ahora alcanzar¨¢ objetivo pol¨ªtico alguno"

Hace dos semanas, en plena efervescencia de buenos deseos para el nuevo a?o, una bomba mat¨® a Carlos Alonso y a Diego Armando. ETA volvi¨® a atentar contra la vida, haciendo a?icos la esperanza honestamente alimentada durante un amplio periodo de tiempo por los hombres y las mujeres que conviven en este pa¨ªs. Una vez m¨¢s un crimen de ETA, tan in¨²til como macabro, vuelve a reunirnos en las calles de Madrid.

Con ellos murieron una parte de los sue?os de miles de migrantes que cada d¨ªa cruzan oc¨¦anos y desiertos para hacer realidad los derechos humanos b¨¢sicos para sus familias. En un sistema econ¨®mico que decide qui¨¦nes son los due?os de las oportunidades; en un mundo que se gasta m¨¢s dinero en armas que en medicinas y escuelas, las personas migrantes, como Diego y Carlos, trabajan, sue?an y apuestan por una vida digna para todos. Estamos aqu¨ª para mostrarles nuestra solidaridad y apoyo y para condenar con toda nuestra rabia y nuestro pesar este repugnante crimen.

Pero la bomba del 30 de diciembre tambi¨¦n hizo pedazos los sue?os de los hombres y las mujeres sin distinci¨®n de lugar de nacimiento que, por opci¨®n o por azar, tenemos esta tierra como casa. Los que cre¨ªmos que era posible recuperar el poder de la palabra para conquistar la paz. Tambi¨¦n de esta negaci¨®n de la palabra fueron v¨ªctimas nuestros compa?eros. Ante la inocencia de las v¨ªctimas se opon¨ªa la bajeza de un acto irracional que rompe con la esperanza de las fuerzas democr¨¢ticas.

La muerte absurda, terrible, traicionera. La muerte infame, la muerte agazapada ante sus v¨ªctimas, esperaba oscura, indolente en la modern¨ªsima terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Esa muerte sin sentido ni raz¨®n, esa emboscada del terror ha golpeado a la sociedad espa?ola, a todos los que aqu¨ª vivimos, y ha truncado la vida de dos compatriotas ecuatorianos.

Y desde esta Puerta de Alcal¨¢, donde conviven pasado y presente, el primer grito un¨¢nime que sale de nuestras gargantas es ?No al terrorismo, no a ETA! ?Si a la paz y a la libertad! ?Si a la unidad para derrotar al terrorismo!

Nos manifestamos para mostrar nuestra repulsa a ese vil atentado. Nos manifestamos para expresar, en este acto c¨ªvico, nuestra firme e irrenunciable determinaci¨®n de acabar con la lacra de la violencia. Nos manifestamos para apoyar la unidad de los dem¨®cratas en torno a los valores de la libertad y a las instituciones e instrumentos del Estado de derecho. Es la hora de expresar, una vez m¨¢s, nuestro reconocimiento y apoyo a la labor realizada por los profesionales de los Servicios de Seguridad y de Urgencias y Emergencias.

Nos manifestamos en solidaridad con Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, ecuatorianos de origen que viv¨ªan, trabajaban y eran parte viva e ilusionada de la sociedad espa?ola. Hab¨ªan venido en busca de la oportunidad de conseguir un trabajo digno y progresar a una vida mejor. Desde hace a?os aportaban su esfuerzo y contribu¨ªan, como el resto de trabajadores espa?oles, a la prosperidad y el desarrollo del conjunto del pa¨ªs. La organizaci¨®n criminal ETA ha puesto fin a sus vidas, ha roto sus sue?os, ha llevado el dolor a sus familias y a sus pueblos.

La banda terrorista ETA con este sangriento atentado ha decidido dar por concluida la tregua permanente que hace unos meses anunci¨® y terminar con m¨¢s de tres a?os sin asesinatos. Se quiebran con ello, nuevamente, la esperanza y los deseos de paz de la sociedad espa?ola, y especialmente de la sociedad vasca, manifestados de forma permanente. Y por la forma y el lugar elegido, ETA no s¨®lo ha roto la tregua que unilateralmente declar¨®, sino que ha pretendido mandar un mensaje de muerte y dolor atentando en un lugar altamente transitado.

De nuevo de nuestras gargantas sale una exigencia: ?Que ETA abandone definitivamente la violencia!

Los terroristas y quienes les avalan y apoyan se vuelven a confundir. Este nuevo crimen, como todos los que han cometido hasta ahora, es profundamente in¨²til, s¨®lo ha conseguido llevar la muerte y el dolor a dos trabajadores y sus familias cuando se dispon¨ªan a reunirse viajando a su querido Ecuador. Se equivocan cuando desoyen el clamor un¨¢nime a favor de la paz y de la convivencia pac¨ªfica y caen en un tr¨¢gico error si creen que con la coacci¨®n, con el chantaje y con el terror van a provocar la fractura del marco democr¨¢tico y quebrar la voluntad de los dem¨®cratas.

Se equivocan quienes creyeron que las muertes de Diego y Carlos nos dejaron sin palabras. No conseguir¨¢n acallar las voces de quienes estamos profundamente convencidos, como dec¨ªa nuestro hermano y compa?ero V¨ªctor Jara, de "el derecho de vivir en paz". No ser¨¢n nuestros compa?eros asesinados el pretexto. Ni las armas ni aquellos que pretenden instrumentar nuestro dolor acabar¨¢n con la esperanza de que el ejercicio de la palabra traiga la paz y la libertad a lo largo y ancho del territorio espa?ol.

En estos momentos dif¨ªciles, el pueblo andino y el pueblo de Madrid se sienten hermanados en el dolor y la esperanza, as¨ª como agradecidos a las m¨²ltiples muestras de solidaridad. Estamos profundamente convencidos y convencidas de que en esta sociedad global cada vez somos m¨¢s las personas que entendemos que ning¨²n hecho tiene consecuencias aisladas. Cada vez es m¨¢s evidente que los conflictos armados, el deterioro ecol¨®gico y la pobreza son problemas de todos y todas. Los seres humanos y los pueblos que compartimos esta tierra, nuestra pachamama, estamos necesariamente hermanados en la construcci¨®n de un mundo m¨¢s sostenible, m¨¢s justo y en paz.

Las organizaciones convocantes de esta manifestaci¨®n y todas aquellas que se han adherido a la misma, los ciudadanos aqu¨ª presentes, le decimos una vez m¨¢s a ETA que no nos va a amedrentar. Queremos decirle a ETA que si su prop¨®sito con este atentado es que los dem¨®cratas cedamos a su reto y a sus intenciones, sabe ya que tiene la batalla perdida. No lo ha conseguido en 40 a?os. No lo ha conseguido ahora. No lo conseguir¨¢ nunca. Queremos decirle a ETA que si piensa que nosotros, unidos en los valores y las instituciones del Estado de derecho, vamos a abdicar de nuestras ansias de paz y libertad, renunciando a luchar por el fin del terrorismo, est¨¢ muy equivocada. Todos nosotros le decimos a ETA que ha elegido el peor, el m¨¢s in¨²til de los caminos. Este final de tregua s¨®lo servir¨¢ para prolongar el sufrimiento, ni antes ni ahora alcanzar¨¢ objetivo pol¨ªtico alguno.

A tantas v¨ªctimas que el terrorismo etarra ha provocado a lo largo de estos a?os se han unido ahora Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Todas ellas son la prueba palpable de la irracionalidad y la inutilidad del terrorismo. Cada una de ellas constituye para nosotros un referente moral. El compromiso social y la obligaci¨®n de reconocer su sacrificio se hace m¨¢s fuerte cada d¨ªa. Por eso, queremos que este acto sea un homenaje a Carlos, a Diego y a las miles de personas y sus familias que han sufrido el brutal zarpazo del terrorismo en Espa?a.

Urgimos a la unidad de todos los partidos democr¨¢ticos, de todas las organizaciones sociales y de todos los ciudadanos y ciudadanas en torno a las instituciones democr¨¢ticas, para hacer frente al terrorismo, derrotarlo y poner fin a la violencia, sentando las bases de la paz y la libertad.

En democracia hay un tiempo para la discrepancia y la cr¨ªtica, pero hoy nos atrevemos a pedir que, sin renunciar a ellas y por encima de cualquier otra consideraci¨®n, sea el tiempo de la voluntad por poner fin a ETA y conseguir la paz.

Es mucho m¨¢s lo que nos une a los dem¨®cratas y sus organizaciones representativas de lo que pueda separarnos, y no entender¨ªamos que los partidos que nos representan y en quienes depositamos nuestra confianza los ciudadanos no hiciesen todos los esfuerzos necesarios para terminar con el terrorismo.

Cuando lo consigamos, trabajando juntos por ello, nuestra sociedad ser¨¢ m¨¢s libre y m¨¢s digna, habremos dejado atr¨¢s el horror y habremos dignificado por completo el sacrificio de quienes dieron su vida por ello, entre ellos Carlos y Diego Armando.

El sue?o de paz que albergamos no es una utop¨ªa, es la fuerza de la esperanza que late en todos los aqu¨ª reunidos y en toda Espa?a, los aqu¨ª reunidos abrazados en esa esperanza gritamos "por la paz, la vida, la libertad y contra el terrorismo".

Y aqu¨ª seguiremos apostando por la vida, por la paz, por el derecho a vivir en libertad y por la necesidad de entendernos para caminar juntos.

?Shuc makilla, shuc yuyailla, shuc shungulla!

?Un solo pu?o, un solo pensamiento y un solo coraz¨®n!